CUATRO

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— ¡Oh! ¡No puede ser que en verdad seas tú! -lo abracé.- En verdad, no pareces aquel Gerardo. -sonreí.-

— Que te pasa. -sonrió.- Soló me dejé crecer la barba, no es para tanto.

— Debo de confesar que se te ve bien. -sonreí.- ¡Bien! Ahora que estás aquí vamos a dejar tus cosas en el departamento y de ahí vamos a conocer la ciudad. ¡Muero por mostrartela! -dije emocionada.-

— Bien, pequeña. -acarició mi pelo.- ¿Y tu novio? Pensé que vendría. -dijo volteando a ver a todas partes.-

— No... Para él no es tan fácil salir, y mucho menos sin guardias que no estén detrás de él. -suspiré.- Lo sé, un poco difícil. -sonreí.-

— Eso explica tus lentes y gorra. -rio.- Se ve que aquí es normal. -volvió a ver a todas partes.- Aún no me la creo que esté en Corea ¡Contigo! -sonrió.- Tus papás te echan mucho de menos.

— Lo sé, yo también... -lo vi.- ¡Pero bueno! Vamos a dejar tus cosas y de ahí a comer, apuesto que mueres de hambre, ¿Verdad?

— Afirmativo. -empezó a reír.- Sí... Bastante.

— ¡Bien! Tomaremos un taxi para que se agilice la cosa.

Ayudé a tomar una maleta de las tantas que tenía y caminamos hacia la salida. A JungKook no le he platicado del tema. Lo sé, me matará cuando se entere que estoy aquí y sin seguridad.

A él no le gustan tanto las sorpresas, y más si la sorpresa se trata de un chico. ¡Pero vamos! Que se trata del hijo de los mejores amigos de mis padres, en pocas palabras, como mi tercer hermano.

JungKook ha estado ocupado, y es claro que yo no quiero ocuparlo más, así que trato de que cuando llegue le dé un buen masaje mientas que ambos nos duchamos. Amamos esos pocos momentos solos.

°°°

Al llegar a su departamento nos instalamos y de ahí fuimos a comer unos buenos fideos callejeros. ¡Amo la comida coreana callejera! ¡Es la mejor! Y con menos ceros en tu cuenta bancaria.

— ¡Woah~! ¡Esos fideos estuvieron de lujo! -dijo Gerardo muy emocionado.- En verdad, me haces de mucha ayuda al estar aquí, T/N. -sonrió.-

— Gracias, tú también. -sonreí.- Eso de hablar la mayoría de veces en Coreano hace que luego no pueda completar las oraciones en español. Algo loco, pero real.

— Cierto. -empezó a reír.- Y ahora a dónde vamos.

— Vamos al centro comercial, quiero comprar unas cosas, ¿Te apetece acompañarme? -le pregunté y él asintio.- Bien, por aquí. -lo jalé del brazo.-

En verdad estaba emocionada por enseñarle todo Seúl si fuera posible, pero estoy segura que no me ajustaría el día.

Entramos al centro comercial y él estaba asombrado por lo enorme que estaba. Las posibilidades que ambos nos fuéramos a perder eran grandes, así que ni uno ni el otro decidimos separarnos, si nos íbamos a perder es mejor que alguien te acompañe en esta aventura, ¿Qué no?

Entramos tienda tras tienda. Tenía pensado comprarle ropa a Jungkook que sabía que le iba a gustar. La ropa oscura le encanta, y que mejor si era holgada.

— ¡Wow! Tiene buenos gustos tu novio. -sonrió.-

— Sí, él es muy perfeccionista en eso. Casi no le gusta la de color y si es apretada, menos. Él prefiere sentirse comodo pero a la vez moderno. -lo volteé a ver y sonreí.- Listo, creo que con estas tres camisas son suficientes. Ahora vamos por unos conjuntos para ti, el frío ya está por venir y no creo que traigas abrigos, y si los traes, no creo que sean suficientes. -sonreí de nuevo.-

© 𝐌𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐢-𝐅𝐚𝐧 𝟐 ||  𝑱𝑲 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora