A pesar de mis sentimientos por Grace, mi relación con Candace evolucionaba de buena manera. Sentía que la quería, me ponía feliz pasar tiempo con ella, me distraía. Aún no le decía a Grace que la chica con la que salía era precisamente la chica que ella odiaba, pero sabía que el día en que se tuviese que enterar se acercaba, no podía seguir manteniéndolo en "secreto" no era sano. No era justo ni para Candace ni para Grace.
Ese semestre mi horario era un poco más relajado. Mis clases se concentraban en los días lunes, miércoles y viernes, tenía los días martes y jueves para mí. Candace se quedaba conmigo en el departamento, ya que esos días era yo el encargado de cuidar a Nadja. No quería ni imaginar la reacción de Grace cuando supiera que Candace estaba presente con Nadja en el departamento...
Ese día, Candace se encontraba sentada en mi cama frente a su laptop, todo estaba lleno de papeles y libros ya que se encontraba escribiendo su tesis. Yo estaba en mi pequeño escritorio, preparando unas clases y Nadja estaba a mi lado, en su pequeño moisés. Todo estaba en silencio, por lo que cuando la bebé empezó a balbucear y dar gritos para llamar mi atención, a ambos nos tomó por sorpresa.
—¿Qué pasa mi amor?—Me acerqué a ella y la tomé en mis brazos. La bebé hacía más ruiditos que antes, hasta se reía.
—¿Tiene hambre?—Preguntó Candace dejando de lado su laptop y acercándose a nosotros.
—Creo que no, hace poco le di su fórmula.—Le respondí y la acerqué más a mí, juntando mi rostro con el suyo.—¿Qué quieres mi amor? ¿Quieres atención? ¿Es eso preciosa?
—Hum, grita y balbucea cuando quiere atención, ya veo el parecido con Grace.—Miré a Candace arqueando una ceja y ella puso sus ojos en blanco mientras volvía a sentarse en la cama frente a su computador.—Es broma, es broma. Uy, si nadie puede hablar mal de Grace...—Volvió la vista a su computador y suspiré volviendo a mirar a Nadja.
—Iré a la sala de estar para entretenerla un rato.—Le dije y ella asintió con la mirada en su laptop.—¿Tienes hambre? Podría ordenar.
—Deja que termine de escribir algunas cosas y preparo algo para almorzar.—Me sonrió y le sonreí de vuelta.
—Ok, gracias.
Fui hasta la sala de estar y dejé a Nadja sentada en el sillón. Era gracioso verla sentada, ella prefería estar en esa posición. Me senté en el suelo frente a ella y le entregué uno a uno sus juguetes. Eran juguetes grandes, sonajeros, animales de todo tipo, le gustaba metérselos a la boca, y agitarlos en el aire. Sentía que intentaba comunicarse conmigo cuando balbuceaba, su mirada era fija, atenta.
Aunque sus ojos aún no tomaban su color definitivo, podía notar el parecido que tenía con Grace. Su cabello estaba más largo y era el mismo color chocolate que tenía su madre. Incluso cada vez que soltaba carcajadas, como en ese momento, no podía evitar pensar que era la misma risa de Grace.
Candace salió de la habitación y fue hasta la cocina para preparar el almuerzo. Aún traía su pijama y a pesar del frío que hacía, era cortísimo. No pude evitar distraerme con sus largas piernas mientras se movía por la cocina.
—¿Qué quieres almorzar?—Preguntó, mirándome desde la cocina.
—Lo que quieras.—Le sonreí y asintió.
—¿Sabes? Primero voy a tomar un baño.—Caminó a la habitación y cerró la puerta detrás de ella.
Mis ojos volvieron a mi preciosa hija. Nadja soltaba tiernos sonidos y mi corazón se derretía. La amaba demasiado, infinitamente. Era un amor tan puro, tan tierno, tan... simple. Amarla era lo más sencillo de la vida, era como una cualidad innata de mí.
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Running in Circles
RomanceGerard es un profesor universitario de literatura, por lo que no es ajeno al ser humano en toda su complejidad. Eso lo consuela cada vez que se ve al espejo, tiene en cuenta que han existido personas peores que él. Hay personas (o personajes) que ha...