She Takes Control [Jenlisa G!P]

14- Problemas

Jennie

No puedes matarla, Jennie, tranquilízate.

—NINI QUE PIENSAS.–miré a Lisa que me veía divertida extendiéndome un vaso de ron con hielo–Lo siento es que estabas ida, espero no planees un homicidio.–añadió mostrando su hermosa sonrisa.

La misma sonrisa que no se le había podido borrar en toda la noche y dios, eso me hacía tan feliz.

Solté una risita y negué, aún no estaba tan loca como para matar a alguien. O quizá sí pero no está noche.

Pero sin duda si a alguien quería matar era a Irene.

No sabía qué hacía aquí pero no me agradaba en absoluto su presencia. O bueno, si lo sabía. Jihyo había presentado a Seulgi como su novia. Seulgi me agradaba, de las 3 estúpidas, ella podría ser la menos estúpida y la más agradable. Seulgi era mejor amiga de Irene y Wendy, todo tenía sentido del porque estaban aquí.

—Estoy pensando que aún no te he dado tu regalo.–mentí, Lisa alzó ambas cejas y sonrió pícara, solté una carcajada por eso–Ese no, mal pensada.–rió entre dientes y dio un sorbo a su vaso.

La mirada de Lisa comenzó a repartirse entre todos los que estaban presentes. Desde sus padres que estaban sentados en el sofá muy cómodamente viendo como Sorn y Yuta cantaban o mejor dicho, hacían el intento de cantar la canción de Despacito ft Justin Bieber. Era muy gracioso porque ni siquiera podían pronunciar bien la palabra 'Despacito'. Hasta al grupito de las 3 estúpidas que hablaban muy animadamente con Minnie y Jihyo.

Minnie era la hermana de Lisa. Una hermana a la que sin duda yo no le era tan agradable, sinceramente para mi ella tampoco. Pero parecía caerle bien Irene, entre víboras se entienden, ¿No?

—No debiste comprarme un regalo.–dijo Lisa volviendo su mirada a mí y retomando el modo serio–No me gustan los regalos.

—Pero si aún no lo has visto.–protesté–Aparte a qué tipo de Pokémon no le gustan los regalos? –pregunté en burla pero con mucho interés.

A mis 21 años me parecía increíble que existiera ese tipo de gente, a mí me encantan los regalos.

—Los regalos son innecesarios porque a mí me basta con pequeños detalles.–fruncí un poco el ceño–El simple hecho de que recuerden que hoy es mi cumpleaños y se tomen la molestia de mandarme un mensaje, ya es un gran detalle para mí.–sonreí y ella hizo lo mismo.

Me encanta la mente de Lisa.

—Que cursi eres poste, aunque me gusta cómo piensas.

—Ese es el mejor halago que me has dicho gnomo.–me dió un rápido y casto beso en los labios–A mí me gustas tú celosa.–susurró sobre mis labios y probablemente abrí los ojos como vil loca de sorpresa porque ella soltó una carcajada causando que todos nos vieran.

Sería una estupidez negar que era celosa, Lisa ya lo sabía de sobra.

—Te ríes como bebé, idiota.–susurré con el borde del vaso casi sobre mis labios para cubrir mis muy probables mejillas rojas.

Miré a todos que algunos veían la situación divertida y otros fingían que no nos veían, Irene por ejemplo.

—Soy un bebé.

—Uy si, un bebé de veinticuatro años.–coloque mi vaso sobre la repisa y miré mi celular que había estado vibrando como loco en varias ocasiones.

Tenía 17 llamadas perdidas, 348 mensajes en WhatsApp y 9 Mensajes en Instagram.

¿Pero que mierda?