Acabó la clase y todos se levantaban, pero yo me quedé sentada en mi sitio, escribiendo. La puerta se abrió, entró deprisa una chica de otra clase, corriendo hacia la chica del pelo azul. La miré, extrañada. Ella abrazó a aquella chica y la besó. Bajé la mirada, no quería verlo.
Tenía muchas ganas de llorar, de cortarme, me sentía sola. Guardé mis cosas en mi mochila, cogí una cuchilla que siempre llevo en la mochila y, mientras la guardaba en mi bolsillo, me levanté y salí de clase. Recorrí todo el instituto hasta que, por fín, encontré el servicio de chicas. Entré y cerré la puerta, ¿que pensarían si entrara alguien y me viera cortándome? Me subí las mangas y empecé a acariciarme las venas suavemente con la cuchilla, mientras lloraba.
-Córtate, no le importas a nadie. Nadie llorará si te vas. Estás sola. -Decían las voces de mi cabeza.
Apreté la cuchilla contra mi muñeca, para cortarme, pero alguien me interrumpió.
-¿Arya? ¿Estás ahí? -Dijo aquella voz.
Esa voz me sonaba, era la chica de antes.
-No, joder, cualquiera menos ella. -Susurré.
Bajé mis mangas y escondí la cuchilla en mi bolsillo, mientras me secaba las lágrimas con la otra mano. Abrí la puerta y salí, con la cabeza agachada.
-Estoy aqui. -Dije.
-La clase ha empezado, he dicho que tenía ganas de vomitar para venir a buscarte. -Dijo mientras intentaba mirarme a los ojos.
-Enseguida voy.
Se acercó a mi, agarrando mi mano.
-¿Estás bien? -Dijo preocupada.
Yo solo asentí con la cabeza. Ella suspiró y se acercó a los espejos. Se remangó y encendió el grifo. Mientras se echaba agua en la cara, la miré. Ví que tenía cortes en las muñecas, eso me paralizó.
-Oye.. Tú y yo.. ¿Somos amigas? -Dije, algo nerviosa.
Ella me miró mientras se bajaba las mangas.
-Claro, me caes bien. -Dijo mientras sonreía. -Anda, vamos a clase antes de que nos busquemos un problema.
Asentí con la cabeza y, juntas, salimos del servicio.