V es de Virgen [ j i m s u ]

1. La charla

Sabía que estaba viniendo. Cuando MinHo me dijo que sus padres se irían fuera de la ciudad por todo el fin de semana y me preguntó si quería ir a ver una película o algo, sabía lo que él estaba pensando. Soy virgen no estúpido. Él estaba definitivamente inclinándose hacia ese "o algo".

Eso no me molesta, sin embargo. Quiero decir él es un saludable chico de diecisiete años, y hemos estado saliendo por tres meses. Entiendo como funciona el mundo. Sólo pensé que algo de mi comprensión podría haber sido devuelta.

Estaba equivocado.

Supongo que es tanto su culpa como la mía. Debí haber sido honesto con él desde un principio, pero ¿me puedes culpar por postergarlo cada vez que iba a hacerlo? Decirle a alguien que eres virgen no es fácil al principio, pero decirle que tienes planeado quedarte de esa manera es más difícil.

MinHo había planeado todo también. Cuando llegué a su casa él me esperaba con comida casera, velas encendidas, la fina vajilla de su madre, y la colección de Tchaikovsky de su padre sonando de fondo. Fue el mejor pollo a la parmesana que me había comido nunca, aunque estaba un poco demasiado cocido.

Después de la cena él se sentó en el sofá y me entregó una caja con una solitaria cinta.

—¿Qué es esto? —pregunté sorprendido.

No es que MinHo sea insensible o desconsiderado, pero el romance no era su fuerte, y esta noche todo me había impresionado.

—Bueno, sé cuánto te gusta la joyería, y pensé que se vería bien con tu cadena.

Mi mano derecha automáticamente encontró su camino hacia el brillante oro blanco con forma de V que colgaba de mi cuello, era el collar de mi madre biológica. Sólo tenía diecisiete años cuando me tuvo, y me entregó en adopción inmediatamente después.

Aparte la vista, esta cadena era lo único que me había dado. Pero me sentía agradecido de tener por lo menos esto.

Mis ojos se empañaron antes de llegar a la cinta para abrir la cajita. Los pendientes que se encontraban en el interior eran tan bellos que la niebla se convirtió en lágrimas de verdad que se escurrió de las pestañas de mi rostro.

MinHo se puso pálido cuando se dio cuenta de que estaba llorando—. ¿Eso significa que te gustan o que me equivoqué?

—MinHo —susurré—, son perfectos.

Fue entonces cuando comenzó el beso.

Nos besamos... y besamos... y besamos hasta que mi boca estuvo seca, mis labios dolían y mi cabeza mareada por tenerla en las nubes durante tanto tiempo.

Cuando tomamos una pausa para recuperar el aliento, MinHo tomó mis manos entre las suyas y dijo la frase que había estado temiendo toda la noche. —Vamos a mi habitación.

Mi corazón empezó a latir rápidamente en mi pecho. Como dije, sabía que esto estaba por venir, pero eso no quiere decir que estaba preparado para ello.

—No creo que sea una buena idea —dije suspirando un poco.

—¿Por qué no? Estamos solos aquí, hemos tenido una gran noche y hemos estado juntos durante tres meses.

No quería herir sus sentimientos. Buscando las palabras correctas para explicarlo, pero mientras trataba de pensar, MinHo presionó sus labios con los míos de nuevo... y eso sólo hacía más difícil ¡pensar!

—¿No sabes cuanto quiero estar contigo YoonGi? —Sus labios moviéndose de mis labios a mi mandíbula, y luego bajaron por mi cuello—. ¿No hemos esperado suficiente?