Cuidado

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Se encontraba atendiendo a unos clientes cuando se escuchó un estruendo. Vio como Lowood estaba sosteniendo su mano parecía tener dolor, vio como los pedazos de vidrio estaba esparcidos por el piso. Jared se acercaba con el recogedor y una escobetilla.

Johanna dejó a un lado su área para ir ayudar a Lowood que estaba apenada por la atención que estaba recibiendo.

—Vamos —le musitó mientras la llevaba hacia la oficina de Lewis para darle algunas pastillas.

Vio como Lewis le daba un leve asentimiento y ordenaba a los nuevos empleados a limpiar y atender el negocio.

— ¿Estas bien? —Preguntó mientras buscaba algo para el dolor. Vio como Lowood tenía la mano engarrotada y su cara mostraba estupefacción.

—N-no siento mi mano... —murmuró.

— ¿Te ha pasado antes?

Ella asintió.

—Hace unos meses... cuando cumplí quince.

Johanna dejó de buscar las pastillas y volteó a verla para ver si le estaba bromeando, pero no. Lowood aún seguía en aturdida mirando su mano. Lowood era una niña de... ¿Quince años?... ¿Y hace un año perdió a su hija?

— ¿No tienes dieciocho? —Cuestionó aturdida.

—Papeles falsos... —Volvió a murmurar la ojo gris.

Johanna se acercó a ella, la vio y se dio cuenta que Lowood estaba en shock. Algo le habrá pasado que haya recordado haciéndola quedar en este estado.

Salieron de la oficina, tomó su abrigo y la de ella para ir a una clínica cercana, necesitaban recibir una consulta. Le avisó a Lewis que tenía que llevar a Lowood con el doctor ya que el dolor de la mano empeoró.

Tomaron un taxi y los llevó al hospital que encontraron más cercano; después de media fueron atendidos. Johanna se hizo pasar como la hermana mayor de Lowood. Le comentó al doctor que Lowood había sufrido un accidente y que ahora sentía más dolor y perdió el movimiento de la mano.

Lowood pasó a hacerse radiografías y después el doctor les explicó que Lowood tendría que someterse a cirugías para recuperar el movimiento de la mano. Ya que los tendones estaban desligándose. Por el momento le recomendaron no hacer mucho esfuerzo y que tenía que descansar por un tiempo.

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Su departamento era pequeño en un mueble estaba la foto de una niña. La niña sonreía con una alegría indescifrable. Vio como Lowood se acercó hacia la ventana y la cerró. Después de un rato la escuchó aclarar la garganta

—Gracias...

Johanna la volteó a ver y notó que la niña estaba un poco incomoda al decir eso.

—Descuida, somos amigos.

Vio como la niña entró en conflicto.

—No tengo amigos... no me gusta. —Murmuró.

Johanna no dudaba que la niña era una inadaptada social. Quiso compadecerse pero lo reprimió, sabía que su nueva amiga entraría en conflicto al saber que alguien la compadecía.

—Platícame de tu hija. Yo también tengo un hijo... pero por el momento no está conmigo.

Fue el tema correcto porque la niña se relajó y empezó su historia.

Johanna empezó a sentir una leve punzada de crisis existencial. A veces las personas tienen sus propios miedos, e inseguridades al igual que los fracasos. Todos pensaban que llevaban un gran bloque de piedras en su espalda, pero había unos que no cargaban bloques, eran cadenas de sufrimiento.

Lowood (Edward Cullen x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora