CAPÍTULO 31: Especial Navidad

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Mangel habia organizado todo esto para que Rubén y yo durmieramos en la misma cama... estuve pensando en todo estirada en la cama. Sin Rubén en ella. Aunque todavia tenia su aroma...

Era sabado asi que no me preocupé por si me dormia. Cuando estaba a punto un golpe hizo que abriera los ojos alarmada. Después se escucharón murmullos y quejas.

Decidí levantarme para ver que ocurria. Abrí la puerta y en frente de la habitación que había al lado de la mia estaban Mangel y Rubén. Mangel se sujetaba el brazo con una mueca de dolor en la cara y Rubén parecía estar emocionado.

Yo: ¿Que pasa aquí? ¿Tampoco puedo dormir un sabado? 

Rubén carraspeó y se puso serio de repente. Ese cambio tan repentino me dio miedo. Parece ser que se dio cuenta ya que soltó una pequeña risita.

Rubén: Ah, no, nada.

Mangel: Si... nada... - me dijo mientras fulminaba a Rubén con la mirada -.

Ah... no quiero saber que estan tramando. Me dirigí hasta la cocina para prepararme el desayuno. La mañana transcurrió lentamente. Demasiado para mi gusto. El invierno se acercaba y con este las fiestas. El tiempo había pasado volando.

Hoy justo era 1 de diciembre. El ambiente navideño ya se podía oler por la calle incluso por algunas casas. Y nosotros no nos quedariamos atras. 

Mangel: ¿Queréis poner el arbol?

Rubén: ¿El arbol de que?

Mangel: ¿De que va a ser? De Navidad - dice obvio -.

Yo: ¡Sí, sí! - grité como una niña pequeña -.

Corrí hasta el salón y saqué la caja que contenía el preciado arbol de Navidad.

Rubén: Tengo cosas que hacer...

Le fulminé con la mirada.

Rubén: Pensandolo mejor, ¿por qué no? - dijo sonriendo nervioso -.

Esbocé una sonrisa mientras él se sentaba a mi lado en el suelo. Lo saqué poco a poco mientras Mangel iba a buscar la decoración para este.

Al ver que no podía sacarlo Rubén decidió ayudarme.

Rubén: Deja... es asi...

Intentó tirar de él pero no salía. Estuvo intentandolo como dos minutos así que decidí ayudarle. Estabamos los dos tirando de él pero el arbol no salia de la dichosa caja.

Pusé mis pies en el borde de la caja al igual que Rubén. Con fuerza conseguimos que saliese pero al estar apoyados con ambos pies nos caímos para atras.

El arbol finalmente salió pero ahora mismo yo estaba encima de Rubén, mirandonos fijamente. Tenía la sensacion de que su mirada me atravesaba.

En un momento determinado Rubén empezó a acercarse a mi. Me iba a besar, ¿que hacía? Se que habíamos hecho esto antes pero ahora estaba nerviosa.

Pude ver que se acercaba Mangel así que empecé a toser para disimular mientras me quitaba de encima de él.

Rubén: ¿Que pa...?

Se quedó callado cuando vió a Mangel entrar al salón.

Mangel: Bueno, ¡a montar el árbol!

Rubén y yo nos miramos con cara de alivio. Aplaudí y empezamos a montar alegremente el árbol. Reíamos y jugabamos con alegría y felicidad. Si alguien nos viera ahora mismo pensaria que somos tres niños poseidos por el espiritu de la Navidad. Y en verdad, lo eramos.

Una vez terminamos fui a hacer chocolate caliente para todos. Hacía mucho frío fuera y la calefacción estaba estropeada. Resumiendo, como no hicieramos algo pronto nos convertiriamos en cubitos de hielo.

Todo esto me había hecho recordar mi infancia. Tardes frías con una gran taza de chocolate caliente. Mientras acababa de prepararlo sonó el timbre.

Yo: ¡Voy!

Dejé las cosas en la cocina y me dirigí a la puerta. Pasé por el salón donde estaban Mangel y Rubén jugando y riendo. Abrí la puerta aún con el delantal.

Para mi sorpresa ahí estaba Tess.

Yo: ¡Tess! - dije abrazandola -.

Mangel, al escuchar que gritaba su nombre, no habían pasado ni tres minutos que ya estaba detras de mi esperando su turno para abrazarla.

Le hice un ademán para que entrara y se sentara con nosotros a beber chocolate caliente. Fuera hacia demasiado frio para que se fuera de vuelta a su casa.

Después de saludar a Mangel, Tess se vino conmigo a la cocina para ayudarme con el chocolate.

Tess: ¿Y que?

Yo: ¿Qué que? - pregunté confundida mientras removía con fuerza -.

Tess: ¿Que qué tal esta noche? - preguntó alzando y bajando las cejas con rapidez -.

¿Espera? ¿Ella también lo sabía?

Yo: ¿Lo sabías? - pregunté dejando de remover y poniendo mis manos en mi cintura -.

Tess: Pues claro - dijo cogiendo la cuchara para seguir removiendo ella -.

Yo: ¿Y como que era la unica que no lo sabía? Bueno, a parte de Rubén claro.

Tess: Pues porque sabiamos que dirias que no.

Yo: ¡Pues claro que hubiera dicho que no!

Chillé demasiado así que me asomé por la puerta para ver si Mangel y Rubén no me habían oído. Al parecer no ya que seguían viendo tranquilamente la televisión.

Suspiré aliviada y luego volví a mirar nerviosa a Tess.

Tess: Bueno, ¿qué tal te ha ido la noche?

Yo: Pues casi me da un ataque al verle en mi cama por la mañana si quieres que te diga la verdad...

Empezó a aplaudir y a pegar saltitos de alegría. A veces pensaba que disfrutaba más con esto que yo misma. Una vez terminamos con el chocolate lo llevamos al salón.

Nos sentamos todos en la mesa central hablamos animadamente. Pude notar que Rubén, que se situaba en frente de mi, no paraba de mirarme y sonreír con tímidez. Yo me limitaba a sonrojarme y a pegar saltitos de alegría por dentro.

Cada vez estaba mas confundida... ¿me quiere o no me quiere de verdad?

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Siento este capítulo taan desastroso :( pero me ha salido así D: muchas gracias por esperar y ser pacientes conmigo :3

Os quierooooooooo!! *-*

Feliz Navidad y felices fiestas!!!! :D

Besitoooos amorosooos! :*

Odiar para amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora