Scarlette se sentía morir.
Sentía como si en cada músculo de su cuerpo se clavaran miles de agujas produciéndole un insoportable dolor. La falda de lana, más pesada por culpa del agua, se enredo en sus piernas y ella trató de patearla fuera para poder liberar sus pies, pero tenía todo el cuerpo demasiado adormecido por el mar frio. Trató de aferrarse a la mano de Joshua, pero ésta se había soltado de su agarre. Trató de llegar a él, pero pese a sus esfuerzos, no encontraba más que agua.
Abrió los ojos e inmediatamente se arrepintió de haberlo hecho. Sintió que el agua, en una combinación de sal y baja temperatura, se los quemaba por mucho que los apretara para aliviar el dolor. Algo se enganchó al dobladillo de su falda, y gracias a Dios, la desenredó de sus tobillos.
Scarlette pataleaba para mantenerse superficie, y justo cuando ella pensaba que sus pulmones estallarían comenzó a gritar.
Tomó otra respiración profunda y miró alrededor en busca de Joshua o Zack. No podía ver nada más allá de sus pies. Sin la luz de la luna o las luces de la nave, todo estaba oscuro, sus compañeros de viaje no eran más que formas débiles y pálidas golpeando en el agua.
-¡Joshua! ¡Zack! –Gritó- ¡Joshua!
Siguió llamándolos hasta que su voz se quebró y dejó de funcionar. Aturdida por el dolor, Scarlette flotó en el agua hasta que su cuerpo ya no era capaz de sentir ni el frio. Una enorme puerta, que parecía haber pertenecido a primera Clase, flotaba cerca y reunió sus últimas fuerzas para alcanzarla y subirse arriba.
Una vez allí se quedó mirando el cielo, las lágrimas fueron una cálida caricia contra su fría piel.
Se habían ido.
****
-Aquí hay uno ¡dame una mano!
-Parece muerto, déjalo.
-No, puedo ver su aliento en el aire. Haz lugar allí y pásame una manta.
Las voces venían a Joshua como a través de un largo túnel de viento, mientras era arrastrado dentro del bote y le quitaban el salvavidas.
Sus párpados se agitaron mientras trataba de concentrarse en el hombre inclinado sobre él que lo tapaba con una manta de lana hasta la barbilla.
-Scarle...Scar...Scarlet... -arrastró las palabras. Pero el hombre lo cayó colocándole una botella de whisky en los labios. El alcohol quemó todo el recorrido de su garganta y luego perdió el conocimiento una vez más.
Sin noción de Joshua, otro hombre flotaba cerca, ya con la piel azul a causa de su muerte, y en su chaqueta desgastada un nombre escrito con hilo blanco relució entre la mojada chaqueta
Zack Michel.
****
-Ahí está, amor. Estaba empezando a preguntarme si se iba a despertar –Unas manos extrañas la cubrían con una manta hasta los oídos.
Scarlette parpadeó hacia el cielo, que todavía estaba oscuro pero ya iba aclarando a un color gris rosado opaco en el horizonte. Su cabeza palpitaba y le castañeaban los dientes. Pero cuando un suave brazo le levantó la cabeza y le presionó un frasco de agua, ella bebió agradecida.
Notó que estaba en un barco salvavidas que iba casi vacío, lo ocupaba uno de los oficiales del Titanic y dos de sus tripulantes, otros dos pasajeros que estaban sentados juntos en silencio, y quien la había tapado. Vagamente se preguntó si se trataba de Joshua o Zack, pero estaba demasiado cansada para expresar su duda en voz alta.
Los suaves murmullos de los miembros de la tripulación de remo y su oficial, la fueron arrullando hasta que volvió a dormirse. Soñó con un hombre que una vez la había amado desesperada y locamente.
****
Cuando volvió a abrir los ojos, un barco se alzaba por encima de ella bloqueando la débil luz del sol.
Carpatia.
-¿Puede usted sentarse, querida? –preguntó una voz. Era otra de las pasajeras rescatadas, una mujer que llevaba un abrigo harapiento bordado en piel, con una sonrisa amable. Ésta le pasó un brazo alrededor de su cintura y la ayudó a incorporarse –Ahí lo tienes. Vamos a poder calentarnos muy pronto. ¿Cuál es tu nombre?
¿Su nombre? Scarlette debe luchar por encontrar la respuesta, y ni hablar para expresarla en palabras –Scar... Scarlette.
-Eso es bastante –sonrió- Yo soy Elizabeth –Con una simpatía parecía fuera de lugar, dadas las circunstancias, ella le ofreció su mano. –Vamos a estar bien, ¿sabes? Muy bien.
Mientras la tripulación del Carpantia arrancó su viaje en el mar, Scarlette se preguntó si alguna vez volvería a estar bien.
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"TITANIC" (Adaptación) | (TERMINADA)
RomansaTitanic Joshua Blake está atrapado en un compromiso con una mujer que no ama, pero en un fatídico viaje a América en el Titanic, el barco de los sueños, conocerá a una mujer que cambiará su vida y le demostrará que por amor vale la pena morir.