Capítulo 16: Un amigo, una familia

348 17 1
                                    

Era de noche, y compartíamos una habitación grande y cálida. La mayoría ya había caído en un sueño profundo, pero a mí me costaba conciliar el sueño. Mi mente no paraba de repasar todo lo que había acontecido hasta ahora.

Primero, todo comenzó con un sueño extraño que resultó ser un portal entre dimensiones, transportándome a otro mundo. Después, me transformé en un dragón y me hice amigo de personajes que, en mi antiguo mundo, solo eran figuras de fantasía. A pesar de ser tan diferente, los dragones me habían aceptado, enseñándome a comer, luchar y volar como uno de ellos.

Conocí a las familias de Spyro y Cynder, mis personajes favoritos, y sentí una conexión genuina con ellos, casi como si fuera parte de su familia. En medio de todo esto, estaba Edel... ella se había convertido en una compañera de equipo invaluable, y aunque todavía no lo había admitido en voz alta, sabía en mi corazón que me había enamorado de ella. Y para mi sorpresa, sentía que los sentimientos eran mutuos. Ahora, aquí estaba, participando en una competencia para convertirme en uno de los nuevos guardianes de este mundo.

Me preguntaba si todo esto era un sueño. Si lo era, por favor, que nadie me despierte.

Siempre había querido darle sentido a mi vida, encontrar algo que me hiciera sentir completo, y nunca había imaginado que podría hallarlo aquí, como un dragón, en un mundo de leyendas. Quizá este era mi destino. Mi corazón me decía que estaba en casa, pero una pequeña voz en mi mente seguía preguntándose qué debía hacer ahora. Recordé entonces a Ignitus, el antiguo guardián de fuego; tal vez los registros que él dejó sobre todos los dragones podrían ayudarme a entender qué hacer y cuál era mi propósito.

Debía descansar, especialmente si el próximo día iba a ser tan desafiante y emocionante como el anterior. Pero el sueño seguía siendo esquivo. Los recuerdos de mi vida como humano comenzaron a inundar mi mente, recordándome las sombras que dejé atrás.

Recordé cómo mi madre y mi padrastro siempre querían mantener todo en orden, exigiendo deberes y responsabilidades que mi hermano y yo debíamos cumplir a la perfección. Cuando me equivocaba o me distraía, se enojaban conmigo, y esa sensación de no ser suficiente siempre me pesaba. Sentía que no era justo, ya que equivocarse o distraerse es parte de ser humano... pero en ese ambiente, parecía que no tenía derecho a cometer errores. No podía ser "humano" bajo sus expectativas, y con el tiempo, empecé a sentir que no había espacio para la imperfección en mi vida.

En contraste, mi vida como dragón era completamente distinta. Aquí, los errores no eran un signo de debilidad, sino una oportunidad de aprender. Me permitían mejorar, crecer, y sentirme orgulloso de mis logros, por más pequeños que fueran. Sentía que podía empezar de nuevo, tener una vida diferente, algo que ningún otro en mi antiguo mundo podría experimentar. Y si había cometido errores en mi pasado, esta era mi oportunidad de redimirme.

Por primera vez, sentía que tenía una vida llena de propósito, una experiencia que podría moldear con mis propias garras. Cerré los ojos, respiré profundamente y dejé que las dudas se disolvieran lentamente. Quería mantener esta vida, sentir que realmente había encontrado mi lugar en el mundo.

Finalmente, el cansancio me venció, y caí en un sueño ligero pero reconfortante.

A la mañana siguiente, me había quedado profundamente dormido, y fue Spyro quien me despertó. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que los demás ya se habían ido.

"Edel se fue a hablar con su padre. Thorr y Ray se fueron a ejercitar sus alas," me contó Spyro mientras caminábamos para reunirnos con los demás. Luego, añadió con un tono curioso, "Creo que Cyril quería decirle algo. A propósito, ¿cómo va entre ambos? Me refiero a ti y Edel, por supuesto..."

"¿En serio?" me ruboricé un poco, pero traté de ser honesto. "Bueno, la verdad es que ella también me gusta... mucho."

Aun así, la preocupación no me dejaba tranquilo: si Edel descubría que no era un verdadero dragón, ¿qué pensaría?

Spyro me miró con una sonrisa comprensiva. "Sí, sé lo que se siente. Parece que te ha ido muy bien desde que llegaste. Pero dime, ¿todavía quieres ir a ver al Cronista?"

