Capítulo cuatro.

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Paseaba por el recreo, sola, como siempre. Y la ví, sentada en el suelo, con un grupo de amigos. Sonreí.

-La chica nueva es rara, ¿verdad Shilley? -Dijo una chica del grupo.

-Se llama Arya. Y sí, es bastante rara. -Dijo ella.

Bajé la mirada, no quería oir más.

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Ya ha pasado una semana, no hemos vuelto a hablar. No he hablado con nadie, me paso el día sola.

Era temprano, aun no había llegado nadie a clase. Me puse mis cascos y me puse música mientras dibujaba, sentada en mi sitio.

Ví una sombra pasar. Me quité los cascos, deprisa, y la ví. Estaba diferente. Lloraba y sangraba de la nariz. Iba con su novia.

-¿Pero es que no vas a hacer nada? Genial, Cersei. -Dijo ella, parecía enfadada.

Supongo que Cersei era el nombre de su novia.

-¿Pero que quieres? ¿Que me pegue a mi? Tranquilízate. -Dijo aquella chica mientras le daba un pañuelo para que se quitara la sangre.

Me levanté, dando un golpe, y salí de la clase. ¿Por que no hacia nada por ella? ¿Por que no le parte la cara a quien haya sido?

Ví a unas chicas cuchicheando, y me acerqué.

-Perdonad, ¿sabeis quien ha sido el que le ha pegado a la chica de mi clase? La del pelo azul. -Dije, intentando parecer calmada.

-¿A Shilley? Claro, fue ella. -Dijo una chica mientras me señalaba a otra chica, algo más alta que yo.

Me senté en la escalera, y sonó la sirena. Todos entraban en sus clases, pero yo no me movía. Cuando pasó aquella chica por mi lado, agarré su brazo.

-Espera un momento, quiero decirte una cosa. -Dije.

Esperamos a que todos entraran y, cuando nos quedamos solas, le dí un puñetazo en la nariz, sin pensarlo dos veces. Su nariz empezó a sangrar mucho, y ella me miraba confusa con cara de dolor.

-No vuelvas a tocarla, a ella no. -Dije, con el puño cerrado aun.

Ella asintió con la cabeza, asustada, mientras unos profesores me agarraban de la camiseta.

-¡ARYA, AL DESPACHO DEL DIRECTOR! -Me gritaron.

Obedecí y bajé las escaleras hasta el despacho del director. Una profesora entró a la vez que yo, y le contó lo sucedido. Él me miró enfadado.

-Tu madre nos dijo que tú no darías ningún problema. -Dijo.

-Mi madre apenas me conoce. -Contesté.

Era verdad. Apenas veo a mi madre porque se pasa el dia trabajando, así que siempre estoy sola.

-Estás expulsada, una semana. -Dijo.

En realidad no me importó mucho, tampoco notarán mi ausencia. Nunca hablo ni participo, no se darán cuenta.

Subí a clase y, cuando abrí la puerta, todos me miraron. Bajé la mirada, no quería ver a Shilley. Seguro que estaba muy enfadada y decepcionada conmigo. Agarré mi mochila y salí de clase.

Suicida enamorada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora