El amor duele- anahug

esto estaba mal

Al día siguiente me desperté con un apretón en mi cintura acercándome más al rubio de los tatuajes.

Abrí los ojos poco a poco pensando en lo que estaba haciendo. Esto estaba mal, lo sabía. Él tenía novia y la quería muchísimo y yo no iba a arruinar esa relación tan bonita. No podía.

Me giré y vi al chico que me había provocado mil sensaciones en el estómago durmiendo plácidamente. Le toqué la cara con mis dedos y exploré cada una de sus facciones mientras lo miraba con ternura por la manera en que dormía.

No pude evitar tocar ese pelo sedoso que tenía. Movía mis manos de un lado a otro haciendo que el chico se despertara mirándome con confusión.

Yo le dediqué una sonrisa mientras él me cogía de la cintura y me atraía aún más a él.

Pero sé que él creía que era amistad y yo no podía evitar sentirme mal por Aurora. Le conocía de hace una semana y no podía dormir con él de esa manera porque sí. Así que me levanté bruscamente y bajé las escaleras con cuidado hasta llegar la frío suelo que me dió un pequeño escalofrío.

Hoy era el reparto de la gala 2 y estaba muy nerviosa para ver con quién me tocaba esta vez. Me senté relajadamente mientras llegaban los profesores. Hugo se sentó a mi lado y me susurró:

-¿Estás enfadada conmigo?- preguntó sin más. Él no hizo nada, era principalmente mi culpa por mal pensar la situación.

-¿Por qué debería estarlo?- él no podía saber que me sentía atraída sino se perdería la amistad y es lo que menos quería.

-¿Sabes que me puedes contar lo que sea, no?- preguntó con dulzura a lo que simplemente asentí.

El día pasó largo y a mi me pusieron con Nia con la canción de Guantanamera. Ella me caía muy bien y encima cantaba de cine.

Empecé a ensayar con ella en un box pero no me podía concentrar. Seguía pensando en lo que había pasado esta mañana y como Hugo me atraió hacia él cogiéndome de la cintura. Nunca me había pasado pero se sintió demasiado bien como para apartarme. Es que al principio me costó quitarme de esos brazos fuertes y ese ambiente tan calentito. Me hubiera dormido de nuevo.

Anaju porfavor. No pienses esas cosas. Ya basta, soys solo amigos y te tendrás que aguantar.

Nia me miraba con curiosidad y yo rápidamente alejé esos pensamientos de mi cabeza y me enfoqué en ella. 

-¿Que ocurre?- no pude evitar ponerme nerviosa y morderme las uñas mientras se me escapaba una lágrimita. ¿Pero que diablos me pasaba? No lo sabía y me empezaba a preocupar.

-Hugo...- dije con la voz entrecortada mientras pronunciaba su nombre.- él...yo... no se qué me pasa- me tapé la cara con el pelo ya que era muy grueso y me encojí.

-A eso se le llama estar enamorada

- No puedo estar enamorada. Seguramente sea una simple atracción- ella me miró levantando una ceja enviándome el mensaje de "¿Estás segura?". Yo simplemente me estaba muriendo de vergüenza, pero ella me cogió las manos de las que estaba mordiéndome las uñas hace un momento y me dijo con total sinceridad:

- Eso es lo que suelen decir las personas enamoradas, amiga mía. No te preocupes es normal en la gente. Yo si te soy sincera me estoy enamorando de Jesús y al principio lo negaba pero después lo admití por mi comportamiento hacia él y las mil sensaciones que me creaba en el estómago.

Me quedé pensando mucho lo que me dijo. Quizá sí que estoy enamorada y era peligroso ya que de la manera en que me sonríe con esos labios tan bonitos era inevitable bajar la mirada y queriéndolo besar hasta el día siguiente.

Cuando me fuí a dormir pensé en que podría hacer para dejar de tener esa atracción sexual i/o enamoramiemto. Tenía que evitarlo, era la única solución. No podía seguir siendo su amiga ya que eso era imposible para mí. Mantenerme alejada sería lo mejor.

Por la noche echaba de menos esos abrazos y apretones en la cintura que me atraían hacía el andaluz de Córdoba. Los quería y los necesitaba pero eso no podía ser, así que dormí en mi cama fría y sola mientras me abrazaba a mi misma para conseguir calor.

Odiaba estar enamorada y dolía que fuera imposible ser correspondida. Me dolía el pecho del sufrimiento que implicaba eso.

Pero era por mi bien y el suyo