vergüenza ajena

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Era un sábado por la noche y estaba estirada en el sofá sin hacer completamente nada. Estaba pensando en lo que diría el jurado sobre nuestra actuación. Bueno,mejor dicho estaba preocupada. A saber lo que dirían si me equivocaba en la letra o la afinación. No quería que me nominaran la primera semana. Quería durar lo máximo posible.

Esta semana no he tenido ideas para la canción que quería escribir. No estaba inspirada. Quizá solo me hace falta dormir ya que por mis preocupaciones no podía dormir. Esta es la razón por la que no estaba en mi cama y mira que el sofá no era para nada cómodo.

Me perdí en mis pensamientos cuando Samantha vino a hacerme compañía. Se la veía enfadada y con una cara que podías pensar que te iba a asesinar.

Se sentó a mi lado y me miró. Yo solo estaba confundida por su estado así que no dudé en preguntarle:

- ¿Qué te pasa?- a ella se le aguaron los ojos y empezó a llorar desesperadamente. Le ofrecí mi hombro y ella no dudó en dejarmelo húmedo de lágrimas. Ella se limitó a decir:

- Flavio

Espera ¡QUÉ SE PARE EL MUNDO! ¿Flavio? Pero si era la persona más tímida del mundo por lo poco que conocía.

-¿Cómo?- pregunté como si no hubiera oído bien.

¿Por qué coño es tan perfecto y tan tonto a la vez?- dijo ahora enfadada. Esta chica era bipolar. No entendía nada. ¿Flavio le hizo algo? Si es así que duerma con un ojo abierto.

- Haber te cuento. Flavio me dedicó un par de canciones de amor- pues yo a eso no le veo el problema- y ahora me dice que no quiere nada conmigo. Pues que se aclare joder. No puede hacerme sufrir de esa manera, no puede- decía otra vez llorando y quejándose del amor.

- El amor duele y siempre lo hará- dije como si yo hubiera vivido la experiencia- Debes saber que siempre pueden pasar estas cosas. Y si después te viene de rodillas lo mandas a la mierda. Así de claro que lo digo. Además, ya verás como al final caerá a tus pies porque verá lo que se pierde- dije consolando la.

Ella me miró y me dió un abrazo inesperado. Recargué mi cabeza en su hombro y suspiré. Hay que ver cómo duele el amor. Yo no creo que me enamore nunca. Prefiero no sufrir y ser libre.

Samantha se fue a dormir agradeciéndome mi apoyo hacia ella.

Cerré mis ojos y imaginé como sería mi primera gala. Divertida, emocionante y increíble pero también preocupante y estresante. Ya empecé a ponerme nerviosa.

Alguien apareció en el comedor y se sentó a mi lado. No me dijo nada así que yo me levanté y lo miré. Miré esos ojos azules que me pusieron nerviosa el otro día.

- ¿Qué estás haciendo?- preguntó como si no fuera obvio.

- Nada. Sólo pensar sobre la gala y lo que pasará- dije suspirando y removiéndome en el cojín.- estoy preocupada especialmente por mi voz. No sé, es que siento que no encajo en ningún sitio.

- Por supuesto que encajas, anaju. Eres la persona más trabajadora que he visto en toda la academia. Estoy seguro de que eres la que más encaja.

Como si fuera un autoreflejo puse mi cabeza en sus piernas sustituyendo al cojín.

- Cuando mi novia y yo íbamos a un karaoke siempre sentía que no encajaba en ese sitio. Ella me dió ánimos y lo intenté. Al final canté de puta madre y me lo pasé muy bien. Aveces sentimos que no encajamos pero eso es porque encajamos más de la cuenta.

Me quedé pensando en sus palabras. Quizá tenía razón y me estaba preocupando por nada. Mi mente se volvió más positiva y le dí una sonrisa a Hugo. Al hacer eso mi cabeza se inclinó tanto que tocó su parte íntima sin querer. Al principio no me di cuenta y me removí más allí porque no me encontraba en mi posición cómoda.

-Anaju deja de moverte así porfavor- dijo. Madre mía, le había creado una erección sin querer. No podía estar más roja. Me levanté y me fui sin decir nada a mi habitación.

Madre mía, no podía haber  pasado más vergüenza.

El amor duele- anahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora