Invitación

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Por octava vez Aome bufaba frustrada luego de ver los malos resultados de las actividades que recién había presentado y le había costado hacer. Los días fuera de la escuela le habían causado problemas, sus notas
eran bajas y los apuntes prestados por sus compañeras no le habían servido de mucho, ya que aunque tuviera la información de ciertos temas el no estar presente en clases escuchando las explicaciones de los profesores hacia mucha falta y eran necesarios. Lanzó decepcionada sus cuadernos y hojas de trabajo, para luego tomar asiento frente al escritorio de su habitación y continuar a suspirar con pesadez.
-Es inútil. . . no sé absolutamente nada de estos temas-
Murmuró mientras apoyaba su cabeza sobre el escritorio, volviendo a su mente la imágen de cierto hanyou. Apretó los puños y fruncio un poco el ceño.
-Inuyasha. . .-
Nombró con enojo en su voz ahora alzando su cabeza para poder mirar a través de la ventana a su lado el árbol sagrado, aquel árbol donde encontró a un joven de cabellos plateados y orejas de perro después de haber caído por aquel pozo mágico.
-No tienes idea de cuánto te odio-
Soltó con voz temblorosa. Estaba apunto de llorar, pero tocaron a la puerta avisandole que ya era hora de la cena. Tallo sus ojos y luego salió de su habitación para ir con su familia. Luego vería como se deshacía de tanto enojo y odio, estaba segura de que quería vengarse de quien se atrevió a herirla. Y cualquiera que se atreviera a interponerse en su plan de venganza sufriría las consecuencias de meterse en lo que no deba, sea quien sea, también pagará.




-¡Tú las traes!-

-¡No! ¡Tú las traes!-

Inuyasha escuchaba a un grupito de niños-entre ellos Shippo-gritar a risas en medio de un juego, uno corriendo tras otros. Este se hallaba sentado en el porche del hogar de Kaede, recién había terminado de hablar con Sango y esta se había despedido de él diciendo que tenia cosas que hacer.

-¡Tú las traes, Shippo!
Una niña gritó animosa tras haber tocado la cabellera naranja del zorrito que rió y fue tras otra pequeña. InuYasha volvía su mirada a los diferentes niños al verlos también correr.
- ¡Tú las traes, Usui! ¡Tú las traes!-
Shippo gritó mientras daba una palmadita en la espalda del niño mencionado, el mismo niño que fruncio el ceño y se quejo al ser el siguiente en alcanzar a los demás.
-¡No es justo!-
Dijo mientras se cruzaba de brazos y pausaba su andar. Él no quería ser el
siguiente en correr tras los demás.
-pero, yo te toque-
Defendió Shippo mientras se acercaba al menor de brazos cruzados.
-Pero, yo no quiero ser el siguiente en tocarlos, así no quiero jugar-
Usui miró a Shippo sin dejar de verse molesto. InuYasha alzó una ceja mientras ladeaba la cabeza, le interesaba la situación.
-Pero. . .-
Shippo continuó siendo interrumpido.
-Pero, nada. Zorro, así no quiero jugar. Yo no quiero perseguirles, así que si quieren que siga jugando, tendrás que ser tú de nuevo-
El niño señaló a Shippo mientras daba unos cuántos pasos para acercársele, Shippo retrocedió mirando a Usui. InuYasha se puso de pie mientras no dejaba de observar la escena con seriedad.
-¡Pero, ya he hecho mi turno!-
Gritó Shippo mientras fruncía levemente el ceño.
-Entonces tú no jugarás mas, y el siguiente en seguirnos será Arisa-
Esta vez señalo a una de las pequeñas jugadoras a su costado.
-Ella también ya tuvo su turno-
Reclamó el zorrito al ver el disgusto en la niña mencionada.
-ya he dicho-
Alzó la voz Usui mientras colocaba sus manos sobre su cintura acercándose en forma de amenaza a Shippo, que retrocedió.
-Shippo-
Llamó Inuyasha con total seriedad en su voz acercándose al grupo de
menores.
-Inuyasha. . .-
Murmuró el zorrito alzando su mirada.
-Vamos adentro-
Inuyasha cargó a Shippo con ambas manos y emprendió camino hacia la casa de la anciana tras ver de mala manera al niño Usui el cual tembló ante la tenebrosa mirada llena de enojo del hanyou. A InuYasha no le agrado mucho la forma de tomar liderazgo de aquel niño en el juego, y mucho menos le gustó el ver como su pequeño zorrito sería excluido del juego por no aceptar los mandatos ajenos.
-Inuyasha, estaba jugando-
Dijo Shippo mirando a espaldas de InuYasha al grupo de niños que los veían alejarse.
-No me importa, no me agrada la forma de juego de ese mocoso mandón, así que no volverás a jugar con él nunca mas-
La delicadeza y baja aunque molesta voz de Inuyasha al hablarle y cargar al zorrito era extraña, Shippo no tuvo mas que obedecer mientras se acomodaba en los brazos del mayor, Inuyasha estaba raro pero le agradaba que se preocupara por él. Le recordaba a su padre, o tal vez, sobretodo a su madre.

-¡Oigan, hemos llegado!-
Animoso Shippo avisó tras pasar la cortina que daba adentro de la casa de
Kaede.
-Bienvenidos-
Miroku los recibió mirando con un poco de extrañeza la manera serena en la que ambos cachorros habían llegado a casa de manera junta y uno cargando del mas pequeño.
-Sango y la anciana Kaede no se encuentran en este momento-
Les dijo el monje mientras miraba a Inuyasha tomar asiento sin dejar de cargar al menor de la casa, el cual se miraba cómodo y tranquilo al estar entre los brazos del medio demonio. Pero, al ver que ambos se llevaban bien decidió no decir nada al respecto y sin mas sonrió con pequeñez.





El teléfono de la casa de los Higurashi sonaba a cada momento.
Las amigas de Aome habían quedado en invitarla a salir para conversar un poco, ya que la chica había estado actuando de manera distante y cortante con ellas. También habían notado su muy mal humor en los pocos días de escuela que había tenido recientemente, y bueno, todo por ayudar a su enfermiza amiga.

-¿Hola?-
Aome contestó al teléfono.
-Aome, ¡Hola!-
Saludó una voz fémina al otro lado de la línea.
-Oh, Vaya. . .Ayumi-
Aome rió bajamente.
-¿Qué ocurre?-
Espero contestación.
-Pues, Verás. . .quiero hacerte una pequeña invitación. Ya sabes, a pasear un rato con Eri y Yuka, comer algo o lo que sea, ¡lo que tú quieras!.
Tenemos tiempo de no hacerlo, ¿Recuerdas? Dime, Aceptarás ¿no?-
Al escuchar lo emocionada que se oía su amiga a través del teléfono no pudo rechazar la propuesta, después de todo Ayumi tenía razón, tienen
tiempo de no salir juntas.
-Me gustaría ir por algo de comer, nos vemos en el restaurante de comida rápida de siempre mañana. Hasta luego, Ayumi-
Término la llamada después de escuchar a la otra chica reír y responder con un dulce "Si". Segundos después suspiro pesado y una sonrisa cansada se formó en su rostro.
Tenía que prepararse para el interrogatorio que le harían sus amigas al día siguiente.





-M: Pensaba actualizar mas temprano, pero, que vicio con Karmaland.
No estoy muy convencida con este cap, al rato lo editamos ¿no?
Ando bien seca de la mente, ni siquiera tiene nombre el capitulo jsjs :(-

《En Celo》[KogInu|Yaoi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora