Desperté. De nuevo a la universidad... el bonito finde ha terminado.. bueno, "bonito"... abrí perezosamente los ojos y escuché a Mangel decir que si no bajaba ahora llegariamos tarde...
El despertador empezó a sonar como loco. Le di un golpe y se cayó al suelo... Ups....
Cuando me iba a levantar de repente...
Rubén: Despier... Ah, ya estas despierta... ¡Mahe, que ya esta despierta!
Suspiré. ¿Asi iban a ser todas las mañanas a partir de ahora? Me dejé caer de nuevo en la cama y me pusé la almohada en la cara para no oír los gritos de Rubén a Mangel. Me pegué de nuevo las sabanas al cuerpo.
Rubén: Pero no te vuelvas a dormir.
Yo: Estoy desnuda, Rubén. ¿Me tendré que tapar, no crees?
Rubén: Bueno, a mi me da igual aunque si estas sin ropa mejor.
Era insoportable.
Yo: Vete y dejame en paz.
Rubén: Pero llegaras tar...
Yo: ¡Vete!
Escuché una risita y después un portazo. Uff... que agobio. Me levanté y rapidamente cogí el albornoz para tapar mi cuerpo desnudo. Fui al baño y me pegué una ducha rapida. Me vestí con lo primero que cogí del armario.
Salí casi corriendo con la mochila arrastrando el suelo y con la chaqueta en la boca.
Rubén me repaso con la mirada de arriba a abajo.
Rubén: ¿Podemos irnos ya?
Yo: Espera... ¿Tu tambien vienes?
Rubén: No, si te parece me quedo aquí tocandome lo que no suena. ¡Pues claro que voy!
Suspiré y rodé los ojos. Iba a ser un dia muy largo.
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Una vez allí nos separamos para ir cada uno a su clase. Yo me quedé en el pasillo cogiendo los libros de mi taquilla. Justo cuando la cerraba sonó el timbre de entrada.
Genial, llegaré por lo menos 5 minutos tarde. Mi clase estaba al fondo del pasillo y digamos que no era corto.
Cuando llegué estaban todos sentados y cogiendo los libros. Solo quedaba un asiento libro y era... ¡Al lado de Rubén! ¿Que hacia aquí? ¿Acaso era esta su clase?
Abrí los ojos como platos y él me respondió con una sonrisa seductora. Fui arrastrando mis pies hasta mi asiento y coloqué mi chaqueta y mi mochila detras de la silla.
Rubén: Hola de nuevo princesa.
Suspiré... y tanto que iba a ser largo este dia...
Mientras haciemos los ejercicios de Física, Rubén me pinchaba en la cintura con el boli repitiendo una y otra vez "¿Pincha?" Dios, parecía un crío de 3 años.
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Por fin acabó aquel infierno y llegué a casa. Me encerré en mi habitación y pasé la tarde. Estaba tranquila escuchando a los austris (5sos) cuando de repente alguien tocó tres veces a la puerta con aire divertido.
Yo: ¿Quien es? - pregunté, aunque ya sabía quien era -.
Rubén: Tu príncipe azul.
Yo: ¿Que quieres?
Rubén: Pasar - dijo cuando ya había abierto la puerta y estaba dentro de mi habitación -.
Yo: Pasa... no te cortes... - dije incorporandome en la cama -.
Pegó un salto y se sentó conmigo en la cama provocando que yo pegara un bote.
Rubén: ¿Que hacias?
Yo: Disfrutando de mi tiempo sin ti a mi lado molestandome.
Rubén: Lastima... ¡Se te acabó!
Rodé los ojos... ¡No se callara nunca!
Mangel: ¡Rubiuh! ¡Ven corre!
Se escuchaba desesperado. Rubén se levantó y se fue. ¿Que querria Mangel?