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Las puertas del salón del tron ose abrieron de golpe, provocando que la gran torre de animalitos de juguete que el sultán hacía cayeran dispersos al suelo.

—¡Mi señor! —dijo Kaluu —he encontrado la solución al problema del principe—anuncio contento.

—¿enserio? —preguntó entusiasmado.

Kaluu sacó un gran pergamino —aquí esta—abrió el pergamino de reglas —si el príncipe no ha eligió esposo para la fecha fijada, el sultán podrá elegir por el—

—pero Everett rechazo a todos los pretendientes —dijo igual de preocupado —¿cómo voy a escoger a quien odia? —

—no os preocupes mi señor, hay más—aclaro su voz y fingió leer algo en el pergamino —en el caso que no se encuentre un príncipe apropiado, el príncipe deberá desposar entonces a... —fingió un rostro sorprendido —que interesante —murmuró.

—¿a quien? —preguntó intrigado el sultán.—dilo—

—dice que al Gran Visir, pero si se refiere a mi —dijo escondiendo una sonrisa.

El sultán se coloco sus anteojos grandes de botella —pero yo leí que debe ser un príncipe, estoy seguro, yo lo vi por aqui—

Kaluu en rollo el pergamino, impidiéndole seguir leyendo —a problemas urgentes medidas drásticas, mi señor— le mostró los ojos de su bastón con forma de serpiente.

—si, medidas drásticas —repitió el sultán hipnotizado.

—ordenareis al príncipe que se case conmigo —ordenó

—ordenare al príncipe que... —la magia del bastón empezó a fallar. Hilos verdes casi imperceptibles detenían la magia y dificultaba que llegará al sultán —pero tu eres demaciado viejo— el sulton movió el bastón aun lado.

Kaluu movió su bastón desasiendo los hilos verdosos —¡El príncipe se casara conmigo!– volvió a mostrar los ojo de la serpiente de su bastón al sultán.

—el príncipe se casara... —el sultán despertó del transe gracias a unas fuertes trompetas —¿que? ¿Que es eso? —el sultán se levantó de su asiento y corrió al balcón —esa música —desde lejos pudo ver un gran desfile —¡Kaluu ven a ver esto! —

Ahí abajo un gran hombre rubio dirigía una marcha animada de toda clase de ostentosidades.

—¡Gloria, al príncipe! —gritaban los soldados a todo pulmón —¡Gloria! —

Espadistas lanzaban sus armas y las atrapaban con agilidad —¡Viva, el príncipe! –

Bailarinas animaban a la multitud.

—¡Habrán camino en el Gran bazar! —decía Thor saltando entre las personas —¡una estrella verán pasar! ¿Quién es el primero que lo va a admirar? —bebió con algunos hombres y los atrajo al festejo en medio del Agrava.

El sultán miró emocionado lo que ocurría, Kaluu se paro a su lado con una expresión sombría.

—¡mirad viene ya! Tambores tocar—Thor golpeó ollas y estómagos —¡al chico van a adorar! —

En un gran elefante, una mujer castaña lo abanicaba. Stephen sonrió y cautivo a los que lo vieron.

—¡de rodillas a sus pies!—los guardias que estaban de pie sobre una alfombra cayeron al suelo arrodillados cuando Thor movió la alfombra sin que lo notaras—Quédense ahi—eran los guardias que siempre perseguían a Stephen.

Una figura se azomo una la ventana del cuarto secreto de Kaluu, la figura quedó helada al ver al genio

—¡felices admiraran! —decía el genio.  Hizo a varios hombres grandes acercarse a Stephen el los saludo, pero el gran tumulto de hombre que flotaba cayeron sobre el —es más fuerte que diez hombres del Visir—le dijo a un grupo de señores. Lanzando un hechizo a Stephen hizo que levantará a todos esos hombres.

AladdinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora