Siete.

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Sus labios se encontraron con su brazo, se movían un tanto desesperados pero cuando despertó, sus mejillas ardieron por lo vergonzoso que eso había salido, limpio la evidente saliva de su brazo, se levantó y se cambió de ropa como tan rápido se había levantado. Hizo su rutina diaria de cepillarce, ir a desayunar a compañía de su hermana para posteriormente tomar su mochila he ir por su amigo el rubio.

Supo al instante que hoy sería un día extraño, desde que se vieron hace no unos minutos, Ledger no lo abrazo ó se le vio con aquella sonrisa que lo hacía, el. Frunció el ceño en señal de confusión, tomó los bordes de su mochila y durante todo el transcurso hasta la parada de autobús fue callado, y cuando intentaba sacar platica sólo lograba hacer que abriera un poco más los ojos, era todo. Parados en la esquina donde el transporte escolar hacía su rutina, se quedaron callados, eso lo volvía un tanto triste.

Cuando llegó el autobús entraron y de primeras Heath había comenzado a saludar a varios compañeros de salón con una gran sonrisa y para más colmo con un choque de palmas, ahora no estaba triste si no enojado.
Se sentaron en lugares diferentes, demasiado lejos de lo normal, todo el tiempo se sentaban juntos. Sin embargo, no quería estar enojado el día de hoy, pues se le había informado que estaba invitado a ir a un concurso de matemáticas y química con muchos más estudiantes. Claramente se le iba a preparar y el encargado sería Tom. El hombre no tenía encargada matemáticas pero alguna vez dio clases de la ya antes mencionada.

Al terminar jornada de clases, el rubio ni siquiera se tomó la molestia de preguntar porque se quedaría en el instituto, a pocos segundos de salir del salón lo vio alejarse hacia la salida a compaña do de un chica.

—Señor Jake, debemos comenzar. -

Informó Tom, Jake Quito su vista de la silueta de su amigo apretando los labios, volvió al salón y se sentó hasta el frente era el único alumno ahí dentro.

Y comenzó la explicación, le entendía a los temas y en pocas palabras fueron buenas las clases extras. Cuando terminaron Tom se acercó a un lado del ojizarco, para poder revisar el último ejercicio, Jake tenía las mejillas rojas al tenerlo tan cerca y Tom lo había notado al verlo de reojo.

Los dos sabían que naturalmente se habían vuelto unos coquetos, se lanzaban miradas demasiado evidentes, sonrisas muy frescas y casi tuvieron su primer contacto íntimo, pero se les fue imposible pues Heath los había pillado.

Guardo el cuaderno en su mochila, se despidió y salió con prisas del salón al igual que el colegio para tomar rumbo hacia el bosque.

La caminata entre el bosque fue tranquila, cual el aire fresco entró en sus pulmones se sintió bien, camino entre los pastizales tomando una que otra ebra color amarillo, posteriormente caminar entre el río cruzando gracias a las rocas y finalmente llegar a su destino.

Nada parecía estar mal, abrió la puerta y todo eso se fue al carajo, sus oídos escuchaban ruidos, para ser exactos gemidos, frunció el ceño enojado pues era su cabaña y de su amigo, solo ellos tenían permitido entrar, y que con aceptación de los dos entrará alguien más.

Camino silencioso hasta la habitación, abrió la puerta de golpe y cuando vio la escena elavo su cejas, aún no se daban cuenta y aprovecho para tirarle su mochila al rubio.

Cuando ambas vistas estuvieron sobre el, no hablo solo con la mirada dijo demás, y corriendo se fue de ahí.

Corrió a través de los pastizales, del bosque con ya varias lágrimas fuera de las cuencas de sus ojos, estaba enojado.... Pero tenía otro sentimiento que lo tenía muy confundido. Estaba celoso.

Toxic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora