Los chicos estaban comiendo tan felices y es que estaban haciendo todo tipo de bromas que hacían ligerar el ambiente, estaban riendo todos menos dos personas.
Rin comía en silencio, admirando al grupo feliz, se sentía felíz de sentir ese amor y calidez de un hogar.
Shin-Ah en cambio comía de una manera muy rápida, aunque para ser exactos devoraba todo lo que había. No tenía modales al igual que esa ardilla que comía todo lo que podía.
_ pasando ese bosque estaremos en la tribu del fuego -dio a conocer Yoon que comía más elegante que los demás.
_ ¡suena bien!, ¡hace tiempo que quiero regresar! -la voz chillona de la princesa dio a conocer lo emocionada que estaba.
Rin en cambio miraba curiosa la reacción de la princesa, de seguro le gustaba mucho esa tribu.
Shin-Ah miraba a otro lado, algo sorprendido.
_ ¿qué pasa Shin-Ah? -preguntó Yona que miraba preocupada a su amigo.
_ soldados...-murmuró en bajo- muchos soldados...
_ ¿¡soldados!? -pregunto alarmado Yoon. No podían ir ahí por la proncesa.
_ ¿cuántos hay? -pregunto Hak que tenía un mal presentimiento. Cogía su lanza mientras desenvolvia la tela que cubría la hoja de la lanza.
_ al rededor de 1,000 -murmuró.- parece una...pelea.
Todos se miraron fijamente, hasta que no hubo respuesta más que un asentimiento de parte de ellos.
_ hace mucho que no hacemos nuestra aparición como el feliz grupo de hambrientos -sugirió Jea-Ha con un aire burlón y animado.
_ ¿eh?...-pregunto confundida Rin.
_ pelearemos -dio a conocer Yona asustando a Rin, ella no sabía pelear, era una simple chica de aldea.
_ no se preocupe señorita -Zeno cogió la mano de Rin con una sonrisa- ¡Zeno cuidara de la señorita!.
_ gracias...Zeno -dijo con una sonrisa muy tierna.
Pusieron las cosas en las mochilas, mientras tomaban sus respectivos bolsos.
_ señorita, ese bolso se ve pesado -dio a conocer el dragón amarillo que señaló lo que estaba cargando Rin en la espalda.
_ para nada, no pesa en lo absoluto -dijo con una sonrisa, aunque aun le dolía su tobillo.
_ usted es muy valiente señorita -dijo con una sonrisa Zeno.
_ ¿eh? -preguntó confundida Rin, mirando al chico que tenía a lado, el grupo estaba más adelante. Ya que Rin no podía pelear, ellos quedaban atrás.
_ a pesar de que le duele el pie, carga eso que es pesado -sonrió el chico con una sonrisa.- aunque en su condición no debería hacerlo.
_ no me cuesta nada, soy una carga para ustedes haci que no me puedo dar el lujo de retrasarlos más con un simple dolor de tobillo -sonrió feliz, pero su sonrisa era nostálgica.
_ Zeno no se refería a eso -su cara se volvió seria, confundiendo a la joven que estaba a su lado.
Un grito fuerte de Yona, hizo que ambos voltearon a ver a la princesa que sostenía su arco en sus manos, como si acababa de lanzar una flecha.
_ ¡vallanse de estas tierras! -afirmó con enojo la princesa.
Rin abrió sus ojos sorprendida, se sorprendió a sí misma admirando a su rival en el amor.
_ ella...es sorprendente -susurro Rin sorprendida, después de todo la princesa era una guerrera.
_ así es, la señorita no es una chica ordinaria, es el nuevo dragón rojo. Nacida con el amor de los cuatro dragones -dio a conocer con orgullo ante su maestra.
_ ¿dragón...rojo? -pregunto sorprendida, conocía esa leyenda sobre la Fundación del Reino, lo escucho en sus caminatas largas y sin sentido cuando dejó la aldea del Seiryuu.
Se asomó junto con Zeno y Yoon al ver como todos empezaban la batalla y ganaban sin esfuerzos. Las mejillas de Rin se sonrrojaron de admiración hacia el hombre que amaba, esa fuerza, esa destreza con la espada era digna de admirar. Las técnicas de los demás también no quedaba fuera de lugar. ¡todos eran increíblemente fuertes!, ella era la única débil, incluso la princesa defendía a su grupo con sus flechas en un punto elevado donde cubrirse y apuntar.
_ asombroso -los ojos brillaron de Rin, parecía una niña pequeña admirando a su super héroe favorito.
Zeno sonrió de medio lado, la chica que tenía a lado tenía un potencial único, todo ser humano tenía uno, uno más especial que otros y ella había logrado lo que pocos han logrado y es domar al Seiryuu.
Los murmullos de los soldados de la tribu del fuego quedaron boquiabiertos ante tal espectáculo que tenían frente a ellos. Sus enemigos retrocedian cada vez más pero eso no era lo que los tenían tan emocionados, si no los poderes que tenían.
_ acaso serán...-susurraron los soldados mirando anonadados a sus Salvadores.
_ ¡son los cuatro dragones! -gritaron felices- es como si los dioses los hayan mandado a los cuatro dragones para salvarnos.
Su admiración creció más cuando vieron a la princesa, su hermoso cabello rojo hizo que la multitud estallara en gritos.
_ ¡el Rey Hiryuu a regresado!
_ ¿¡Rey!? -grito alterada la joven princesa que se estaba escondiendo detrás de Hak.
Los soldados le rodearon con una sonrisa, estirando sus manos tímidas ante esos seres divinos.
Rin inclinó su cara algo confundida de lo que estaba pasando.
_ la fe sobre el Rey Hiryuu varía en diferentes tribus, en la tribu del fuego su fe es más grande que cualquiera. Sus poderes son considerados divinos -dijo Zeno que miraba serio ese panorama.
Rin miró a su amor platónico con detenimiento, ella ya creía que él era un ser divino...después de todo era un hombre realmente bello con una cualidad inhumana.
_ bajemos con el resto, hay soldados heridos -dijo Yoon mientras bajaba a ayudar.
Zeno ayudó a Rin a bajar, ella estaba conmovida por la amabilidad del dragón amarillo.
Cuando estaban abajo, miró como todos empezaban a llevar a cada uno en su espalda para llevárselo a Yoon.
_ ayudaré también -cuando hiba a caminar hacia un soldado herido la mano de Zeno se lo impidió.
_ no señorita, usted no puede -sugirió Zeno.
_ pero...
_ Zeno tiene razón, tu tobillo no ha curado todavía -dijo Yoon que curaba a los soldados heridos.
Rin hizo un débil puchero, ajena de los verdaderas palabras que quiso decir el dragón amarillo.
Continuará...
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Enseñando A Amar Al Dragón Azul
FanfictionVamos a contar una historia diferente esta vez: se trata de una dulce joven llamada "Rin" que vivía en una aldea escondida de tantas guerras. Pero su aldea guardaba un secreto y era que entre ellos había un hombre cuyo poder ellos lo consideran 《¡Ma...