CAPÍTULO 25: Tiempo.

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Le dije un montón de veces a Frank que no era necesario que fuese a buscarme a mí y a Grace para ir a casa de Ray, pero de todas maneras lo hizo. El sábado a eso de las siete de la tarde, Frank y Janice cruzaron el umbral de nuestra puerta. Lo peor era que tendríamos que esperar a que nuestro amigo nos enviara un mensaje, diciendo que Rachel había aceptado y, recién ahí, podíamos ir a su casa.

A mi amigo lo había visto hace una semana, todo bien con él. A Janice la había visto todos los días, pero no había cruzado una sola palabra con ella, sin embargo, Grace no se había cruzado con Janice desde que se había enterado de todo lo que pasó, por lo que estaba un poco tenso en el momento que se saludaron, pero Grace hizo como si nada, hizo como si todo estuviese bien. Saludó a Janice con una sonrisa en sus labios y les ofreció algo de beber mientras esperábamos el mensaje de Ray, indicándonos que ya podíamos ir a su casa.

—¿Cómo ha ido todo Grace?—Le preguntó Frank mientras ella les entregaba un vaso de bebida.

—Todo bien, ayer fuimos al doctor y el bebé está muy bien.—Dijo con una sonrisa y se sentó en el sofá junto a mí, donde tomó mi mano. Fue ahí cuando pude darme cuenta de la actuación de Grace. Me apretó la mano fuerte, casi lastimándome y evité quejarme. Ella quería que yo supiera que nada estaba bien.

—¿Ya saben si será un niño o una niña?—Preguntó Janice. Ella también estaba actuando como si todo estuviese bien. Conocía más las actuaciones de Janice que las de Grace. Era obvio el por qué.

—En mes y medio lo vamos a saber.—Contesté, también estaba actuando.

El único que no actuaba ahí era Frank. Su sonrisa, su emoción por saber del embarazo de Grace y sus risas eran todas verdaderas. Aunque cuando Gracie hablaba del embarazo, su emoción y felicidad eran genuinas.

—Oye, ¿y no tienen fotitos?—Preguntó mi amigo y Grace asintió.

—¡Sí! Gerard, acompáñame.

Grace se puso de pie y la miré un segundo antes de ir con ella a la habitación. No se necesitaban dos personas para cargar un par de fotos de ecografía, por lo que sabía que la intención de Grace era otra.

Cerró la puerta y su expresión cambió completamente. Su mirada era fría, su rostro era de piedra. Caminó hasta el velador, donde tomó las fotos de la ecografía, de la primera y la del día anterior y se cruzó de brazos.

—¿Viste como actúa esa mujer?—Dijo despacito y dejó de mirarme.—Es una cínica. No entiendo para qué está con Frank.

No supe que responderle. ¿Qué podía decirle si muchas veces me pregunté lo mismo?

Grace se quedó quieta, muda. Miraba la cama y de pronto, sus labios se apretaron con fuerza y me miró. ¿Sus ojos estaban llenos de lágrimas?

—Ahí te acostabas con ella.—Bajó la mirada y comenzó a sollozar.—Donde mismo lo hacías conmigo. Ahí te acostabas con ella... mierda, mierda, mierda...

Rápido me acerqué a ella, pero me alejó poniendo ambas manos en mi pecho. No me miró. La emoción en su rostro cambió. En un segundo dejó de llorar y lucía enojada. Ay, esos repentinos cambios de humor...

—Odio, realmente odio profundamente que te hayas acostado con ella.—Me miró a los ojos.—De solo imaginar...

—No, no, no, ¿para qué lo imaginas?—Volví a intentar acercarme a ella y me detuvo.

—¡Me da rabia!—Dio una patada al suelo y señaló la puerta.—Quiero que se vaya.

—¿Quieres echarla...? Pe-ero... Frank...

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