Once.

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Sus pies pateleaban contra el piso de madera de la cabaña, el piso de madera estaba a nada de morir ante los pies pues de alguien que fue y será importante para toda su vida, quería decirle lo mucho que lo quería y amaba.

Desde que tuvo trece años se dio cuenta de que Jake le gustaba, desde el día en que dormido le dijo "Te quiero" para ese entonces Heath estaba en sus dudas sexuales, pero cada vez que pasaba el tiempo se volvía evidente y por ello terminó por enamorarse. Que al final se volvía tóxico, pues los dos se peleaban por celos que Jake le daba. Y no era bueno.

Durante las últimas semanas, se levantaba por las noches para buscarlo desde el día en que desapareció como si nada, después de comenzarán las vacaciones ni siquiera lo vio en la graduación y eso que el había sido nombrado con honores, sus padres no se hicieron presentes y por ello decidió recoger sus cosas.

Llevaba ahí desde las tres de la madrugada, se mantuvo despierto sin la necesidad de una bebida, sus uñas están masticadas hasta el cansancio y eso lo estaba volviendo paranoico. Y cuando ya eran la cinco, escucho unos pasos alrededor de la cabaña, en un salto se levantó tirando la silla de madera al suelo.

Sintió el sol dar contra la cara del ojiazul, estaba ahí parado, tan lindo como siempre con una enorme sonrisa en el rostro, camino rápido y se lanzó a abrazarlo, llevaban meses sin hablarse, y ya le hacía falta, ambos cerraron sus ojos y sintieron un gran significado en el abrazo.

-Hola Heath. -

-Hola Jake... -

Ambos tomaron asiento en la orilla del río, en la arena, se miraron y sonrieron, querían hablar pero ninguno de los dos sabía como, los nervios y el millón de sentimientos rondar en su sistema los hacía cobardes a los dos. Jake dio el primer paso.

-Te Extrañe como no te imaginas. - El rubio lo miró, tenía una enorme sonrisa en su rostro mientras que jugaba con la arena, esa voz lo traía a la vida. -Siempre estuve pensando en ti, no me di el tiempo de poder pensar en otra persona que no fueses tu. De verdad te extrañe. -

Heath sentía su corazón latir, quería tomarlo de la mano, y darle un trillon de cosas, si era posible le daría todo. Pero eso sería hasta que hablara.

-También te extrañe Jake. No sabes cuanto... Cuanto tiempo me la pase buscándote, en la graduación fue todo un fracaso, no estabas ahí y me sentía solo, en el baile terminé bebiendo en la cabaña con la esperanza de verte aquí pero no estabas. Me sentía tan solo -Cuando menos lo espero tenía lágrimas bajando de sus ojos, simplemente no podía. - Todo este tiempo, me porte así porque no soy bueno dando a saber mis sentimientos. Eres importante y no sería fácil que me perdones, sigas aquí luego de esto. -

-Heath yo... -

-Yo, quiero que sepas que no me importa si quieres tener una familia con otra persona, estare ahí para apoyarte en lo que a ti se te venga conveniente, tomarémos cerveza, iremos de pesca, haremos un millón de cosas. Pero no quiero quedarme con este nudo en la garganta... No puedo seguir así. Jake, cuando yo tenía trece años me di cuenta de lo grande que eres y la buena persona que eres, te he hecho sentir mal pero tu... No sabes el dolor que he pasado. -

-¿Pero por que? -

-Porque.... - seguía con lágrimas bajando por su mejillas que eran tocadas por el sol, para el era una situación de vida o muerte, y no le importa cuál de las dos sea con que el siguiera a su lado no le importa si tenía que donarle su corazón.

-¿Que es lo que te tiene en las nubes? -

-Es que... Me enamore. -

-¿si? -

-Si. -

-¿De quién? -

-Me enamore de ti. -

Jake, por primera vez sentía que estaba en un campo de rosas se había dado cuenta de sus verdaderos sentimientos y cuando lo hizo era tan tarde, miró a Heath, los dos se miron uno con lágrimas y el otro con las mejillas rojas, los dos estaban en medio del espacio, el aire se volvía escaso y el sol estaba cada vez más fuerte contra sus ojos.

-Si quieres podemos ser amigos pe- fue interrumpido por unas manos en el cuello de su camisa.

-Ya callate- Se acercó a él, le tomo de las mejillas, lento se acercó a él, tenían sus respiraciones chocando entre sí y usando al fin sus labios se unieron en un beso, Ledger aún tenía lágrimas bajando por sus mejillas, esta vez por felicidad lo que tanto quizo al fin lo tenía y ahora se sentía alguien en este mundo. Cuando se separaron se volvieron a abrazar, enamorarse no es algo de la que te tomes a la ligera, te tomas el tiempo de saber si es la persona correcta y con el tiempo te das cuenta que llegas al punto de que estuviste erróneo todo este tiempo. Esas sonrisas, esos detalles, los regalos cuando lo protegía, todo estaba claro pero el simplemente nunca pudo entender.

-Tu cerveza está adentro. -

-No me importa la cerveza. -

-Esto significa que... -

-Tu eres mio y yo soy tuyo. -

-Se siente tan bien como no te imaginas. -

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Heath, te amo.

Jake, tengamos una vida en el campo y tengamos nuestra propia historia. Quiero morir a tu lado.

Y yo al tuyo.

Toxic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora