Capitulo 7

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro.


—¿Que tal si Tobirama es quien pide tu mano? Piénsalo, pertenece a un clan muy poderoso además muere por ti.

—Tenten tiene razón Hinata, estoy segura que él es quien pedirá tu mano—aseguró Sakura tratando de darle ánimos a la morena.

—Él no te dejará escapar. Te vamos a ayudar en esto Hina y si tenemos que obligarlo a que se case contigo, lo haremos—afirmo Ino con tono de triunfo.

—Yo-yo no creo que él este interesado en mi—las chicas rodaron los ojos, Hinata podía ser tan despistada y tan inocente para algunas cosas.

Una luz de esperanza ilumino el adolorido corazón de la Hyuga. ¿Sería posible pasar el resto de su vida junto a él? Lo respetaba y admiraba tanto. Con ese semblante serio y sin emociones, pero cuando sonreía iluminaba todo, incluso su alma, que aveces se sentía tan oscura por falta de cariño. Recordó que en el hospital, estuvieron a punto de besarse y no pudo evitar sonreír al mismo tiempo que se sonrojó, solo por pensar en él.

Después de la conversación sobre Tobirama, el ánimo de la ojiperla aumentó. Las cuatro chicas se despidieron y las tres aseguraron a Hinata, que no la dejarían sola. Ella sintió su corazón calentarse por contar con amigas como ellas.

[...]

Los días avanzaron hasta que ya faltaba una semana y dos días, para la boda de Hinata con el Uchiha. Tobirama ya había mandado su petición al clan Hyuga, pero aún no recibía respuesta y eso lo tenía algo inseguro. Hashirama le dijo que todavía no se hacía público lo del matrimonio y que ese era el motivo de no obtener respuesta, pero sus dudas sólo aumentaron, puesto que la información no coincidió con lo que habló con Kurenai.

Ahora encontraba en la cascada esperando por ella. Esa mañana envío un halcón con una nota para Hinata... Hashirama le ordenó una misión que duraría alrededor de dos semanas y no podía partir sin antes verla. Tenía mucho sin hablar con ella debido a las misiones que cada vez se hacían mas frecuentes, al parecer, algunas princesas de las otras naciones estaban desapareciendo y los familiares, estaban desesperados por obtener información. Esta vez fue Mei Terumi, la Mizukage de la niebla, quien pidió ayuda a Konoha. Partiría por la mañana junto a Kakashi y Anko, sólo esperaba que a su regreso, ya estuviera la respuesta a su petición. De pronto la miró avanzando hacia él y sonrió de medio lado sin poder evitarlo. Se veía hermosa, vestía un vestido color violeta, con flores negras, el cabello estaba atado en una coleta alta y desde lo lejos la miró sonreírle sólo a él. Todas sus dudas y ansiedades, desaparecieron sólo con tenerla cerca.

Hinata vio a lo lejos a su sensei. El corazón latía rápido y las mariposas en su estómago no se detenían. Esa mañana recibió un mensaje en su ventana, se sorprendió cuando lo leyó, pero se apresuró a terminar con sus pendientes y poder estar lista para la hora marcada en el mensaje. Tenía muchas ganas de verlo, quería hablar con él, tenía la esperanza que él comentará algo acerca de su próximo matrimonio, aunque su padre no volvió a tocar el tema, lo cual agradeció.

Llegó hasta dónde esperaba y la sorprendió al tomarla en un abrazo, ella se sintió derretida en ese pecho cálido y con ese olor tan varonil que sólo él poseía.

Tobirama la apretó fuerte, sin llegar a ser mucho como para lastimarla, no quería que ese momento terminara, los dos se separaron y se sentaron juntos a las orillas del lago.
La notó algo inquieta, así que se posicionó frente a ella y levantó su barbilla para mirarla a los ojos—¿Que te pasa pequeña?—preguntó con su vos tan seductora, que Hinata tuvo que tragar saliva.

Pieza de venganza MADAHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora