Enseñando A Amar Al Dragón Azul

▫ capítulo 11: 'no puedo olvidarte'

Rin estaba apoyada en el tronco mientras unas cuantas lagrimas caían de sus ojos.

_ entiendo...-logró murmurar al aire mientras empezaba a caminar para alejarse de esa aldea pero estaba tan metida en sus pensamientos que choco con una de las aldenanas.

El ruido hizo que Hak mirará hacia ese lugar unos segundos pero luego se centró en ayudar a sus amigos, tenían que curar a Shin-Ah que estaba herido.

_ ¡lo lamento! -dijo apenada la joven mujer, mientras se agacha para recoger las ropas que había echo botar a la señora.

_ no te preocupes - miraba con amabilidad a la señorita que recogía lo que había botado pero algo llamó su atención y eras sus ojos rojos e inchandos. Rastros de haber estado llorando un montón.- muchachita...¿que es lo que te aqueja? -pregunto preocupada.

_ ¿eh...? -la joven levantó su cabeza sin entender a que se había referido con esa la señora.

Al tener más acceso a su campo visual de los ojos de la señorita que tenía frente a ella lo pudo confirmar, se agacha para estar a su altura.

_ tus ojos no mienten...Mírate, tus lindos ojitos están llorosos, ¿has estado llorando no? -pregunto mientras tomaba el delicado rostro de la joven entre sus manos callosas y algo viejas.

Rin apretó las ropas contra su pecho sintiendo como su mandibula temblaba hasta que empezó a llorar fuertemente, lloraba con tanta fuerza que partió el corazón de la mujer.

La aldeana envolvió a la señorita en sus brazos sintiendo como ella soltaba sus ropas y se aferraba a ella con tal desesperación que le preocupó más.

La visión de Rin empezó a volverse borrosa hasta que dejó caer su peso por completo.

_ ¡señorita!, ¡señorita! -gritó alarmada al ver como la joven que estaba en sus brazos no despertaba.

_ ¿mamá que pasa? -gritó un joven que corría hacia su madre que estaba gritando. Al ver como su madre tenía en sus brazos a esa señorita tan hermosa.

_ ¡ayúdame con ella!, ¡no se despierta! -dijo alarmada la mujer, sus ojos mostraban miedo.

_ ¡si! -el muchacho tomó en sus brazos a la joven mientras comenzaba a correr hacia su cabaña para que pueda descansar un poco mejor.

_ tiene algo de fiebre -dijo preocupada la señora, tocando su frente que estaba un poco más caliente de lo normal.

Su hijo dejo caer un trapo húmedo en su frente mientras miraba preocupado a esa joven.

_ ¿no será mejor llamar a Yona y a sus amigo? -pregunto preocupado.

_ no, escuche que uno de ellos también esta herido. Mañana le avisamos por el momento hay que dejarla descansar -miró a la joven que estaba durmiendo- además en esta aldea a penas y tenemos víveres para nuestra supervivencia.

El joven no pudo decir nada en contra, se sentó a su lado mientras cambiaba el paño cada vez que era necesario, pero algo llamó su atención y era que aun dormida dejó caer una lágrima de su ojo derecho. El joven detuvo el doloroso recorrido mientras la miraba con tristeza.

_ ¿qué fue lo que te paso? -murmuró al aire, se levanta para salir del cuarto y pueda descansar mejor.

Unos molestos rayos del sol hiban directo a sus ojos por lo que frota sus ojos y al abrirlos se da cuenta que esta en una cabaña.

_ ¿d-dónde? -se levantó pero al hacerlo un dolor punzante en su cabeza hizo que se lamentara de su rápida acción.

_ no deberías moverte -dijo el hijo de la aldeana, mientras llevaba con él una tazón de agua y dos bocadillos.- es poco pero servirá de algo. Ten