Jared: Soy Jared, ¿y tu eres...?
Yo: ______. Encantada - dije nerviosa -.
¿Nerviosa? ¿Yo? ¿Por un chico? No, solo porque tenga unos ojos que hechizan, una sonrisa maravillosa y un... vale, puede que si que tenga las suficientes razones para estar nerviosa.
Jared: Me gusta tu nombre...
Yo: Gra-gracias... - dije tartamudeando -.
Jared: Me parece que te he visto alguna vez por el instituto.
Yo: ¿Ah si?
Jared: Si... pero estabas junto a un chico y no quise acercarme a saludarte... de hecho, creo que estamos juntos en dos clases, ¿me equivoco?
Yo: Puede ser... - dije intentando sonreir -.
Jared: Pues bueno... supongo que nos veremos allí.
Yo: Si...
Me quedé sonriendole como una tonta hasta que se fue. Entonces entró Tess.
Tess: ¡Oh Dios mio! - dijo llevandose las manos a la boca -.
Yo: ¿Que? - dije intentando sonar indiferente -.
Tess: No me vengas ahora con que no ha pasado nada.
Yo: Bueno... era guapo.
Tess: ¿¡Y ya esta!? ¡Joder!
Yo: ¡Calla que tu estas con Mangel!
Tess: ¡Lo se! Pero ese tio era guapisimo.
Yo: ¡Tess! - dije intentando no reirme -.
Tess: ¿Que? Estar con Mangel no me impide decir que otros chicos sean guapisimos.
Suspiré y entramos al restaurante. No habia mucha gente por lo cual podimos escoger mesa.
****
Yo: Mañana hay clases, Tess, no podemos tardar mucho en irnos a casa.
Tess: Lo se, lo se...
Habian puesto musica y Tess habia saltado de la mesa para comenzar a bailar como una posesa. Ya habian pasado dos horas y era demasiado tarde. Mañana teniamos clases y no rendiriamos.
Yo: Vamos...
Conseguí que aceptara pero cuando ibamos a salir la puerta se abrió. Y esta vez no fue tan agradable como la ultima. Aparecieron Rubén y Mangel por ella. Genial, lo que me faltaba.
Yo: No, no, no... - intenté que no nos vieran -.
Tess: Quiero saludar a Mangel... - dijo como cuando una niña pequeña quiere que su mama le compre una piruleta -.
Yo: Justo ahora no. Esta con Rubén y no quiero encontrarme con él.
Tess: ¿Y como lo piensas hacer? Tenemos que salir.
Yo: Lo se, lo se... dejame pensar...
Me quedé unos minutos en silencio. Mangel habia ido a la barra a pedir algo y Rubén seguía apoyado en la puerta esperando a este. ¿Por que coño no se sentaba en la mesa ya?
Segundos después se incorporó y se sentó junto a Mangel en la barra. Genial, seguro que nos ven si salimos. Intenté pensar si habria puerta trasera o algo. Fue inutil. Solo existia esa puerta para salir.