"Sí, Spyro. La verdad es que no sé qué hacer," admití mientras miraba al suelo. "Estoy dividido entre cumplir con un sentido de responsabilidad o simplemente disfrutar de esta nueva vida. Ustedes me han acogido tan bien que los siento como mi familia."

"Sabes que eres bienvenido de esa forma. Los dragones somos como una gran familia, ¿recuerdas? Además, parece que le gustas mucho a Edel," respondió, dándome una palmada amistosa en la espalda.

No podía evitar sentirme aún más preocupado. "Pero sabes que no soy un verdadero dragón, ¿cómo podría gustarle a Edel si descubre lo que realmente soy?"

"Te entiendo," respondió Spyro con seriedad. "No sé mucho sobre chicas, pero respecto a mí y a Cynder, ella me ama por ser yo mismo, por lo que hay en mi interior, no por ser el legendario dragón púrpura."

Su respuesta me tocó. "Eso es lo que realmente me preocupa, Spyro," suspiré. "Hay algo que nunca les conté cuando llegué aquí."

Nos detuvimos en el camino, y Spyro me miró con atención, dispuesto a escuchar. "Puedes hablar, soy tu amigo," me dijo con empatía.

Tomé aire, sintiendo el peso de las palabras. "Yo... realmente quise desaparecer de mi mundo unos días antes de llegar aquí."

"¿Desaparecer?" preguntó Spyro, confundido. "¿Por qué?"

"Tenía miedo. En mi mundo, no es fácil alcanzar una vida feliz y próspera, ni siquiera si estudias o te esfuerzas," le expliqué. "Siempre me decían que debía madurar, que debía ser más responsable. Me daba miedo no rendir lo suficiente en mis estudios, y en mi mundo, o eres alguien o no eres nada. Todo gira en torno a ganar algo llamado 'dinero', y eso hace que las personas se vuelvan deshonestas, tramposas o incluso peligrosas. La ambición por dinero genera conflictos, peleas y guerras. No quería convertirme en alguien así, tenía miedo de mi propio mundo. Supongo que por eso era tan torpe."

Spyro escuchó atentamente mis palabras. Tras un momento de reflexión, me preguntó: "¿Cómo querías que fuera tu vida?"

"Mi deseo era una vida en un mundo nuevo, algo parecido a cómo era la Tierra en sus principios. Un lugar con paisajes verdes, aire puro y criaturas como ustedes," respondí, tratando de mantener la voz firme. "Quería vivir en un lugar lleno de aventuras, buenos amigos... algo que cualquier niño desearía."

El silencio que siguió se sintió casi solemne.

"Así que ese fue tu deseo..." murmuró Spyro.

"Sí," asentí. "Quería un nuevo comienzo, una nueva forma de ver las cosas."

"Entonces, ¿cómo te sientes ahora?" preguntó, mirándome con curiosidad genuina.

"Cuando llegué aquí, todo cambió," respondí con sinceridad. "Me siento mejor siendo lo que soy ahora. Hasta creo que he madurado. Pero, en el fondo, me sigue asustando la idea de ser el mismo humano torpe e inútil que era antes. Por eso, a veces me paralizo por miedo a equivocarme."

"No deberías pensar así," me animó Spyro con una sonrisa cálida. "Lideraste a tu equipo ayer, y lo hiciste increíblemente bien, incluso mejor que Flame. Fue tu ser interior el que lo hizo, no tu exterior. Solo necesitabas una oportunidad para demostrarlo."

Agradecí su confianza, pero la duda persistía en mi mente. "Gracias, Spyro... pero tengo miedo de no poder hacerlo otra vez."

"¿Lo harías por tu equipo?" preguntó con un tono persuasivo. "¿Lo harías por Edel?"

Esa pregunta me dejó pensando. Ya no quería ser el cobarde que todos criticaban por intentar ayudar. Quería ser un amigo que siempre apoyara a los suyos. Esta era mi oportunidad de demostrarlo y no podía dejar que el miedo me dominara. Además, como dijo Spyro, al menos debía intentarlo... por Edel.

"Lo intentaré," dije al fin, con determinación renovada. "Gracias, Spyro. Eres un gran amigo, y nunca imaginé tener a alguien como tú a mi lado."

"De nada," respondió con una sonrisa. "Vamos, ya casi llegamos."

Y reanudamos la marcha.

La Leyenda de Spyro, El Legado del GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora