EL CAMINO AL AMOR

546 64 15
                                    


La mañana siguiente fue complicada. Habían sido demasiadas emociones, demasiado intensas como para digerirlas en una sola noche. Los sentimientos agudos me abordaban, ya que me había sentido feliz de poder hacer que Zee por fin reaccionara, había logrado que finalmente se desahogara y expresara lo que realmente sentía aunque luego de la ducha él se encargó de vestirme y llorar diciendo que me amaba y que lo perdonara por todo.

Pues ahora me encontraba haciendo el amor con el hombre más maravilloso de la forma correcta, creo que ahora él trataba de corregir  todo el daño que me hizo ya que me trataba como un pedazo de fina porcelana entrando y saliendo con una delicadeza que no sabia que poseía . . .

- Ahhh Zee

- Shhhhh amor ¡! No ... no digas nada - era fácil decirlo, el no estaba sintiendo tanto placer  como yo.

En fin. . . . .

Después de terminar con el delicado momento de pasión, simplemente nos acostamos, abrazados y ahora yo tenía miedo de abrir los ojos. Porque uno hace y dice cosas durante el sexo de las que después puede arrepentirse. Y el momento de retractarse era exactamente ese: a la mañana siguiente. Me había gustado la escena de celos y dominio de Zee, no para repetirla cada noche porque mi cuerpo no lo resistiría, pero me había sentido importante y deseado. Había logrado por una noche, deshacerme de toda mi inseguridad y había sido increíble. Pero las pequeñas dudas seguían ahí. Después de todo, había sido el fin de semana más horrible de mi vida ... y de la de Zee.

- Abre los ojos bebe ... - El se abrazaba a mi espalda y esbozó una cálida y suave risa. - Eres malo fingiendo.

- Creí que seguías dormido, no quería despertarte. - Zee volteó  mi cuerpo para que quedara frente al suyo y me acarició el puente de la nariz con un dedo, su expresión era triste.

- Mientes, algo ronda tu cabeza. Llevas media hora despierto y no has movido ni un músculo ... lo que noté por tu respiración, es más suave y lenta cuando estas dormido.

- Tenemos que hablar. Pero de verdad, sin gritos, ni peleas ... ni sexo. - Un gran suspiro salió de su pecho, dando un entendimiento de que estaba de acuerdo conmigo, pero que al igual que yo, había querido retrasar el momento.

- Sí bebe ... Tenemos que hablar.

-------------------------------------------------- -------------------------------

PERTH

Tabique nasal roto, clavícula izquierda y tres costillas fracturadas ... por no enumerar los diversos hematomas y grandes daños por todo el cuerpo. Y aun así, la herida más grande, la herida que más le dolía seguía siendo su corazón roto.

Tampoco ayudaba la cara de inmensa decepción de Mean. Lo tenía justo al lado, sentado sobre uno de los sillones de la pequeña habitación de hospital donde había tenido que ser ingresado, con su codo derecho apoyado en los reposa brazos del asiento y a su vez, su frente apoyada en la misma mano, cubriendo en parte sus ojos No era para menos. Le había relatado la historia completa y Mean no podía más que contraer las expresiones de su rostro, cada una más horrorizada que la anterior. Y luego, no había dicho nada más, no le recriminó nada ... simplemente se había quedado allí, sin querer mirarlo, como asumiendo el relato de terror que le había contado.

- ... No sé por qué lo hice ... mierda, lo amo tanto. - No pude reprimir mis sollozos, sabía perfectamente que después de lo que había hecho, no habría perdón.

- Yo lo envié a ti ... le supliqué que te viera una última vez y tú ...

Mean estaba realmente molesto conmigo, y no podía culparlo. Simplemente no entendía cómo funcionaba mi mente cuando hacía ese tipo de cosas. Simplemente me cegaba, hacía simplemente lo que me apetecía y para cuando me daba cuenta del error, normalmente era demasiado tarde. Como cuando era infiel, de verdad no pensaba en las consecuencias de mis actos cuando quería algo.

Junto a Mi ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora