Uno.

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—¡Por todos los cielos Jake es tu segunda vez parado este lugar!, ¿Que dirás a tu defensa? -

El hombre de mayor edad hablaba mientras que Jake se pintaba de colores no le hacía el mínimo caso, en cambio miró a varios insectos andar por el escritorio. Cuando el de mayor edad se entero de que el joven no le prestaba atención dio un fuerte golpe en la mesa.

—Ya mejor vuelve a tu salón antes de te expulse por todo un mes. -

Jake por su parte solo le obedecia y se fue de la dirección tomando rumbo a su salón AB, en el segundo piso del colegio. Entre su camino nada más se encontraba ojas de papel y casilleros medio abiertos. Nada que le interesara o le diera algo del por qué sospechar. Solo un bozteso y cuando abrió la puerta del salón, muchos ojos se habían puesto sobre el incluyendo a la profesora.

—Ya ve a tu asiento. - Exclamó sin el mínimo de interés, el de pantalones un poco flojos se sentó hasta la parte de atrás y tomó un lápiz para poder manchar su cuaderno de la parte de atrás. Nunca antes le había puesto el mínimo de atención a una clase, no le daba importancia a nada y aún a pesar de eso tenía las mejores calificaciones del colegio. El menor era puntual he inteligente aunque no lo diera a saber, quien dijera que fuera conocido por sus notas estaba loco; se le conocía por el busca problemas del instituto. Siempre terminaba haciendo algo inexplicable que lo llevaba a la sala del director.

Sus padres lo ayudaba, y su hermana igual pero él seguía en las mismas. Pensaron sacarlo del colegio pero el chico era un genio y simplemente no se podía, además era un instituto privado.

Cuando el timbre sonó para cambiar clase, tomó su mochila y busco el cuaderno, y otro más que era uno de dibujo. Cuando él profesor entró no pudo evitar mirarlo, sonrojarse y se podía decir que sonreir. Llevaba tiempo en el colegio, nunca le gustó ninguna clase y mucho menos los profesores. Pero un día un nuevo profesor se les había tomado por sorpresa todos le llamaban el nuevo y el atractivo del colegio.

Se llamaba Tom Holland tenía 22 años y era el más joven de todos los profesores, daba clases de Química y filosofía, había llegado a no menos de 4 días pero igual todos los alumnos se habían alborotado incluyendo lo a él.

—Muy buenos días alumnos, si no mal lo recuerdo es mi segunda vez dando clases por este salón. Ya dije mi nombre solo me hacen falta los suyos. -

Y así comenzó la aburrida rutina de Decir tu nombre, cuál es tu edad, de donde eres, que te gusta y donde estudiaste antes. Todos los demás decían lo mas típico. Cuando llego su turno todo el salón vio hacia atrás incluyendo a Tom.

Jake se paro con cierta pereza y adentro sus manos los bolsillos de su pantalón.

—Me llamó Jacob Benjamín Gyllenhaal Foner, pero me dicen Jake, tengo 18 años, soy de los Ángeles California y siempre he estudiado en este instituto. Me gusta dibujar y escribir historias de horror psicológico. -

Tom elevó ambas cejas al escuchar lo interesante del chico, sin embargo siguieron con los que faltaban y luego la clase. Jake se la paso sin escribir nada y además de estar dibujando cosas por detrás del cuaderno, para luego pasarlo al cuaderno de dibujo y cuando era la hora de irse, espero para que todos se fueran. Cuando ya todos estaban fuera guardo sus cosas y camino hasta la salida, pero una voz lo llamo.

—Oye, Jake,¿Cierto? -

—Si. -

—Tengo un libro para ti. -

En sus manos fue entregado el libro de "El Perfume, La Historia De Un Asesino." Jake con solo leer el nombre le interesó y regresó la mirada al profesor.

—¿Que pasa con el libro? -

—Si quieres puedes leerlo, y luego me lo comentas. -

Tom le Sonrió y salió del aula dejando a Jake parado. Jake solo Sonrió.

Toxic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora