Capítulo 5: Subasta

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KiBum seguía rebobinando una y otra vez la cinta de la cámara de seguridad, mientras KyuHyun se paseaba de un lado a otro. El peli azabache estaba ideando una forma de encontrar a RyeoWook, aunque el haber visto el rostro de quien se lo había llevado, no era algo que precisamente le haya ayudado mucho. Mientras que su sirviente si tenia alguna pequeña pista. Estaba seguro haber visto al hombre en algún lado, su rostro se le hacia excesivamente conocido, pero su memoria seguía bloqueada sin querer cooperar. 

― Si esto continua así, no me sentiré ni siquiera en condición de rescatar a SungMin – dijo KyuHyun abatido. Pensando en lo inútil que se estaba convirtiendo, alejándose de ese adolescente que había abandonado su hogar con una convicción y fuerza absoluta. 

― ¡Lo tengo! – exclamo un emocionado KiBum, deteniendo la cinta. KyuHyun alertado por el repentino cambio de su sirviente, se acercó apresurado hacia él.

― ¿Encontraste algo? 

― Recordé donde lo había visto – dijo mirando a KyuHyun -. Cuando era pequeño, con mi padre presenciamos un secuestro, se estaban llevando desde una casa a una mujer humana, en ese entonces mi padre me dijo que ese hombre era Lee JaeHun, más conocido como el rey de los humanos. 

― ¿El rey de los humanos? 

― Secuestra a humanos para luego venderlos.

KyuHyun dejo escapar un leve ‘mierda’, mientras se pasaba sus manos por el rostro. Ahora que era conocedor de todala información importante que necesitaba, se veía en la obligación de inmiscuirse en un mundo turbio, al cual pensaba rehuir desde que era pequeño. Sabia por su padre, que la parte más peligrosa del bajo mundo, era el mundo de los narcotraficantes en el sector 3 y la venta de humanos en el sector 1. La pregunta ahora era ¿podrían solo ellos dos tener éxito? Odiaba tener que darle la razón a DongHae, pero era imposible no pensar en ellos y su ayuda, aunque era demasiado tarde. 


― Ve a buscar el auto KiBum, debemos ir al hotel real, usualmente allí se realizan subastas 

― ¿Cree usted que piensen venderlo hoy? – inquirió KiBum, con algo de resentimiento ante la decisión de su amo. 

― No estoy seguro, pero no me arriesgare a esperar que el sol salga. 

A Kibum no le quedo otra alternativa que acatar las órdenes de su amo. Ya había desobedecido una y el resultado no había sido favorable. Por eso, es que ya no quería errar más. Estaban luchando contra el tiempo, por lo que sus pensamientos y decisiones se veían afectadas por la prisa, no dejándoles razonar e idear algo bien estructurado. En el fondo, esperaba encontrar a RyeoWook, pero no en la subasta. 

»♦♦♦«


DongHae buscaba con urgencia su revolver que mantenía en su estuche dentro de su chaqueta de cuero. Los hombres de Mr, ya los habían alcanzado en su auto negro, y ahora trataban de desorientar su trayecto, golpeándolos por el lado izquierdo del taxi. 

YeSung mantenía con firmeza el volante sin despegar la vista de la carretera, pronto estarían entrando en una curva sumamente peligrosa, que conectaba el sector 1 con el 3, donde una mala maniobra, eran pasajes para caer por los barrancos y tener una muerte rápida y segura. 

― YeSung necesito que cuando te de la orden, tu frenes.

― ¡¿Estas loco?! – vocifero HeeChul, quien estaba al lado de DongHae. El mayor ni siquiera se detuvo a recriminarle con la mirada, siguió mirando por el espejo retrovisor a YeSung, quien asentía, comprendiendo su plan. 

DongHae suspiro para luego admirar su revolver. En su mente, revivió momentos invaluables que había compartido con KyuHyun. El peli azabache había sido primero que le había enseñado a disparar y por sobre todo, a dar en el blanco a objetos a larga distancia y en constante movimiento. Esta seria la primera vez que pondría en practica lo aprendido por KyuHyun. Esperaba no fallarle. 

Bajo el vidrio de la ventana y saco la mitad de su cuerpo por ella.

― ¡Ahora! – le ordeno a YeSung, quien freno de inmediato. DongHae cerró un ojo, visualizando los neumáticos del otro auto que seguía en marcha, luego disparo. Uno, dos disparos - ¡Acelera, acelera! – grito. 

Todos menos YeSung se voltearon luego de pasar el auto negro y verificaron como este había perdido el control, dando algunas vueltas para luego caer por el barranco. 

― Mierda, eso ha estado de pelos – comento HeeChul sonriendo, a la vez que sostenía del cuello a DongHae, como su forma de felicitarlo – debes enseñarme como lo hiciste hombre, le diste justo a los dos neumáticos traseros. 

― No estamos en un tipo de película HeeChul, no te emociones tanto – llamo a la calma KangIn, aunque HeeChul seguía alagando la gran destreza de su compañero de asiento. 

― Pasando esta carretera entraremos al sector 3, ¿tenemos algún plan? – pregunto YeSung 

― Deberíamos encontrar un lugar seguro donde refugiarnos por esta noche. Mañana creo que deberíamos visitar una tienda para equiparnos, recuerden que ahora sin la orden no tenemos nada de armas e implementos contra los licántropos – Dijo KangIn.

― Sin la orden tampoco tenemos la credencial para obtener armamento gratis, debemos comprarlos con nuestro propio dinero – reparo DongHae.

Una especia de nube negra se poso sobre las cabezas de todos, quienes ninguno había tomado en cuenta dicho punto y ahora eran unos simples vampiros sin trabajo ni dinero. Algunos ya se lamentaban el haberse enfrentado a Mr.

»♦♦♦«

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