El amor duele- anahug

1r pase de micros gala 3

Hoy era un día soleado. Demasiado diría yo. Estaba en la terraza ensayando señorita yo sola para regular mi afinación. Me estresaba saber que no me salía como yo quería y encima hoy era el primer pase de micros y lo quería perfecto, cosa que no sabía cómo conseguirlo en estas circunstancias.

Hubo un momento de silencio por mi parte en el que solo se escuchaba mi respiración y el sillón por mi peso. Me servía para reflexionar lo que estaba pasando con Hugo y la mala persona que estaba siendo con Aurora. Yo no era así y tenía que dejar las cosas claras con Hugo antes de que pase lo peor.

Yo solo pedía no enamorarme al entrar aquí. ¿Tan difícil era cumplirlo,   Ana Julieta? Parecía que si porque hasta quise dejarme llevar. En ese momento no estaba pensando bien. Alomejor era porque estaba medio dormida y no era consciente de lo que hacía y ahora que me daba cuenta, no me atrevía a mirarle a la cara. Ignoraba completamente su mirada y por eso me escondí en la terraza con la corazonada de que Hugo no me seguiría y estaba prácticamente en lo cierto.

Cerré los ojos e imaginé como sería todo si no hubiese llegado a entrar en operación triunfo. Seguramente estaría en mi casa componiendo y maldiciendo a mi exnovio de que dejara de llamarme. Una vida un poco triste pero que le haremos.

En ese momento escuché un ruido, como que la puerta se abría ya que escuchaba el ruido más tenía miedo de quién podría ser. Los ojos los mantuve cerrados aunque me arrepiento porque esa persona me puso las manos en la cara para que no pudiera abrirlos y dijo algo que hizo que supiera quién era:

-¿Quién soy?- Entonces ví una cabellera rubia, y no era de el cordobés, si no de mi buena amiga la valenciana.

- Hola Sam- le sonreí. No sabía cuánto me hacía falta en estos momentos su compañía. Necesitaba hablar de mi problema, y no podía ser nadie más que mi mejor amiga que es quién me entendía y sabía de lo que hablaba. A esta mujer no se le escapa una.

-¿Como estás, Anaju?- y se sentó en el sillón de al lado mirándome como descifrando que estaba pasando por mi mente en estos momentos.

- Preocupada. No me sale la afinación y temo que haga un gallo en medio de la actuación y me muera de vergüenza por ello. Esta canción me está destrozando la semana y la pareja que me a tocado no me ayuda a concentrarme.

- Intenta que él no te distraiga de lo que es esencial: seguir siendo concursante. Te esfuerzas mucho y no deberías dejarte distraer, Anaju. Luego tenemos que hablar tú y yo de lo que está pasando con Hugo, ¿entendido?- yo solo asentí no muy convencida y fui llenado para la sala donde haríamos el pase de micros. Era la hora.

Nos sentamos todos en la banca que hay delante de los box y las únicas que hay y escuchamos atentamente lo que decía Noemí.

- Primer pase de micros de la gala 3 de operación triunfo 2020- mientras decía eso pusimos las manos y los brazos en forma de boca y cuando acabó la frase todos dimos la palmada que iniciaba el pase de micros de esta gala.

Empezaron los nominados que eran Eli y rafa. El problema era que Eli había cogido la gripe y no nos podía acompañar en este pase. Pobrecita. Me daba pena porque si no se recuperaba no podría ir a la gala y eso significaba descalificación y no queríamos eso.

Más tarde cantaron las diferentes parejas haciendo actuaciones espectaculares y surrealistas que me abrieron la boca pero bien. Mi favorita fue la despedida de Nia y Gerard que lo hicieron de cine vamos.

Entonces llegó la actuación que más me temía. La nuestra. Me levanté con los nervios a flor de piel y subí arriba de los bancos para empezar. Hugo estaba sentado en una silla y su cara ya tenía el modo pantera que me hacía ponerme más y más nerviosa.

Empecé mi parte y no pude desafinar más la verdad. Sentía como la vergüenza me invadía pero no dejé de poner mi actitud de pantera aunque por dentro me estaba muriendo.

Hugo empezó a cantar y la primera parte la salió igual que a mi: desafinado. Caminamos con nuestras miradas de deseo y empezamos a cantar el estribillo juntos mientras dábamos vueltas.

En la parte en la que me separaba de él para cantar mi estrofa sentí una oleada de frío y ganas de que se pegara a mi. Al llegar la parte en la que Hugo se acercaba, me estremecí con el contacto que me daba para después llevármelo conmigo al centro de la sala.

Cantamos el último estribillo mientras seguíamos pegados y Hugo mirándome como si estuviera aguantándose para no comerme a besos en ese momento.

Entonces fue cuando llegó el final y nuestras bocas estaban tan solo a unos centímetros de la otra. Lo quería besar muchísimo pero ambos sabíamos que estaba mal.