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Volví a cerrar mis ojos y agarrar con más fuerza la cintura de Manuel.

El besó se había vuelto mas intenso. Mientras yo jugaba con el culo de el, Manuel me revolvía el cabello.

El soltó un jadeó cuándo mordí su labio. Sacó mi remera y cuando yo estaba por sacar la suya escuché un ruido en la puerta. Con ambas manos empujé a Manuel lejos mío y este calló de mi cama.

- ¡Ahh! - Gritó frotando su cabeza.

Mi papá abrió la puerta rápidamente y nos examinó con la mirada. Yo estaba en mi cama, con el pelo revuelto, agitado y sin remera. Manu estaba en el suelo, agitado y con un golpe en la cabeza.

- ¿Que pasó? ¿Estan bien?

- Intentó hacerme cosquillas - Respondí rápido.

- Ya veo - Sonrió y cerró la puerta.

Miré a Manuel y ambos estallamos en risas. Lo ayudé a pararse y se sentó en mi cama.

- Supongo que esto complica más las cosas, ¿No?

Rasqué mi nuca y solté un suspiro.

- De apoco me voy a ir encargando de mis amigos. Sólo dame tiempo y ya nos dejaran de molestar.

- Sonas como un matón.

Solté una risita y acaricié su mejilla.

- Te quiero Manu.

- Yo También te quiero Teo.

Desde ese día un click en nuestra relación.

Frente a todo el mundo éramos conocidos que se saludaban. Pero cuándo estabamos solos éramos dos chicos que buscaban quererse.

En horas libres, o cuándo nadie nos veía aprovechabamos cada segundo para estar juntos y a los besos.

Entrábamos a la biblioteca, íbamos al gimnasio o hasta la sala de química. Una vez, casi nos descubrieron en el baño.

La campana sonó dando a entender el fin de la jornada. Agarré mi mochila y fuí hasta Paulo que me estaba esperando. Empezamos a caminar y a hablar hasta que un segundo, no se cuándo, mi vista quedó colgada en Manuel hablando con un chico.

- Y culiao yo no estoy para eso... - Me miró - ¿Mateo?

- Mmm si, podés estudiar economía. Es todo un tema.

- Quiero suicidarme, ¿Me compras cloro?

- Claro, es lindo - Dije sin sacar mi vista de aquella escena. Estaban muy apegados.

- ¡Mateo! - Empujó mi hombro. Giré mi vista hacía él.

- ¿Por que tan distraído? - Miró hacía dónde yo lo hacía y sonrió.

- ¿Es por Manuel?

- ¿Qué? ¡No! - Dije incómodo.

- ¿Que andá pasando entre ustedes dos?

- Paulo no jodas - Apresuré el pasó.

- Te conozco Mateo - Dijo empezando a caminar a mi ritmo.

Yo sólo rodé los ojos y seguí caminando. Cuándo llegamos a mi casa, comimos algo y nos tiramos en el sofa a jugar a la play. Mi turno había terminado así que le entregué el joystick a Paulo y aproveche esos minutos para hablar con Manuel.

Cada que me hablaba tierno se me escapaban pequeñas sonrisas, o cuándo decía cosas sin sentidos soltaba pequeñas risitas.

- ¿Quien te tiene tan enamorado? - Preguntó Paulo sin sacar la vista del juego.

- Tu hermana - Dije apagando mi celular.

- Tonto - Me empujó.

- Nadie. Veo memes.

- Es Manuel, ¿No?

- ¿Que decís? - Dije bajito.

- Mateo, te gusten quién te guste seguís siendo mi amigo. Podés confiar en mí, sabés bien que no soy como los otros.

Sonreí. Tenía razón.

- Bueno... - Prendí mi celular y conté todo.

Al final Paulo solo soltó una risita y me miró a los ojos.

- Yo tenía razón - Se cruzó de brazos - Eras un gay reprimido.

- ¡Hey! - Empujé su hombro.

- Ahora déjame terminar mi turno - Soltó una risita y agarró el joystick.

- ¡Jugaste como cinco turnos! - Reí.

- Tengo que aprovechar mis ventajas de tenerte enamorado.

Me tiré arriba de el riendo y empece a tocar cualquier tecla de joystick. El estiró el brazo y me empezó a hacer cosquillas.

Ambos reíamos.











Awww


¡No soy Novio de Manuel Vainstein! - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora