Después de eso me enteré de todo. En el trabajo que tiene en Inglaterra le han vuelto a llamar para que vaya de nuevo y esta vez no tendra fecha de vuelta. Aun no ha aceptado pero esta claro que lo hará.
Es la oportunidad de su vida. Pero claro, con su oportunidad se van todas las que tenia yo con él. No pude sonreir ni un momento cuando me lo dijo. Quería celebrar con él pero no podia. Me era imposible.
Sonó el timbre. ¿Quien sería? Rubén fue a abrir ya que estaba de pie. Mientras estaba abriendo la puerta le dirigí a Mangel una mirada preocupada. ¿Aceptaría?
Oí que me llamaba desde la puerta. Me levanté y fui hacía él. No podía creer quien estaba en la puerta. ¡Mis padres!
Papá: ¿No nos vas a saludar? - dijo abriendo bien los brazos -.
Ahora mismo estaba en shock. Tantas notícias en el mismo momento eran demasiado para mi. Corrí a abrazarlas pese a todo. Me volvieron a entrar ganas de llorar pero me aguanté.
Mamá: Demasiado tiempo sin verte, hija. ¿Y Tess? - preguntó confundida -.
Yo: Hace unos meses que me fui a vivir aquí.
Papá: ¿Y quienes son ellos? - preguntó refiriendose a Rubén y a Mangel -.
Antes de que pudiera decir nada Rubén ya se estaba presentando.
Rubén: Muy buenas señor, soy Rubén, encantado - dijo tendiendole la mano a mi padre -.
Llevé mi mano a mi frente y negué varias veces con la cabeza.
Mangel: Mangel - dijo dandole la mano también - pasen, no se queden ahí en la puerta.
Les hicieron caso y pasaron al salón.
Yo: Acabamos de abrir los regalos - dije riendo -.
Fui ahi cuando mi madre se fijo en el colgante del infinito que llevaba puesto. Me abrió los ojos y miró a Mangel y a Rubén. Negué con una sonrisa. Sabía a lo que se referia pero no quería contarle nada de momento.
Empezamos a hablar animadamente mientras mis padres les acribillaban a preguntas.
Vi que esto se estaba volviendo incomodo asi que intenté que mis padres pararan de hacer preguntas.
Yo: Bueno, dejad que nos preparemos e iremos a comer fuera, vale?
Todavía estabamos con el pijama así que era muy buena excusa.
Mangel: Vaya... lo siento, he quedado con Tess para celebrar nuestro quinto mes - dijo apenado -.
Yo: No pasa nada - le sonreí - ya habrá tiempo otro día.
Me sonrió y se fue a su habitación a cambiarse. Cuando nos levantabamos Rubén me susurró un 'gracias' junto con un suspiro de alivio.
Sonreí aunque él ya no me viese. Me encerré en mi habitación y me arreglé. Quería estar presentable.
Opté por un vestido de lana que me llegaba por las rodillas. Se lo que estais pensando pero era bonito.
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Mamá: Estas preciosa, hija - dijo dando la vuelta para verme por detrás -.
Papá: Tu madre tiene razón, ______, estas guapisima - dijo tomandome la mano para darme una vuelta -.
Después aparecieron Rubén y Mangel con unos tejanos y camisas bien planchadas.
Sonreí al ver a Rubén tan bien vestido. Cuando me vió sonrió sincero y se acercó a mi.