Seis.

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Sus manos tocaban la madera áspera de la pared de aquella cabañana, había decidido dormir ese día en la cabaña, para mayor tranquilidad. Las estillas se habrían el paso a su tejido de su mano, y cuando le dolió miró, una gota color rojo bajaba lentamente hasta caer en su cara. Cerró ambos ojos para aclarar su mente, en que había hecho en lo largo de su vida, pero que va no quería aburrirse.

Se levantó de la cama al escuchar el freno de una bicicleta desde afuera, camino con los pies descalzos hasta la puerta principal y la abrió, a lo lejos con la luz del sol dando su última vista de ese lugar pudo lograr ver a alguien parado en la orilla del río con cigarrillo prendido entre sus dedos. Se acercó a él, aún con los pies descalzos y cuando estuvo a su lado, dejó caer su cabeza sobre su hombro que por suerte era de su misma altura.

—Jake. -

—¿Si? -

—Me gusta cuando haces eso. -

Gyllenhaal dejo salir una risa y su brazo lo abrazo por la cintura aparentando un poco esta misma. Ledger y Benjamín siempre mantuvieron momentos muy íntimos, la madre del rubio les contó que alguna vez se bañaron juntos, y que ; se tomaron de las manos de pequeños a la hora de ir a la escuela.

Pero a Jake siempre le dio gracia, mientras de Heath quería esos momentos de nuevo. Nunca quizo obligar a alguien que sintiera algo por el, no quería cortar ese lazo de amistad que sostenían. Aunque no negaba que quería besar esos labios delgados, decirle palabras bonitas al oído, ser romántico y detallista con el, en pocas palabras hacerlo sentir un rey. Y eso sólo se podía en sus sueños.

Se miraron por unos segundos, esos ojos azules tocados por la luz naranja que desprendía el sol por encima de las montañas lo hizo sonrojar y sin poder aguartar un minuto más lo abrazo. Siendo correspondido.

—¿Te quedaras conmigo? -

—Claro, mi madre no estará en casa. -

—Genial. -

💫

Por un momento se sentía en el mismo cielo, nunca pensó que un poco de cerveza lo volvería un tanto locos, tanto como para terminar en la misma cama (en el sentido de que no hicieron nada), por instintos sus cuerpos se moverian a la hora de dormir, así que cuando el rubio abrió sus ojos noto un rostro sobre su pecho y unas piernas que se entrelazan con las suyas. Vivió ese momento, cada nanosegundo, su respiración traspasar la tela de su camisa sus brazos abrazando su cintura y la piel de sus pies tocar sus piernas, pero por desgracia era dia lunes, tenían que ir al colegio. Con cuidado de no despertarlo se levantó, bajando su corazón de las nubes, fue hasta uno de  las chineras, tomó ropa para poder ponérsela, se vistió y se acercó al chico de sus sueños.

—Jake, debemos ir al colegio. - El contrario se movió con pereza, abrió lentamente los ojos y se revolvió entre las sábanas.

—No... Hoy... Hoy es domingo. -

Su voz era ronca, cosa que lo hizo reír de amor.

—Es lunes apurate tenemos que irnos. -

—Ya... Ya voy.-

°°°

—Jake tenemos que irnos a casa. -

Mencionó desde afuera del salón del que Jake estudiaba, todo el colegio estaba despejado, solo estaba el y quien sabe quien más, cuando se aburrió de esperar sin obtener una respuesta entró al salón de clases y sus ojos vieron a dos personas más juntas de que lo que debían.

—Perdón por interrumpir. -

Toxic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora