Estaba nerviosa, hoy entro nueva en una clase donde no conozco a nadie. Me levanto de la cama, sin ganas, y me miro al espejo. No me gusta mi cuerpo, ¿por que tiene que ser así? Busco una camiseta de manga larga. Hace calor, pero debo ocultar mis brazos llenos de cortes. Faltan quince minutos para la clase, será mejor que me de prisa. Salgo corriendo de casa y, a mitad de camino, me doy cuenta de que se me ha olvidado la mochila.
-¡Joder! -Grité con fuerza, apretando los puños.
Volví deprisa a casa, sin aliento, cogí mi mochila negra y corrí al instituto. Hace diez minutos que habia empezado la clase. Me apoyo en la pared, junto a la puerta de mi nueva clase, intentando coger aire. Tenía la cara ardiendo, y me costaba respirar. Tengo problemas de corazón y respiratorios, no es bueno que corra tanto.
-Genial, mi primer día y llego tarde. -Dije cuando conseguí coger aire.
Alguien puso su mano en mi hombro. Alcé la vista y ví a una chica con el pelo largo, azul y liso. Tenía los ojos de color verde oscuro, y un lunar encima de la ceja izquierda. Apoyó sus manos en sus rodillas, con los ojos cerrados, cogiendo aire. Estaba roja, muy roja. Supongo que, al igual que yo, habia venido corriendo. Me miró a los ojos. Le brillaban, eso me encanta.
-Nunca te habia visto por aqui, ¿eres nueva? -Dijo cuando al fín consiguió calmarse.
Tenía una voz preciosa, dulce.
-Sí, pero he llegado tarde.. -Dije mientras la miraba a los ojos.
-Eres de esta clase, ¿no? No te preocupes, vamos a entrar juntas. -Sonrió.
Tenía una sonrisa preciosa, perfecta. Tenía unos dientes blanquísimos, y unos labios suaves que te incitaban a lanzarte a besarla.
Agarró mi mano, entrelazando nuestros dedos para calmarme. Tenía unas manos suaves, unos dedos que encajaban a la perfección con los mios, y unas uñas medio largas pintadas de azul oscuro. Yo solo asentí con la cabeza, sonrojándome, y la seguí hasta la puerta de nuestra clase.
