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Mateo.

Apenas me aleje de Manuel quise darme la cabeza contra la pared, moría de vergüenza cada que algún amigo me llamaba gay.

Desde chico tuve problemas con esa palabra, mi tía era lesbiana, y siempre me cargaban con eso. Cuándo fui creciendo los comentarios de las personas cada vez me afectaban más, al punto de ya no querer ver a mi tía. Y que ahora, yo sea el motivo de la burla, me hacía mal.

Cuando llegué a mi casa le envié un mensaje de disculpa a Manuel. Le pedí porfavor que viniera a mi casa, me sentía mal de haberlo lastimado con mis palabras.

Cuándo llegó subimos a mi habitación y un silencio super incómodo nos envolvió.

- ¿Que me quería decir? - preguntó el sin sacar la vista de mi almohada.

- Perdón - dije desde la otra punta de mi habitación.

- Acércate - me miró - no te voy a morder - sonrió.

- Supongo - sonreí y me senté a su lado.

- Mateo yo se sobré lo que te afectan las críticas y burlas, pero no les hagas caso. No sos gay, yo tampoco, no nos besamos, no hubo nada.

- No entendés Manu - nege - Esos chicos son las personas mas insoportables que hay y que Zayra también piense que nos besamos me afecta el doble.

- ¿Y por que son tus amigos entonces? No lo entiendo.

- Supongo que estar con ellos me hace dar cuenta que no soy gay.

- Mateo una cosa no tiene nada que ver con la otra. Dejá de vivir de etiquetas y del que dirán, es tu vida.

- Claro, para vos es fácil, nunca te molestaron la mitad de tu infancia y casi toda tu adolescencia con ser algo que no eras.

- Que no les halla hecho caso no quiere decir que no lo halla pasado. Además Teo... Yo se que en un punto pensaste que lo eras, ¿O no te acordas el por que nos alejamos?

Suspiré y lo miré con los ojos decaídos.

- Sólo quiero que no me molesten más. Seamos amigos, pero en secreto.

- ¿En secreto? ¿Es encerio?

- Por favor Manu, no me la hagas difícil.

- Mirá, seamos amigos, pero solo acepto serlo porque necesitas amigos reales, sin que te juzguen ni nada.

- Gracias - sonreí.

- ¿Me querés abrazar? ¿O eso también te hace gay?

Yo solté una risita y lo abracé tímidamente. No estaba acostumbrado a este afecto con otro chico.

- ¿Por que terminaron Zayra y vos?

Yo me mordí el labio y nege. Nos la pasamos toda la tarde conversando, a la noche cuando mis papas llegaron lo invitamos a que se quedé a comer y también lo hizo. Casi once de la noche mi papa accedió a llevarlo hasta su casa.

Manuel.

Salude a todos y subí en el asiento del acompañante. Pedro puso algo de música bajito y empezó a conducir hasta mi casa, ya sabía donde quedaba ya qué de más chico venía siempre a jugar con Mateo.

- Todavía me sorprende que hallan vuelto hablar - Dijo Pedro sin despegar la vista del caminó.

- A mi también - reí.

- Solo te pido que le tengas paciencia, piensa que estar con un chico lo hace menos hombre y siempre espanta a todo el mundo.

- Pedro, yo a Mateo lo quiero demasiado y ojalá pueda demostrarle que se equivoca.

El sonrió y estacionó fuera de mi casa, le Susurré un gracias y salí del auto.

En toda la noche no deje de pensar en Mateo y en lo que pasó, me dolía saber la clase de pensamiento que le hicieron tener aquellos chicos.

Mateo es la persona mas tierna y buena que había conocido, y ojalá se de cuenta de todo y empiece a vivir a su manera, la manera que el quiera, la manera de ser libre.








Okey, creo que mas o menos van entendiendo para donde va la historia. Es bonita y con algo de drama, pero espero que mas o menos les empiece a gustar :)

¡No soy Novio de Manuel Vainstein! - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora