Capítulo 11: Revelaciones

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"¡¿Qué?!" exclamó Spyro, abriendo mucho los ojos, al igual que Sparx cuando escuchó lo que dijo. El dragón que siempre vio como una figura de padre... ¡era realmente su padre!, "¡¿Ignitus era mi padre?! Pero, ¿¡por qué no me lo dijo!? Tanto tiempo, con él y nunca..."

"Spyro, mi pequeño", comenzó, acariciando suavemente su cabeza con una expresión amorosa, "Ignitus seguramente te explicó que el dragón púrpura es una criatura especial, un dragón nacido cada diez generaciones. Pero algo que quizá no sabes es que no sigue una descendencia específica. El dragón púrpura no nace necesariamente de una línea familiar, sino por los azares del destino."

Spyro, con los ojos aún llenos de preguntas, inquirió: "¿Entonces... eso significa que ninguno de mis abuelos o bisabuelos era un dragón púrpura?"

Sybilla asintió con una sonrisa cálida. "Así es. Cualquier pareja de dragones puede ser bendecida por los ancestros con el nacimiento del legendario dragón púrpura cada vez que este deba aparecer. Tú fuiste esa bendición para nosotros, Spyro."

Con estas palabras, Sybilla lo envolvió en sus alas maternales, abrazándolo con profundo amor.

 "Estábamos tan felices por tu nacimiento, pero también sabíamos el peligro que eso representaba. Sabíamos que Malefor iría tras ti, porque eres el elegido. Por eso, Ignitus pensó que lo mejor sería llevarte al templo para que estuvieras protegido por los guardianes y él mismo. Era lo más seguro."

Spyro, sintiendo una mezcla de emociones, preguntó: "¿Y Flame? ¿Qué pasó después de dejarme en el templo?"

Sybilla sonrió con dulzura, pero con un toque de nostalgia. "La noche en que Ignitus y yo nos despedimos fue especial... tuvimos un momento íntimo y emocionalmente profundo, un momento que selló aún más nuestro amor. De ahí, sin saberlo, quedé embarazada de Flame." Sus ojos brillaron al recordar. "No me di cuenta hasta después, cuando ya había llegado a LunaVillage. Ignitus y yo decidimos guardar el secreto de que éramos los padres del dragón púrpura, por tu propia protección. Sabíamos que, si Malefor se enteraba, habría intentado usarnos a ambos en tu contra, y entonces... te habría perdido de una forma aún peor."

Spyro asintió con seriedad, comprendiendo la magnitud de las decisiones que sus padres habían tomado por su bienestar. En ese momento, recordó el día que Ignitus se sacrificó para salvarlo del fuego, y cómo la oscuridad había intentado consumirlo después de la batalla con Galu. Cynder había sido quien lo trajo de vuelta. De haber sabido entonces que Ignitus era su padre, tal vez esa oscuridad lo habría consumido por completo, llevándolo al mismo destino trágico que Malefor.

"Lo comprendo", dijo Spyro con una voz suave, pero firme. "Lo importante es que ahora estoy contigo, y con Flame. Podemos ser una familia otra vez."

Sybilla, con lágrimas en los ojos, lo abrazó con fuerza, y Spyro devolvió el gesto, sintiendo en su corazón el calor y la seguridad que había anhelado durante tanto tiempo. En ese abrazo, madre e hijo encontraron el consuelo que el destino les había negado por tantos años.

(Mientras tanto...)

Logré alcanzar a Flame, quien estaba sentado al pie de un gran árbol, mirando al horizonte con aire pensativo. Me acerqué lentamente y me senté a su lado, sin decir nada al principio, solo observando. Tras unos momentos de silencio, decidí preguntarle:

"¿Qué te pasa, Flame? ¿Por qué te fuiste así?"

Flame suspiró, bajando la mirada antes de hablar.

"Es que... acabo de enterarme de algo que me tiene confundido. Soy hijo de Sybilla... y eso significa que Spyro es mi hermano mayor"

La revelación me dejó en silencio por un momento. No me esperaba que Flame se sintiera tan afectado por algo como eso.

"Ya entiendo" le dije una vez hubo terminado, "Pero entonces, ¿por qué te fuiste y no llevaste a Spyro con vuestra madre?"

"No sé qué decirle. Nunca he tenido un hermano antes, y... no sé cómo debería actuar" continuó, con un aire de incertidumbre que no solía mostrar.

Pensé en mi propio hermano menor. Recordé las veces en que competíamos, las peleas, pero también los momentos en que nos apoyábamos. Mi experiencia me ayudó a encontrar las palabras adecuadas para Flame.

"Tener un hermano puede ser complicado" empecé, "A veces parece que todo es una competencia para ver quién es mejor, y eso puede generar problemas. Pero... al final, es como tener un amigo muy cercano. Ambos siguen sus propios caminos, pero siempre se apoyan cuando se necesitan. La clave es ser sinceros el uno con el otro, entender que no todo tiene que ser una competencia.

Flame me miró, meditando en mis palabras. Luego, asintió lentamente.

"Eso suena bastante sabio, Jhonny" Su mirada era sincera, casi admirativa, "No sé si podría haberlo pensado así"

Me sentí un poco avergonzado, ya que era raro que me expresara de esa manera. ¿Quizás había sido parte de mi transformación?

De repente, una voz había roto el silencio.

"¡Flame!"

Una voz suave y cariñosa llamó a Flame. Una dragona rosada apareció acompañada por Edel, quien me sonrió al verme. Al instante, sentí esos cosquilleos en el estómago.

"¡Hola, Flame! " dijo la dragona, sonriendo con calidez, "Te he estado buscando."

Flame se giró hacia ella y, con una sonrisa de complicidad, dijo:

"Este es Jhonny. Es un muy buen amigo mío.

"Encantada de conocerte, Jhonny "respondió Ember, "He escuchado por parte de Edel que eres... lindo."

Mis escamas se encendieron en un rojo intenso, y apenas pude articular un saludo. Edel también se ruborizó, mirándole a Ember con sorpresa.

"¡Eh! Se suponía que eso era solo un comentario "entre amigas"! "protestó Edel, avergonzada.

Ember soltó una risa encantadora.

"¿Nos veremos más tarde?" preguntó, guiñándole un ojo a Flame.

"Creo que deberíamos posponer nuestra "cita" para otro día " respondió Flame, tratando de mantener la seriedad.

"Está bien, hasta luego entonces" dijo Ember, sonriendo mientras se alejaba junto a Edel.

Cuando Edel me dijo "hasta pronto", mi corazón dio un vuelco. Con un nervioso titubeo, respondí:

"Hasta... pronto..."

Y se marcharon.

La Leyenda de Spyro, El Legado del GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora