No Otra Vez!!

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Saint...

Otra vez lo había hecho, y no es que yo me quedara tan tranquilo observando el panorama como si no tuviera nada que ver conmigo. No, en realidad hice lo de siempre, ponerme histérico. Pero ¿qué más podía hacer?, otra vez tenía que ver al que se supone era mi novio con otro.

Nunca dudé que me quisiera, tenía muy claro que me quería muchísimo, pero no me respetaba. Y todos, a cierta edad, comprendemos que el amor no es suficiente, que llega un momento en que las cosas buenas no compensan y que el aguantar una vez más se nos hace imposible.

Llevamos juntos alrededor de 2 años, desde que yo tenía 19, no fue muy inteligente tener novio a tan corta edad, mi madre siempre decía que debía vivir mi vida, que para novio siempre había tiempo. Pero cuando te enamoras, nunca es planeado. Simplemente te llega el momento

Ahí estaba yo, montando un espectáculo de proporciones épicas, gritando como un loco toda clase de insultos y arrojando objetos con la esperanza de que alguno le diera en la cabeza, le abriera una parte de ella y lo dejara inconsciente... pero tengo mala puntería, o mala suerte porque sólo conseguí darle a la pared de la habitación. También puede que tuviera algo que ver el hecho de que él era muy bueno esquivando objetos arrojadizos (se podría decir que ya estaba acostumbrado).

- ¡¡¡Perth !!! ¿¡Es que no puedes mantener los pantalones puestos!?- Dije eso gritando, con un nudo en la garganta, con lágrimas de rabia bajando por mis mejillas.

- bebe por favor, tranquilízate, maldición, no lo hice adrede. Anoche bebí mucho, ni siquiera recuerdo nada- Lo decía como si fuera la mejor excusa del mundo, pero era bastante conocida para mí, no era ni la primera, ni la segunda vez que la usaba.

Intentó acercarse a mí, mientras el otro chico cogía sigiloso sus cosas para salir de la habitación, con la esperanza de haberse vuelto invisible, y que yo no me decidiera a tirarle cosas a él también. Por supuesto no iba a hacerlo, hacía tiempo que había asumido que la culpa de todo era del calentón de mi novio. Las primeras veces siempre me lanzaba en contra del otro chico, que en realidad no tenía ni porque saber que el tipo que le metía la lengua hasta la garganta era mi novio. Pero con el tiempo (y la experiencia) uno aprende a priorizar. Y en ese momento, mi prioridad era hacerle mucho daño físico a Perth.

- Escúchame ¿si? Lo siento, ha sido un error, sabes que a veces se me va la cabeza- intentaba agarrarme de las muñecas, ya había conseguido llegar hasta mí, pero yo retorcía mis manos para conseguir soltarme y darle algún que otro golpe en la cara.

- ¡¡No me toques con esas manos asquerosas!!- no conseguía calmar mi respiración- ¡Ya no aguanto más! ¿Tienes idea de cómo me haces ver ante todos? Es que ni siquiera intentas esconderte un poco, ¡maldito infiel!

- Te quiero Saint, perdóname, sabes que no puedo vivir sin ti. Los demás no me importan, me conoces, sabes que no sé concentrarme...

Ahí estaba, mirándome con cara de perro apaleado mientras se ponía los bóxers, con el paisaje de la cama completamente desecha a sus espaldas y la claridad entrando por la ventana... Ojalá se quedara impotente, maldito. Hacía rato que el otro había desaparecido del mapa y mi intención era hacer lo mismo...

- como sea, estoy harto de tus excusas. Yo también bebo cuando salgo y nunca te he sido infiel- había conseguido calmarme un poco, o resignarme...- No quiero saber nada más de ti, sé que siempre digo lo mismo, pero esta vez es cierto, no puedo más, me hieres y no te importa.

- No digas eso bebe. Lo solucionaremos, además sabes que sólo te quiero a ti. Por favor, deja que me duche, hablemos...- Su mirada era suplicante.

Junto a Mi ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora