6. Cara o cruz.

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Tomar decisiones no es que sea mi fuerte. Decidir es como lanzar una moneda, cada cara te llevará por un camino distinto.
Siempre acabo arrepintiéndome de lo que hice, incluso a veces de lo que no hice.

Al verle aquí, ahora, arrodillado delante de mí, pidiéndome que me case con él a pesar de ser tan jóvenes, comprendo que con él sólo hay una cosa de la que me arrepiento, haberle dejado marchar.

-Kian...claro que sí. -Le veo sonreír ampliamente, y después de ponerme el anillo se aproxima para darme un corto beso, seguido de un abrazo no tan corto.-

-No sabes lo mucho que siento haberte hecho sufrir tantas veces. Te prometo que jamás volverá a pasar. Mientras estés conmigo, nada ni nadie va a hacerte daño. Te quiero, mi creída, inmadura y preciosa Marie.

-Y yo te quiero más, idiota.

En ese momento oigo la puerta, y Jacob aparece segundos más tarde.

-Hola, Marie, he comprado un...¿Kian?

-Hey, ¿qué pasa, Green Beans? -Kian se levanta del sofá y camina lento hacia Jacob, quien tiene la mandíbula tensada. Mierda, Jacob nunca hace eso a menos que esté realmente molesto.-

-Hola. Me voy a mi cuarto.

-No pasa nada, puedes quedarte. Tal vez te apetezca ver una película con mi futura esposa y yo. -Le espeta Kian, y Jacob me mira fijamente.

-¿Futura esposa?, Marie...¿de qué habla? Es que acaso...

-Como lo oyes. -Kian pasa el brazo por detrás de mis hombros y cierro los ojos, queriendo que esto no vaya a más. -¿Algún problema?

-Marie...tú n...tú no puedes casarte, yo te quiero.

-¿Acaso pensaste por un segundo que podrías conquistarla? Querido Jacob, déjame decirte que estás muy equivocado, Marie es mía, ya va siendo hora de que lo aceptes.

-Joder, Kian. ¿Puedes callarte de una puta vez? -Me zafo de su agarre y le miro a la cara. -Vete. No quiero verte ahora.

-No puedes hecharme.

-Kian, por favor. Mañana hablaremos, ¿vale? -Él aprieta los puños y camina rápido hacia la puerta, y después de dar un portazo sale. Corro detrás de él, y le agarro del brazo. Los dos nos quedamos en el porche, sin decir nada. -¿Tenías que decírselo así?

-Sí. No quiero que se crea que puede hacer lo que quiera contigo.

-Te has pasado, era yo quien debía decírselo a Jake.

-Pues te he ahorrado el trabajo.

-¿Ves porqué me enfado? Eres la persona más bipolar del mundo. Aunque supongo que debería estar acostumbrada, todo contigo es así. En un momento estás bien y al siguiente quieres matar a medio mundo. Recapacita, Kian. Nos veremos mañana cuando te hayas tranquilizado.

Y sin decir nada más entro en casa, dejándole con la palabra en la boca, como siempre. Corro dentro y abro la puerta de la habitación de Jake despacio, y le veo tirado en la cama boca arriba. Me tumbo a su lado en la misma posición.

-Lo siento, se supone que no deberías enterarte así, Jake.

-Tranquila. No ha sido culpa tuya.

-Sí, sí lo ha sido. Mira, ya sé que Kian no te cae bien y que no te hace gracia que esté con él, pero de verdad, es un buen chico.

-Lo he notado. Lo que me molesta no es que me lo haya dicho él, es el hecho de que estés con él después de que se marchara. Pensé que tal vez algún día podrías llegar a quererme como yo te quiero.

-Sabes que te quiero muchísimo, sólo que no de esa forma. Y oo he intentado, lo sabes, pero simplemente no puedo quitarme a Kian de la cabeza, es como si...lo tuviera grabado a fuego en la piel.

-De la misma forma en que yo te tengo grabada a tí. Espero que entiendas que después de esto nada será lo mismo. Aunque también sé que no puedo obligarte a estar conmigo.

-Perdóname, Jake. No pretendía hacerte sufrir. El corazón quiere lo que el corazón quiere...

-Tranquila, Marie. Lo superaré, siempre lo hago.

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¡Hola!

Sé que he tardado en subir una pero es que he tenido como 10 exámenes esta semana.

Comentad de quien queréis que sea la próxima novela, me apunto todos los candidatos.

Como siempre, muchas gracias a todas las lectoras, os quiero.

Besos de pingüino,

Mary xx.

Trouble again. [Kian Lawley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora