《En donde Taehyung ama las papas fritas y le gusta actuar como un pequeño niño mientras que Jungkook le encanta complacer a su novio aunque a veces aquella tarea se vuelva sumamente difícil.》
💫No acepto adaptaciones de ninguna de mis historias.
Las manos de Taehyung tiemblan cuando va bajando sus pantalones. Sus piernas se sienten como gelatinas, su pulso va aumentando con los minutos.
La hambrienta mirada de Jungkookie hace que no pueda dejar de sentirse nervioso. Todo en el chico grita fuerza y vitalidad, y no puede dejar de querer que haga un desastre en él.
Quiere que Jungkookie lo arrincone a la pared y arremeta contra él sin vacilación. Su pene pulsa con la sola idea, pre semen humedeciendo sus calzoncillos de algodón. Está tan exitado y apenas puede controlarse.
—Cariño, dije pantalones afuera. ¿Qué tanto puedes demorarte en bajarte tus pantalones? No nos queda tiempo, Taehyung, y hoy particularmente no me siento con ánimos de esperar.
El pequeño rubio traga aire y se dispone a bajar sus vaqueros que están enrollados por su muslo. Cada vez que Jungkook dice su nombre completo sabe que está sumamente impaciente y no debe hacerlo esperar.
Cuando sus vaqueros están abajo y está por tirar de una de sus piernas, la fuerte mano de Jungkook lo hace por él, consiguiendo que pegue un grito ahogado.
Jungkook tira completamente de sus vaqueros y está expuesto a sus ojos, esos oscuros ojos que no dejan que piense con coherencia. La mano de Jungkook acaricia una de sus mejillas de su culo y cuando menos se lo espera suelta un gran gemido por la palmada que se expande en su piel.
—¡Ahhhg...Hyung!—Su pene tiembla con el golpe.
Maldita sea, le zumba la cabeza, como también esa parte donde su hyung a dado la palmada. Todo en él está temblando, a espera de mucho más.
—Eres demasiado lento, bebé. Haces que me vuelva impaciente. No tenemos mucho tiempo para los juegos. ¿Entiendes Taetae? Si sigues jugando con mi paciencia no voy a darte lo que quieres.
—¡N-no!—Taehyung lloriquea con la sola idea.
No, Jungkookie no puede hacerle eso a él.
La media sonrisa vacilante de Jungkook le dice que si Jungkook se propone puede hacer lo que le plazca. Ahora él tiene el control y no lo va a ceder fácil cuando parece que a despertado ese lado suyo.
—P-o-r fav-vor... Hyung... ¡Duele!
Los ojos de Taehyung bajan hacia su ingle y efectivamente su pene está pulsando por liberarse. La palmada en su culo ha hecho que su pene se ponga mucho más dura y gruesa. Ya no puede pensar en nada, y quiere que la boca de Jungkook lo alivie rápido.
—Está bien, cariño. Eres un buen chico, no voy a dejar que sufras.
Jungkook rápidamente baja hacia su calzoncillo y se queda observando como su pene sobresale sobre la tela. La cabeza está rosada, clamando por su toque y liberación.
Sabe que a su hyung le gusta lo que ve cuando se lame los labios humedeciéndolos.
—Tienes que estar quieto. Las manos afuera. Si me tocas no voy a dejar que tengas mi boca, ¿está claro?
Taehyung asiente varias veces.
—Dilo.
—S-si... L-lo ent-tien-d-o.
—Muy bien cariño.
Tan pronto como terminó de hablar, sus calzoncillos están afuera, los labios del castaño están apretando su pene y Taehyung no puede dejar de gritar. Está tan sensible y la boca de Jungkookie es tan caliente.
Con un gran gemido Taehyung empezó a temblar cuando Jungkook aceleró sus movimientos ahuecando su boca para ir tan profundo como pudo. En ciertos segundos lo sacaba de su boca y pasaba su lengua por la cabeza en un intento de saborear su sabor. A taehyung eso lo volvía loco.
Estaba tan duro y la forma en la que Jungkook lo chupaba lo hacía ver estrellas. Sus caderas se sacudían con propia voluntad. Ya no podía controlarse. Su instinto estaba tomando el control.
No sabía en qué momento lo hizo pero cuando se percató, fue demasiado tarde. Jungkook era tan bueno dándole lo que necesitaba. Esa caliente boca lo chupaba tan bien enloqueciéndolo por completo.
Ya era muy tarde cuando sus manos tiraron de los cabellos de Jungkook necesitando mucho más intensidad, al punto de querer correrse en Jungkook, fuerte y rápido. Pero no duró mucho. Cuando estaba ya por sentir su liberación Jungkook se apartó de él haciéndolo llorar.
—¡H-hyu...ng!—lloriqueó en un gran gemido.
—¿Qué te dije bebé? Nada de manos.
Y él mundo de Taehyung se vino a bajo.
La oscura mirada de Jungkook estaba de vuelta. Taehyung tembló.
Él había roto su promesa...
No habría mamadas para él.
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