Por protección (Sebaciel)

Edward Midford

El Joven conde después de la visita de Soma la cual se alargó de un día a tres lo habían dejado exhausto pues, Soma le  contó todo lo que había pasado en su vida en los meses en los que no se vieron, le contó que su quinto hermano se había casado, que la boda se celebró en todo el país y que estaba feliz de que aún quedaban  por casarse bastantes hermanos antes de que le tocará a él, porque mientras su padre busca pareja para el sexto y el séptimo, él sólo se preocupaba de la comida que iba a darle Agni para la cena. Aún que Ciel no lo admitiera si sentía un poco de envidia hacia Soma ya que al ser un príncipe con puros hermanos mayores, tenía que esperar a que ellos se casarán antes de que lo comenzarán a presionar, sin contar que ser una persona con pocas responsabilidad, no como el que tenía que convivir con mafias, asesinos y toda clase de personas del bajo mundo su vida nunca estaba en riesgo.

La mañana pasaba lenta para Ciel,ya que al no recibir una carta de la reina ya hace dos semanas, sólo tenía que encargarse de las finanzas y acuerdos de la compañía funtom.

Por otro lado de la mansión se encontraba lo que podría ser el espécimen humano perfecto, sólo que al no ser humano ese título no le venía. Sebastian se encargaba de buscar la vajilla de repuesto, ya que Meirin se encargó de convertir en polvo la que tenía a disposición, cuando llegó a la cocina se percató de un carruaje que estaba a unos quinientos metros de llegar por lo que , sacó los ingredientes para hacer una tartaleta  de fresa la favorita de la señorita Elizabeth.

Ciel, Ciel-gritaba Elizabeth al tiempo en que presionaba al joven conde en sus brazos.

Lizzy- llamaba el conde pero la joven no le escuchaba- Elizabeth- pero la joven de diecisiete años sólo lo apretaba más- ¡ELIZABETH!¡SUELTAME!

Disculpa, es que eres tan tierno- decía sonriente su prima.

¿Cómo está Macmillan?, nunca lo invitas- le preguntó Ciel. mientras se sentaba en la silla que estaba al lado de la que Elizabeth Midford que después de que Ciel se manifestará como omega se comprometió con Macmillan un beta quien Ciel conoció por pocas semanas en el colegio.

sigue llendo a Weston College, es por eso que no lo haz visto conmigo- respondió la beta.

¿ ya está en su último año?- pregunta mientras mira por la ventana a Sebastian regañando a Finny

No, en el penúltimo está emocionado es ayudante de prefecto y el próximo año probablemente se transforme en uno- dice contenta la joven rubia.

Que bueno por él, se que lo conocí por poco, pero en ese tiempo se notó que es buena persona, aparte de alegre se nota que te sentará bien te podrá soportar- contesta mirándola con sonrisa burlona.

¡OYE!, yo no soy inso....- la joven comenzó a pensar en su comportamiento habitual y se sonrojo lo que provocó risa en su primo que iba a seguir burlándose hasta que tocaron la puerta.

pasa- le dijo el conde a Sebastian ya que era el único que tocaba de una manera elegante.

con permiso, les traje su merienda de la tarde-noche mientras Sebastian ordenaba la mesa que estaba al medio de los jóvenes y ponía las tazas de porcelana- hoy he preparado tartaleta de fresa con pudin de verano y hielo- sabiendo que la tartaleta era la favorita de la señorita Midford y el pudin de verano y hielo le encantaba a su bocchan.

Gracias Sebastian, se que sabes que es uno de mis dulces favoritos- animosa agradecía la señorita.

No es nada- respondía el mayordomo con su excelente estética.

Sebastian, disculpa mi indiscreción pero, ¿todavía no tienes pareja?- pregunto la señorita intrigada.

Es que al parecer nadie me quiere- respondía dramático el demonio.

y con razón- respondía bocchan mientras probaba el postre.

¡Ciel!- le regañaba Lizzy.

no se preocupe My Lady, tal vez consiga pareja cuando el bocchan crezca- respondió con una sonrisa cínica.

¡Maldito!- grito el conde rojo de rabia- fuera.

con su permiso bocchan- se retiró el mayordomo.

¿y de que te ríes tú?- colerico alegaba él joven amo.

de nada, es que recordé un chiste- dijo la joven sin que se le borraba la sonrisa- te lo cuento mira; toc toc

¿quién es?- le siguió el conde

lo que te falta-

¿lo que me falta qué?-

por crecer- dijo la joven que río al ver a su primo tragarse la ira.
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después de dos horas de conversaciones, Lizzy miro serio a Ciel y sacó algo de su bolso.

toma- dijo la beta, entregando le la carta.

¿qué es?- pregunto el conde mirando la carta que iba a su nombre pero que no tenía remitente.

es una propuesta de matrimonio- dijo emocionada.

¿de quién?- pregunto más ansioso Ciel.

De Edward- dijo con una sonrisa.

¿Edward qué?- dijo el conde sin darse cuenta todavía.

Edward Midford- dijo ella agrandado más su sonrisa, como si fuera posible.

¡Tu hermano!- grito Ciel sin poderlo creer.

Sí, mañana regresa de Francia, quiere que vayas a tomar el té- dijo emocionada la joven- mamá también llega espero que vayas es para las cuatro.