Capítulo 32

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Mañana sería la promoción del libro y mi nivel de estrés era tanto que no soportaba a las personas a mí alrededor, intentaba calmarme pero estaba demasiado presionada. Además de todo el estrés del libro, debía sumarle el hecho de que la editorial me tenía una sorpresa y eso sólo hacía que mis nervios aumentarán. Mí corazón seguía doliendo pero el dolor ahora era un poco soportable, aún me sentía vacía y en una especie de mundo paralelo pero ahora podía sobrellevarlo.

No podía, no me atrevía a revisar sus redes sociales por qué sabía que moriría. Por supuesto que los canales de chismes se encargaban de torturarme cada vez que había una noticia de Juan, lo único que sabía era que su gira estaba por terminar. Al parecer sólo tenía un concierto en Colombia y tomaría vacaciones, me rehusaba a saber si tenía o no novia. Estaba evitando por todos los medios saber de él por qué aún dolía y de saber algo de eso sabía que jamás sanaría la herida.

—¿Estás menos estresada?—Preguntó asomando su cabeza por la puerta—

—No del todo pero puedes pasar—Sonrió y se abrió paso en la habitación—Estoy ansiosa por la estúpida sorpresa y no sé me ocurre que puede ser—Tomé mí cabeza entres mis manos y tiré de mi cabello—

—Quizás sea otro contrato, puede ser que quieran firmar para más libros por qué eres grandiosa y preciosa—Apretó con su mano mis cachetes, reí—

—Estoy segura que no es por eso, hay más...

—No comiences, mira hasta dónde has llegado, ¿Que más esperas?

Le sonreí en modo de disculpa.

Dylan había estado calmando mí estrés y inseguridad durante todas las semana previas, había intentado en muchas ocaciones hablar con Juan pero la voz de mí cabeza se rehusaba a permitirme hacerlo. Lo estaba sobrellevando bien, tan bien cómo era sentirme vacía y sin emociones pero lo estaba sobrellevando. No mostraba lo mal que me encontraban frente a papá o Dylan por qué sabía que ellos sólo pensarían que exageraba, sé que no lo hacían a propósito pero no entendían mi dolor, el sufrimiento de haber perdido a tú complemento, al amor de tú vida.

Abby vendría a ayudarme a distraer, iríamos a la playa para quizás poder bajar mi estrés. Pasaría parte de la tarde en la playa para luego perfeccionar algunas cosas y así bajar la ansiedad y estrés, tenía miedo de que todo saliera mal pero había una pequeña voz que me decía que estaría bien. No podía negar que no me dolía no tener a Juan conmigo,lo había incluido en tantos planes que sólo pensar en ello aumentaba el vacio que había en mí.

—Hola, hola—Canturreo—¿Lista para desestrezarte en la playa? Te aseguro que la agua salada hace maravillas con el estrés

Asentí.

Dylan tomó las cosas y salió, Abby entrelazo nuestras manos y susurró en mí oído
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—Vas a publicar tú libro mañana, ¿Quieres fingir que todo está bien y mostrar tú mejor sonrisa?

****

Decir que estaba nerviosa quedaba corto, la ansiedad era tan inmensa que ni siquiera caminar de un lado a otro en la habitación me calmaba. Todo mi cuerpo entró en un colapso y no paró de temblar, era demasiado para mí. Comencé a llorar por que no tenía idea de que hacer, quería irme para calmarme pero no podía. Las personas ya estaban llegando y sólo faltaba una que otra pequeña cosa, Dylan y Abby estaba haciendo algo que desconocía y los necesitaba en estos momentos.

Intenté tomar y botar aire pero no funcionaba, estaba a punto de volverme loca. No podía permanecer sentada por qué me sentía sofocada y caminar de un lado a otro tampoco me ayudaba, estaba a punto de un colapso.

—Sólo mírame a mí ¿Si?—Su voz dulce hacía que parte de la ansiedad se calmara—Vas a estar bien, haré que así

—No-no puedo...

—Si puedes, sé que si. Eres fuerte pero no lo sabes—Sus manos tomaron mis mejillas y me obligaron a verlo—Nena, puedes con esto sólo mírame y haz lo que yo

Tomó y botó aire, me indicó que lo imitará. El temblor en mí cuerpo no se detenía y cada vez más la taquicardia aumentaba, estaba asustada por que era el segundo ataque de ansiedad y esté era más fuerte que el anterior.

—Estarás bien, lo sé—Podía ver el miedo en sus ojos, quería hacerme sentir mejor pero él estaba asustado—Te juro que buscaré una manera de sacarte de ello, de evitarlo, de ayudarte pero necesito que luches por qué no puedo hacerlo sólo

Sus ojos se cristalizaron y pude ver el miedo, lo rodeé con mis brazos y lo sujeté fuerte. Me sentía segura y por primera vez en mí vida sentí que no estaría sola, por primera vez sentí que no iba a dejarme.

Limpié las lágrimas de mis mejillas y suspiré, la puerta se abrió y pude ver a Erick. Sonriendo camino hasta mí, ya era hora de presentarme y yo seguía con el ataque de pánico. Vendo mis ojos por que mí sorpresa ya estaba lista y no debía verla, me guión hasta dónde supongo estaba mí sorpresa. Todos hicieron silencio y creo que apagaron la luz—Escuché a alguien decirlo—Mis nervios estaban en su punto máximo, comenzaba a odiar las sorpresas. Fue entonces cuándo escuché su voz, Erick quitó la venda de mis ojos y su mirada conectó con la mía. Pude ver la sopresa en sus ojos, él no se esperaba verme aquí.

Evitó mostrarse sorprendido o perturbado y continuó cantando, tuve que evitar su mirada y hacer y mirar otra cosa que no fuese él, lo cuál era bastante difícil por que no podía evitar mirarlo. Cuándo todo terminó procedió el señor Carlos y Erick a elogiarme y presentarme cómo una de las mejores escritoras, Juan se mantenía atento a la presentación. Su mirada me quemaba, sabía que me miraba por que podía sentirla traspasando mí piel.

Luego de toda la etiqueta y los elogios sólo quedaba celebrar, me mantuve hablando con los invitados y me obligué a mí misma una par de veces a no buscarlo con la mirada. Debía ser fuerte y él no me la estaba poniendo fácil, aparecer y lucir tan precioso no es justo para mí. El señor Carlos me presentó a su hijo—no tengo idea de por qué sentí cómo si quisiera que saliéramos—

—Realmente tienes que ser buena para que papá te elogie de esa forma—Sonríe. Fue entonces cuándo lo vi, se había cambiado de ropa. Llevaba unos jeas ajustados negros, un suerte rosado y unas botas. Desacomodo su copete y tuve que sostenerme de la mesa para no desmayarme, detalle su rostro y aunque se veía triste, apagado seguía viéndose precioso. Su mirada se dirigió a mí y automaticamente dejé de mirarlo, fingí escuchar lo que decía el chico a mí lado. Cuándo volví a mirar al lugar dónde estaba Juan ya no estaba, suspire decepcionada y molesta conmigo misma por buscarlo.

—¿Me buscabas, arcoíris?—Susurró en mí oído, su voz ronca hizo que una corriente me recorriera todo el cuerpo, mis piernas fallaron pero por suerte él me sostuvo de la cintura para que no cayera—

Hola, hola. ¡Oh, Dios! Me encantó esté capítulo, se los juro. No quiero alargarme mucho por qué me voy a dormir pero disfrútenlo, es todo lo que les pido.

Besos y abrazos aplastantes 💜✌

No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora