Capitulo 16

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Los días continuaron sin ningún percance. Todos parecían tranquilos, la ojiperla poco a poco fue recuperado su apetito.

Ame, Kento y Kenzo, llegaron al hospital llevando dangos para ella.
El niño corrió y se subió en la cama abrazándola. Eso la hizo muy feliz.
Se había apegado mucho a Kenso y lo echaba de menos... Lo escucho con atención, contando todas sus aventuras y pensó que sus hijos serían iguales a él.

Ame le contó que todos en el distrito Uchiha, estaban muy preocupados por ella y le mandaban sus mejores deseos. Más tarde se despidieron, prometiendo regresar en otro momento.

Ella se quedó sentada en un sillón junto a la ventana leyendo un libro, cuando llego Tobirama. La Hyuga le sonrió al mirarlo sentarse junto a ella.

—¿Como te sientes mi niña? —le preguntó el Senju sin apartar los ojos de ella. Como era de esperarse, se sonrojó debido a la cercanía de ese apuesto hombre. Podía oler su fragancia, él siempre olía tan bien, pensaba mientras lo veía con discreción.

—E-estoy bien sesei, solo un poco aburrida por no poder salir de aquí—le sonrió con ternura.

—Recuerda que es por tu bien, estuviste muy mal, pensé que te perderíamos— confesó Tobirama.

Ella desvío la mirada hacia un lado, estaba avergonzada—¡Estoy embarazada sensei!—se lo dijo, porque pensó que tal vez, él aún no lo sabía... estaba segura que se decepcionaría de ella y eso, aunque le dolía, era lo mejor. Después de todo ya no tenía nada que ofrecerle. Su sensei merecía encontrar una buena mujer que lo amé tanto como ella lo llegó a amar.

—Lo se pequeña y serán tan adorables como su madre—le sonrió y le tomo de la mano, dandole un beso en ella.

Hinata sintió la sangre en su rostro, estaba abochornada por la vergüenza. Él, no solo no se decepcionaba de ella, sino que la seguía adulando, como lo hacía siempre.

—G -grasias s-sensei—agradeció poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja, con nerviosismo y mirando a otro lado. Tobirama la miraba con ternura. Seguía siendo la misma niña tímida que empezó a entrenar y también a amar.

La noticia de los niños lo golpeó fuerte, pero solo por unos momentos. La veía más linda que antes, seguramente se debía a la maternidad. Estaba convencido mas que nunca, que si ella lo aceptaba, velaría por ella y también por los niños como si fueran suyos.

Continuó con ella, hasta que se llegó la hora de regresar a sus deberes. Se despidieron y abrió la puerta, encontrándose de frente con Izuna. Ya se habían mirado antes, cuando Hinata estuvo inconsciente, no obstante, en ninguna ocasión estuvieron a solas.

Se miraron fijamente el uno al otro y para sorpresa del Senju, Izuna le hizo un saludo de cortesía y respeto, después lo paso de lado entrando en la habitación de Hinata y cerrando la puerta.

Tobirama no supo como reaccionar, sin duda alguna fue un buen sentimiento.
Ellos nunca fueron amigos y probablemente, nunca llegarían a serlo.
Siempre mantuvieron un ambiente de respeto, hasta el día de la pelea, que fue la última vez que se vieron.

...

Izuna entró en la habitación después de encontrar al Senju. Desde hace tiempo había dejado de culparlo por sus males. Entonces decidió que lo mejor era llevar la fiesta en paz... Después de todo, si Hinata desidia irse con él y dejar a Madara, podría seguir mirándola sin causarle problemas.

Pieza de venganza MADAHINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora