CAPÍTULO 20: ¿Y que hago yo ahora?

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Jared: Soy Jared, ¿y tu eres...?

Yo: ______. Encantada - dije nerviosa -.

¿Nerviosa? ¿Yo? ¿Por un chico? No, solo porque tenga unos ojos que hechizan, una sonrisa maravillosa y un... vale, puede que si que tenga las suficientes razones para estar nerviosa.

Jared: Me gusta tu nombre...

Yo: Gra-gracias... - dije tartamudeando -.

Jared: Me parece que te he visto alguna vez por el instituto.

Yo: ¿Ah si?

Jared: Si... pero estabas junto a un chico y no quise acercarme a saludarte... de hecho, creo que estamos juntos en dos clases, ¿me equivoco?

Yo: Puede ser... - dije intentando sonreir -.

Jared: Pues bueno... supongo que nos veremos allí.

Yo: Si... 

Me quedé sonriendole como una tonta hasta que se fue. Entonces entró Tess.

Tess: ¡Oh Dios mio! - dijo llevandose las manos a la boca -.

Yo: ¿Que? - dije intentando sonar indiferente -.

Tess: No me vengas ahora con que no ha pasado nada.

Yo: Bueno... era guapo.

Tess: ¿¡Y ya esta!? ¡Joder!

Yo: ¡Calla que tu estas con Mangel!

Tess: ¡Lo se! Pero ese tio era guapisimo.

Yo: ¡Tess! - dije intentando no reirme -.

Tess: ¿Que? Estar con Mangel no me impide decir que otros chicos sean guapisimos.

Suspiré y entramos al restaurante. No habia mucha gente por lo cual podimos escoger mesa.

****

Yo: Mañana hay clases, Tess, no podemos tardar mucho en irnos a casa.

Tess: Lo se, lo se...

Habian puesto musica y Tess habia saltado de la mesa para comenzar a bailar como una posesa. Ya habian pasado dos horas y era demasiado tarde. Mañana teniamos clases y no rendiriamos.

Yo: Vamos...

Conseguí que aceptara pero cuando ibamos a salir la puerta se abrió. Y esta vez no fue tan agradable como la ultima. Aparecieron Rubén y Mangel por ella. Genial, lo que me faltaba.

Yo: No, no, no... - intenté que no nos vieran -.

Tess: Quiero saludar a Mangel... - dijo como cuando una niña pequeña quiere que su mama le compre una piruleta -.

Yo: Justo ahora no. Esta con Rubén y no quiero encontrarme con él.

Tess: ¿Y como lo piensas hacer? Tenemos que salir.

Yo: Lo se, lo se... dejame pensar...

Me quedé unos minutos en silencio. Mangel habia ido a la barra a pedir algo y Rubén seguía apoyado en la puerta esperando a este. ¿Por que coño no se sentaba en la mesa ya?

Segundos después se incorporó y se sentó junto a Mangel en la barra. Genial, seguro que nos ven si salimos. Intenté pensar si habria puerta trasera o algo. Fue inutil. Solo existia esa puerta para salir.

Odiar para amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora