Me despido de Uremia emocionada y agradecida por lo bien que se ha portado conmigo y Piero estos días.
Acto seguido agarro mi bolsa de viaje empezando a caminar hasta el avión.
Nada más subir al avión y buscar nuestro asiento, Piero pregunta por Eliel.
Trato de sonreír explicando a mi hijo de la mejor manera que sé que ya no volveremos a ver más a Eliel.
El pobre se pone triste, diciéndome cuanto lo va ha echar de menos.
Suspiro pesadamente abrazando a mi pequeño.
Si él supiera que yo también lo echaré de menos.
Pues inexplicable es la razón por la que no dejo de pensar en él, su serenidad y esa confianza en sí mismo era contagiosa, y aunque no haya querido ver la realidad, ahora en estos momentos me percato de todo lo que me decía.
En la vida se sufre, o nos hacen de derramar lágrimas de una manera u otra.
Al igual que Eliel sufrió por haberle tocado vivir en la sombra del odio, a mí me pasó lo mismo.
Pensar que dentro de unos días estaré de nuevo en aquel pueblo donde viví durante veintiún años, en los cuales rezaba pidiendo mi libertad y cuando la obtuve fue de la peor manera posible.
Me trataron como una marioneta, viví rodeada de personas que no aceptaban mis ideas, una de ellas era mi padre.
Nunca me entendió, siempre debía obedecerle guardando silencio por miedo.Ahora después de seis años, vuelvo de nuevo a ese lugar. A mis raíces.
Lo que sí tengo claro que al igual que Eliel busca su venganza, yo lograré que me escuchen.Al día siguiente llegamos a mi país. El vuelo ha durado mucho, y estamos cansados.
Busco una pensión para poder descansar, y así poder ponerme en camino mañana mismo hacia mi pueblo.
En la habitación de la pensión llamo a mi hermano para preguntar por mi madre.
Él, con voz quebrada me cuenta que sigue igual. Los médicos la han conectado a una máquina y se teme por su vida.
De pronto siento una angustia golpear mi pecho.
Me dejo caer en la cama notando como rápidamente mi pecho se me encoje de tristeza al pensar en mi madre.
Ella es la única persona que me apoyado, ha llorado conmigo, hemos reído juntas, aunque haya sido en pocos momentos.
Mi madre no sólo me dio la vida, me explicó todo lo que debía saber dentro de sus posibilidades.
Pues mi madre no sabía ni leer ni escribir, se casó muy joven con mi padre y siempre ha sido una ama de casa obediente y callada debiendo soportar el dolor con una sonrisa y la felicidad en forma de agua recorriendo sus mejillas.
Y ahora, el haberme enterado que ha sufrido un infarto, me entristece demasiado.
Quiero ir cuando antes y poder estar cerca de ella, poder darle mi mano y decirle lo mucho que la amo.A la mañana siguiente, ya descansados, cuando Piero termina de desayunar, nos vamos hacia la estación del tren para poder llegar cuanto antes a mi pueblo.
Dos horas después, me encuentro esperando el primer bus que sale para mí pueblo.
Piero está agotado, y es normal con el viaje.
Le compro algo de comer mientras hacemos hora para montar en el bus.Cuarenta minutos después, al fin estamos montados en el bus dirección a mi pueblo.
Tomo asiento junto a mi hijo, Piero no tarda en quedarse dormido.
Mientras tanto, yo miro por la ventana lo poco que se ve del paisaje debido a la niebla densa.
De pronto el vehículo comienza hacer ruidos extraños, la gente empieza a gritar que pare, pero el conductor grita algo que no consigo llegar a escuchar.
Agarro fuerte a Piero, el vehículo comienza a irse de un lado a otro, los viajeros gritan del miedo que sienten de ver en llamas el vehículo.
Tratamos de salir por la puerta de emergencia, la gente está alterada, nerviosa debido a que el bus ha comenzado a dar vueltas y vueltas. Aquello es lo único que recuerdo y la última imagen que veo es a mi hijo sangrando.Escucho alguien que me habla pero no consigo abrir los ojos, puedo escuchar una voz femenina pero no hablar.
Abro despacio los ojos, me siento desorientada.
Una mujer vestida con una bata blanca comienza hacerme preguntas, como puedo respondo, hasta que pasados unos minutos pregunto por mí hijo.
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La Sonrisa Que Siempre Soñaste Existe
Romance# 2 PARTE DE LÁGRIMAS POR UNA SONRISA# El tiempo ha transcurrido y a pesar de sentir el vacío por la muerte de su marido. Keila intenta llevar su vida de la mejor manera posible. Un viaje a Grecia y una llamada inesperada, hará que Keila vuelva a te...