Lowood (Edward Cullen x Oc)

Duelo

Corriendo a toda velocidad buscando un rastro de ella, el se encontraba inquieto. Sentía que su corazón estaba a punto de estallar al saber que ella se encontraba en peligro. Otra vez. De sólo pensar que ella esté al borde la muerte le hizo estremecerlo. Billy le había contactado para decirle que Shirley, tenía más de doce horas desaparecida. Estaba ansioso, estaba cansado mientras corría por todo el bosque, sentía las patas traseras irritadas de tanto correr. Paul Lahote le decía que por su comunicación mental que la parte este no había rastro de ella.

Sam estaba más que alerta para encontrar su efluvio; el efluvio dulzón y cítrico de Shirley. Se detuvo abruptamente para ir hacia donde estaban los chupasangres y matar a Edward. Tuvo que controlarse al recordar que los Cullen se habían ido en la mañana.

Corrió del lado oeste cuando captó el olor de la chiquilla. Se escuchaba su respiración pesada tenía el breve rastro del chupasangre, pero dominaba más el olor a sal. Ella había llorado. Se acercó y le lambió la cara para confirmar que estuviera bien. Pareció que funcionó porque la chiquilla empezó a sollozar.

Sam se convirtió en humano de nuevo. Se puso los pantalones que cargaba, se acercó a la chiquilla y la cargó al estilo nupcial.

—Shhh... duérmete —musitó.

Ella sollozó de nuevo mientras se repegaba mas a él en busca de calor. La llevó con cautela mientras veía como se veía vulnerable, indefensa; era como una rosa que ha sido desflorada y solo unos pequeños pétalos se estuvieron aferrando a no caerse. Frágil. A pesar que ha matado a personas.

Cuando llegó a la casa Swan, Charlie estaba angustiado. Charlie quería cargarla pero Sam no se lo permitió.

—Yo la puedo llevar, solo dime en qué lugar la acomodo.

—Por este lado.

Charlie le enseñó las escaleras y lo llevó hacia la habitación de Shirley. Cuando la acostó, la pequeña soltó en llanto mientras decía:

—Se fue... él se fue...

Charlie se acercó a ella para darle confort.

—Shhhh. Calma. Mañana será diferente.

—Bella se fue con su mamá. —Musitó ronca la pequeña, sacando un trozo de papel de su chamarra.

Tanto el, cómo Charlie vieron la hoja de papel húmeda y con la tinta regada con la leyenda:

 "Me fui a casa con Reneé". 

Charlie suspiró cansado, se veía más viejo al recibir la noticia. Sam se preguntó brevemente si se había olvidado de su hija o estaba molesto con su hija de tan solo dejarle una breve nota en vez de decírselo en la cara.

Ambos hombres regresaron a la realidad al darse cuenta que todavía estaban en la habitación de Shirley. Vieron como Shirley se acomodaba en la cama, mientras soltaba de nuevo un sollozo lastimoso.

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Charlie no sabía que hacer o como proceder con estas nuevas circunstancias. Su hija Bella decidió regresar con Reneé a Jacksonville. Shirley se encontraba llorando todas las noches mientras en el día se encontraba pegada al teléfono para llamar a un número y después colgar. Él sabía que el número que marcaba estaba fuera del área de servicio.

Charlie por primera vez odio a los Cullen y más Edward. Escuchó como la puerta crujió y unos suaves pasos se acercaban a las escaleras. El fingió poner atención a la televisión, Shirley se acercó a él con los ojos todo hinchado.