Me siento más sola que nunca
y decirlo
es no decir nada
porque al mundo le taparon los sentidos
y le cortaron las ideas.
Estoy en la orilla del precipicio
pero nunca aprendí a saltar,
así que miro el abismo esperando su guiño seductor.
Ni mi eco me acompaña,
soy el grito sordo del niño al que abortó
la madre joven que no tenía sueños.
Soy la escalera en medio del techo
que no se apoya en nada y,
cuando cae, no hace ruido.
El polvo me lleva ventaja
porque hace estornudar al viento
mientras que yo no toco ni tu ausencia.
No me queda arena en las bolsas
que me hunda en la mirada
del hombre ciego que espera la primer moneda del día.
Sólo quedo yo
y mi falta de mí.
ESTÁS LEYENDO
De un peso y para llevar
PoetryColección de poemas inéditos de diversa índole. Escritos en mi depresión durante la transición a mi nula madurez.