Tres.

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Jake se mantenía escuchando a la chica hablar sobre su propuestas para la presidencia estudiantil, todo era tan aburrido y simplemente despacioso, cuando todo terminó se quedó ahí sentado mientras todos ya se habían ido, el escenario estaba silencioso y hasta muy quieto para el; sus ojos azul claro se cerraron. Su respiración era tocada por el dióxido de carbono dándole un viejo toque a Esplín sonrió de una manera boba y se levantó para poder salir de ese lugar. Sus oídos escucharon su nombre, era claramente el director.

—¿Que haces aquí Gyllenhaal?, ve a clases. -

Le dio un pequeño tirón de la camisa llevándolo a la fuerza a clases de Química, cuando entró al salón de clases todo ser viviente se dio cuenta de que estaba ahí pues que más escándalo querían que la voz fuerte del director regañando lo.

—Oh, señor Víctor,¿Que esta pasando? - Preguntó Tom cerrando el viejo libro de Química 1, Jake por su parte miró a todos los alumnos murmurando cosas causándole cierto tipo de molestia, frunció el entrecejo y apretó los dientes.

—¿por qué no mejor se amarran la lengua y buscan una manera de usar su cerebro? -

Tom al igual que el director callaron al escuchar aquel argumento.

—Jake te que- —

—Señor Gyllenhaal, ¿Le importaría quedarse unos minutos después de salir de clases? - Tom había puesto una mano en su hombro, Jake se le quedó viendo aún con cara sería, bufo pues era claro que no quería pero al final aceptó la gran propuesta. La clase transcurrió como si nada, Jake siempre suponía que la educación no era de lo más necesaria del mundo y que simplemente el iba ahí para perder su tiempo en cosas que ni siquiera le importaban, su psicóloga siempre lo metía en problemas, los medicamentos no hacían ningún efecto y cuando se entero de cosas raras le había puesto el mayor interés haciendo que sus padres lo metieran en colegio mejor y hasta en cursos de verano.

Desde que tiene usó de la razón recuerda lo choques eléctricos que le manejaron los doctores y cuando a los 15 años se supo que no solo tenía sentimientos hacia las mujeres su madre y su padre quisieron hacerlo recapacitar por medio de un psicólogo que como dijo el era un simple gasto que no les beneficiaria en nada.

Pero todo lo que hizo lo llevó hasta estar enfrente del profesor que estaba en boca de medio colegio y que todas las chicas morían por tener algo con él. No era como decir que el no lo quería, pero el era más reservado nunca le dio un beso a alguien, nunca ha tenido una relación amorosa y según él nunca nadie se a atraído por el.

Pero hasta este momento Tom sería su "Crush" número 3, el hombre no era ni el toque de feo, tenía una voz muy dulce como para tener 22 años y tenía una bonita actitud. Pero cuando una mano dio tres toques sobre su cráneo elevó su mirada sacándolo del transe en el que estaba.

–Jake, ¿Sigues aquí? -

—Emm... Si... Eso creo. -

Thomas dejó salir una risa y tomó asiento frente a él. Cuando Jake lo miró fijamente su cerebro lo llevó al recuerdo de aquella carta que tuvo en sus manos hace ya 3 días, tomó el libro de su mochila y de este saco el sobre.

—Será mejor que revise lo que tiene dentro antes de darselo a alguien más. -

El de ojos café tomó el sobre y se ruborizo un poco pues estaba abierto.

—¿Lo leíste? -

—No. -

Jake no parecía ser que mintiera, de hecho su cara parecía dar una expresión de cansancio y aburrimiento. Tom suspiro y guardo el sobre dentro de su saco.

—¿ por qué siempre vas a la oficina del director?, ¿es acaso una rutina? -

El ojizaro percibió el tuteo empleado por su profesor, única señal de que le había tomado confianza. Jake Sonrió y  se levantó.

—Sería difícil que usted lo entienda profesor. -

—¿Quieres hablar? -

—Si, claro, ¿sobre qué quiere que le hable? -

—Dime algo interesante que te pasa todos los días. -

—Manifiesto mi alegría por medio de resitales de hace años, me voy a la cabaña y se lo cuento a animales que llegan hasta el río para tomar agua fresca, Heath dice que no hable solo pero no lo hago yo le estoy contando mis problemas a la madre naturaleza. No tengo una pareja con la que pueda llegar a distraerme simplemente pienso que todo este universo está en mi contra y prefiere verme solo. Pero no me quejo de ello. Pero si no le molesta mi mejor amigo me espera. Hasta mañana profesor.-

Manejo antes de tomar su mochila y salir por la puerta dejando a Tom con innumerables dudas.

💫

—Oye, ¿y cuando me vas a presentar a tu novia? -

El rubio al escuchar tales palabras ahogo una risa sobre la lata de soda que tenía sobre los labios así derramando un poco. Heath quito la lata y limpio su barbilla, miró a Jake con una enorme sonrisa así que le imitó.

—Tu sabes muy a la perfección sobre esas cosas. -

—Oh, es verdad era un feo que no le gusta a nadie. -

Sus oídos escucharon la voz casi aguda reclamar en vergüenza, sus manos tomaron las latas de comida y otras cosas acomodando la en la un pequeño cajón que estaba dentro de la cabaña.

—Ya deja de llorar y ve a traer tu mochila, debemos ir a dormir. -

—No estoy llorando, solo que me molesta que tu sigas con esas cosas. Sabes muy bien que la persona que me gusta no me corresponde. -

—¿Y como demonios voy a saber si no te corresponde si ni siquiera se quien es? -

—Y nunca lo sabrás. -

—Ni que fuera la reina de Roma. -

—Pues si lo es. -

Infló ambos cachetes pero a cambio dos dedos empujaron contra su frente y una risa burlona.

—Ya apurate debemos irnos. -

-Oye Jake, ¿Tú tienes pretendientes? -

—No lo creo. -

—Bueno, pues ya tienes uno. - susurro para el mismo mientras que iba por su mochila, Gyllenhaal se le mantuvo prohibido escuchar lo que dijo. Heath era tan claro con las señales pero el chico aún no las entendía.

"Difícil de creer pero fácil de escribir."

Toxic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora