CAPÍTULO 41: Por algo vino.

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Hola! Espero que todos se encuentren bien dentro de lo posible. Les vengo a contar que he decidido que esta semana también publicaré todos los días: LUNES, MARTES, MIÉRCOLES, JUEVES Y VIERNES.

Muchas gracias por sus votos! Sé que pocas comentan, pero también gracias a quienes lo hacen o simplemente por leer!

Cuídense!Nina.


Volví a la vida. Como si hubiesen usado un desfibrilador, directo en mi pecho, escuchar el primer y hermoso llanto de mi bebé me devolvió a la vida. Sujetaba mi rostro con ambas manos, por las mejillas, sin poder creer ese precioso milagro que la enfermera nos enseñaba con una amplia sonrisa en sus labios, estaba anonadado. Grace sujetó mi mano con fuerza y la miré con la boca abierta. Tenía sus ojos llenos de lágrimas, igual que los míos, podía sentirlas bajar por mis mejillas. Ese momento era el más maravilloso que había vivido en mi vida y todo gracias a ella, todo gracias a mi superheroína.

—Gracias, Gracie, gracias, gracias.—Me acerqué a ella y pegué mi rostro a su transpirara frente. Ella lloraba con una hermosa sonrisa en los labios, mirándome fascinada.—¿La viste? Es un milagro, es la criatura más hermosa que existe...

—Ay, Gee...

—Con cuidado, con cuidado...—La enfermera se acercó a Grace con nuestra hija en sus brazos y se lo entregó acomodándola en su regazo. Mierda, era la imagen más hermosa que había visto en mi vida...

Tomé mi celular, mis manos temblaban. Ignoré todos los mensajes que tenía y apreté el botón de la cámara. Grace miró en mi dirección con una sonrisa en sus labios y tomé la foto, la foto más preciada de mi vida.

Me acerqué a la bebé y la toqué por primera vez. Era tan preciosa, tan rosadita, tan linda... tenía el mismo color de cabello que Grace, unos poquitos pelitos repartidos por su adorable cabecita. Sus ojos estaban cerrados, parecía tranquila.

—Todo se ve bien.—La doctora se acercó a nosotros y miró a la bebé con una sonrisa.—¿Tienen un nombre para la bebé? Debemos ingresarla.

—Nadja...—Grace tenía la mirada perdida en el rostro de nuestra hija.—Nadja Way.—Me miró y sonrió, seguía con sus ojos llenos de lágrimas.

—Bien, vamos a llevarnos a la pequeña para hacerle las pruebas y a ti te llevaremos a una habitación para que reposes, no te preocupes, Grace, te la llevaremos enseguida.

Un poco a regañadientes, Grace le entregó la bebé a la doctora y me pidieron que saliera un momento, ya que tenían que ocuparse de Grace. Fui a la sala de espera, mis ojos estaban fijos en la pantalla de mi celular. Miraba la foto donde la preciosa de Grace sostenía en sus brazos a la preciosa de Nadja, la niña más linda que había visto en mi vida, era la bebé más hermosa, más rosadita del mundo y la amaba con cada fibra de mi ser...

Cuando ya no podía seguir observando la fotografía, abrí la aplicación de mensajes y le envié un mensaje a mi hermano: "¡Vengan! ¡Ya nació y es lo más hermoso del universo!".

La misma enfermera que asistió a la doctora en el parto fue a buscarme a la sala de espera, diciéndome que Grace y la bebé ya estaban instaladas en la habitación. Corrí por el pasillo, entré y me pillé a Grace con la bebé en brazos. Gracie traía su pijama, uno de dos piezas con una blusa con botones, lo más cómodo para amamantar a la bebé cuando fuese necesario. La bebé estaba tranquila en su regazo. Grace la miraba y sus ojos aún seguían llenos de lágrimas.

—Gerard, ven, ven...—Me acerqué, apoyándome en la cama junto a ella y miré a mi adorable hija.—¿No es preciosa?

—Es la bebé más linda que he visto.—Suspiré y ella acarició su cabeza suavemente.

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