Pasaron unos minutos, me arrepentía de lo que habia hecho. Debería haberme callado. Mi móvil volvió a sonar. Otro mensaje.
-Yo no se por que lo hago, la verdad. Tengo amigos, familia, y a Cersei, pero no me siento bien y hago eso. Intenté dejar de hacerlo varias veces, pero siempre vuelvo a hacerlo. No lo soporto. Y no tengo a nadie que me ayude, porque nadie lo sabe. -Me escribió.
Suspiré. Quería ayudarla. Quería que dejara de hacerlo y que sea feliz.
-Ahora yo lo se. Y, si me dejas, me gustaría ayudarte. -Escribí.
-Solo si tú me dejas ayudarte. -Escribió.
No llegaba a entender por que hacia aquello. ¿Por que ella, una chica que apenas me conoce y con personas que la quieren, quiere ayudarme a mi? Si soy la típica chica rara y depresiva a la que nadie se acerca, y la que no importa a nadie.
-Nos ayudaremos la una a la otra. -Le escribí.
Ella solo me mandó una carita sonriente.
Me levanté, guardando el móvil, y andé en medio de la oscuridad. Apenas veía nada. Me tumbé en el cesped, y miré el cielo. Estaba lleno de estrellas. Echaba de menos a Shilley, su sonrisa, su voz, el roce de su piel. Realmente, no sabia lo que sentia exactamente por ella. Me encantaba. Es preciosa, muy simpática, lista y sensible. Pero tiene novia. ¿Eso me alegra? Puede. Me encantaría ser yo la que la bese, y la que duerma con ella. Pero Cersei le hace feliz, y eso me alegra.
Mi móvil sonó. Otro mensaje. Pero este no era de ella, era un número desconocido.
-Deja en paz a Shilley. -Decía el mensaje.
Miré la foto de perfil, pero no tenía foto de nadie. Solo tenía una foto de una frase.
-¿Quién eres? -Escribí.
-Eso da igual. No quiero que vuelvas a verla. Y, en clase, ni la mires. -Escribió.
Supongo que sería Cersei, aunque no lo sabía con seguridad. Cogí mi bolígrafo y, en la última hoja de mi cuaderno, apunté el número. Al apuntarlo, marqué el número de Shilley y la llamé.
-Dime Arya. -Dijo ella, con su dulce voz. Tardó en descolgar, y se le notaba en la voz que estaba medio dormida.
-Lo siento, ¿te he despertado?
-No, no. Tranquila. Me despertó Cersei hace un momento, dando un portazo. Está enfadada conmigo, pero no se por que.
-¿Pero estás bien? -Dije.
-Sí. Dime, ¿qué pasa?
-¿Puedes decirme el número de Cersei?
Esperé un poco mientras lo buscaba y, cuando me lo dijo, lo comparé con el que habia apuntado en mi cuaderno. Efectivamente, era ella. ¿Y si habian discutido por mi culpa?
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