— ¿Quieres bailar? Creo que me está entrando frío de estar parado. — Me dice Eliel extendiendo me su mano.
— De acuerdo. — Acepto su mano haciendo una leve reverencia. Sonrío poniendo mi mano en su hombro, su mano se posa ligeramente en mi cintura haciendo que nuestros cuerpos se aproximen más.
— Déjate llevar, yo bailo muy mal. — Me guiña un ojo para empezar a movernos unidos escuchando una bella balada.
Por mucho que trate de luchar contra mí misma, siento aflorar dentro de mí la ilusión de sentir unos pequeños destellos al verme bailando con Eliel.
Su contacto comienza acalorarme llegándome a sentir torpe. Mi rubor se asoma en forma de timidez y mi cuerpo empieza ablandarse.— Bailas muy bien Keila. — Su voz roza peligrosamente mi oído haciendo que me estremezca.
— Tengo buen maestro. — Es lo primero que se me ocurre evitando transmitirle lo mucho que me agrada su compañía.
En ese momento llega Piero. Me separo de Eliel para coger en brazos a mi hijo y empezar a bailar con él.
Río, abrazo fuerte a mi hijo, lo levanto más alto escuchando su risa contagiosa.Eliel se une a nosotros y los tres bailamos en círculo. Besamos en las mejillas a mi pequeño riéndonos por el bello momento que estamos pasando.
— Mamá, estoy cansado. Quiero dormir. — Piero apoya su cabeza en mi hombro.
— De acuerdo, déjame despedirme de los tíos y ahora regreso para irnos. — Pido a Eliel si puede quedarse con Piero mientras voy a despedirme de mis cuñados.
Una vez que me he despidido de todos los invitados, vuelvo en busca de mi hijo. El pobre se ha quedado dormido en brazos de Eliel.
Nerviosa, me disculpo tratando de cogerlo en brazos.— Déjalo Keila, yo te acompaño, además con esos tacones y el vestido no creo que sea buena idea que cargues al niño, te podrías caer.
Ven les llevo yo. — Asiento con mi cabeza siguiéndole hasta su auto.Atrás miro como duerme mi hijo, le acaricio despacio su cabello sintiendo como el cansancio hace que cierra mis ojos.
— ¿Qué haces? Bájame por favor — Aunque trate de hacer que Eliel me deje en el suelo, el sigue caminando conmigo en volandas.
Me quejo, pregunto dónde me lleva, pero él solo se ríe.— Bájame tengo miedo de las alturas.
— Deberías agradecerme que te lleve el brazos con lo que pesas mañana no podré ir a trabajar.
— No estoy gorda. Tú eres un flojo. — Protesto quejándome inútilmente.
De pronto nuestros rostros están muy cerca. El olor a su perfume traspasa mi nariz, contemplo sus labios, son carnosos y muy tentadores. Sin querer paso la punta de mi lengua por mí labio inferior clavando mis ojos en él.Despacio me deja en el suelo, sus enigmáticos ojos atraviesan mi vestido haciendo que me sienta desnuda. La reacción de mi cuerpo es inmediata, doy un paso atrás luchando contra el desafío y la tentación buscando la cordura.
— Me voy a dormir. Gracias por habernos traído...a...— Tiemblo ante la mirada felina de él.
— A mi casa. No temas Keila, te aprecio mucho y te respeto.
— Tampoco pensaba tirarme a tu cuello y comerte con patatas. Soy adulta y sé lo que está bien y lo que no.
— ¿Estás segura de lo que dices? Porque hace dos segundos si hubiera querido te hubiera besado y tú hubieras aceptado.
— No lo niego. Se me ha ido el juicio por un instante, pero he recapacitado. Gracias por evitarme me quedo tranquila sabiendo que no tendré que gritar.
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La Sonrisa Que Siempre Soñaste Existe
Storie d'amore# 2 PARTE DE LÁGRIMAS POR UNA SONRISA# El tiempo ha transcurrido y a pesar de sentir el vacío por la muerte de su marido. Keila intenta llevar su vida de la mejor manera posible. Un viaje a Grecia y una llamada inesperada, hará que Keila vuelva a te...