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— ¡seongjun, date prisa! ¡tenemos que llegar antes de que oscurezca!

ante los regaños de su amigo sihun, seongjun no dudo en acelerar el paso para no perderlos de vista en el enorme prado. iban los cuatro uno detrás de otro, tal y como los patitos.

luego de la inesperada noticia de que serian adoptados en conjunto, los cuatro chicos estaban muy felices. ¡pues claro que lo estarían! eran mejores amigos desde sus llegadas al orfanato, con suerte se separaban si tenían algo que hacer, sihun era el mejor amigo de eunsang, junghwan era el mejor amigo de seongjun y se la pasaban todo el día juntos, era difícil que se dividieran para algo.

poco sabian ellos mismos de su vida personal; sihun no tenia apellido. por otro lado, junghwan habia sido abandonado de pequeño y no recordaba nada mas que su nombre y seongjun y eunsang si recordaban los suyos debido a que fueron dejados en el orfanato a una edad donde ellos tenian su propia conciencia.

el padre de eunsang, el doctor lee, habia desaparecido despues de haber ido a atender a un paciente en algun lugar desconocido y nunca volver, por lo que habia contado eunsang. tiempo después su madre lo habia dejado en el orfanato para irse con otro hombre, seongjun habia sido dejado a su suerte en la puerta del orfanato una madrugada.

el orfanato aejeong era como el paraiso para los muchachos, cada dia era una aventura nueva. habian sido muchas las ocasiones en las que quisieron adoptar a solamente uno del grupo, pero siempre terminaban por no hacerlo, se veia el cariño que se tenian entre los cuatro.

— señorita boah... —eunsang llamo la atencion de aquella mujer mientras miraba para el piso, luego levanto la mirada por unos segundos mientras esperaba que le respondiera.

— ¿si?

la señora boah habia sido quien habia recogido a los chicos del orfanato, en un lujoso (para la época) auto beige. habia hecho a los chicos esperar en el costado de la carretera, iba a guardar el auto y habia descrito al garage como un desastre. a los minutos ya habia vuelto para comenzar a caminar junto a los muchachos por la enorme pradera que rodeaba la casa, estaban cada vez mas cerca.

— ¿como es la casa en la que vamos a vivir?

— ¡ja, ja! ya es la quinta vez que me lo preguntas. tranquilo, es un sitio encantador.

ella tenia su cabello rubio perfectamente atado a un moño detras de su cabeza, parecia mas una aburrida y seria profesora de filosofia que una ama de casa.

— ya estamos cerca. ¿la ves? —señalo boah, apoyando su mano en el hombro de eunsang para que le prestara atencion.

los muchachos creian que seria una casa normal, con a lo sumo dos pisos y un cuarto que deberian compartir entre ellos, pero se sorprendieron al ver el gigantesco tamaño de esta y su estructura era una mansión. en el lateral de la casa, un enorme reloj con agujas inmóviles se hacia notar. para ellos, se sentia como estar en un castillo digno de un cuento de hadas.

siguieron avanzando hasta dar con la entrada, una enorme puerta de madera con forma de u hacia abajo los recibio. todas las luces estaban prendidas, habia candelabros colgados por el techo y muchas, muchas escaleras.

— ¡qué casa tan grande! —fue lo primero que dijo junghwan.

habían llegado a una especie de sala de estar, llena de cuadros y con una chimenea encendida, el lugar era sin dudarlo acogedor. seongjun y junghwan se sentaron en dos de los sillones que estaban colocados en el centro de la sala, con una mesita ratona de vidrio justo entre ellos.

— es enorme, y esto es solo el vestíbulo.

seongjun observo detalladamente el lugar, abriendo un poco su boca. eunsang iba justo atras de boah, quien finalmente llego con ellos. sihun solamente miraba para la chimenea, un poco mas alejado de los demás. parecia distante a veces, pero era el más heroico y noble de todo el grupo.

— niños, ire a buscar al dueño de la mansion —dijo boah, dando unos pasos para adelante. eunsang se coloco justo al lado de junghwan, dando leves empujoncitos, intentando que le diera algo de espacio para sentarse tambien—. esperen aqui.

boah empezo a caminar y cruzo una de las puertas, cerrandola al salir. los chicos se miraron entre ellos y eunsang se puso de pie, rendido ante junghwan, que se había adueñado del sillón.

— te estas preguntando como es el señor lim —intuyo junghwan, mirando a eunsang, se paso una mano por el cabello—. ¿verdad?

— si...

— no se —dice seongjun de repente, cruzándose lentamente de brazos—. ¡es tan grande que no me gusta! diria que nuestro orfanato era mejor.

— es verdad, bueno, esta tan vacio... —sihun acerco sus manos al fuego, soplandolas un poco antes— no creo que me acostumbre a esto.

"no seas gallina, sihun" penso eunsang, que siguio revisando, pero sihun nunca fue una gallina, era bastante valiente. por un rato mas, siguieron charlando, pero aquel rato se había transformado en muchos minutos, se podia escuchar el sonido de las agujas del reloj de mano de junghwan, estaban en pleno silencio, esperando a que boah o el señor lim llegaran para recibirlos. sihun bufo y se sento en el piso, que era de alfombra, justo frente a todos y se llevo las manos a las mejillas.

— oye —dijo sihun, pellizcando el talon de eunsang para que asi le diera un minuto de su atención.

— ¿eh?

— ¿podrias ir tu a buscar a la señora?

eunsang no dijo nada, se quedo por unos segundos en silencio, mientras pensaba en que responderle, qué si o qué no.

— la señorita boah... esta tardando mucho. ¿quieres que vaya a buscarla yo? —se ofrece seongjun, levantando la mirada

el pelirrojo rápidamente negó con su cabeza, haciendo una seña con una de sus manos como si se estuviera despidiendo. se acerco muy lentamente a la puerta donde anteriormente la señorita boah se había ido, abriendola.

— no tardes tu tampoco, eh —bromea junghwan, que se rie solo mientras hace una seña también, incitandolo a que se fuera por ahi.

eunsang levanto sus cejas y cambio la expresion a una cara inescrutable, soltando un suspiro. dejo la puerta abierta, y salio al pasillo.

las luces eran un poco mas oscuras, las ventanas eran enormes, no era un pasillo tan largo y habia una puerta al final de este. eunsang se froto los ojos con los puños, para ver si podia aclarar la vista, pero fue inútil.

solo fueron segundos, segundos de descuido, cuando fue ahi que lo escucho.

un grito desgarrador, tan fuerte que eunsang casi se cubre los oidos. provenia de la sala de estar, provenia de la boca de sus tres amigos. eunsang fue casi corriendo por donde vino, cruzando la puerta que dirigia al vestíbulo. lentamente, dio unos pasos.

— ¿chicos...?

el ambiente era frío, la chimenea se había apagado al igual que las luces.

— ¡eh, no tiene gracia! —frunció el ceño,  pero no recibio respuesta.

definitivamente, esto no se trataba de una broma de parte de sus amigos. la pesadilla solo estaba empezando.

la torre del reloj   |   bdcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora