Scorpion y Sub-Zero, una rivalidad eterna. Dos guerreros implacables jurados a destruirse. Pero, ¿podrían luchar juntos? ¿Qué pasará cuando un pueblo lejano sea atacado por sus propios dioses? ¿Qué pasará cuando Scorpion y Sub-Zero se vean varados a...
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Más, y más gente llegaba, rodeando a ambos guerreros, sin saber exactamente que hacer.
—¡Ustedes! —gritó uno de las personas saliendo de la multitud, teniendo una peculiaridad distintiva: la mitad de su rostro estaba quemado, y parte de su mandíbula derecha no poseía piel—. ¡Extranjeros! ¡Mataron a uno de los dioses zorros con su maldita violencia! ¡Y sus malditas armas!
—¿Te atreves? —cuestionó Scorpion deslizando su arpón por su palma—. ¿Te atreves a retarme?
—Scorpion espera —le susurró Sub-Zero—, déjame hablar a mí.
Scorpion entre cerro los ojos, no le agradaba ser retado en publico, pero algo en su interior le hizo asentir; no quería dañar a aquella gente.
—Somos guerreros de reinos lejanos —explicó Sub-Zero dando un paso al frente—, terminamos varados aquí, y vimos como el zorro atacaba a su pueblo, solo quisimos ayudar.
—Aneko —exclamó otro de los pobladores, refiriéndose al de la cara quemada—, tiene razón, el dios nos atacó.
—¿Y como no lo haría? —cuestionó Aneko—. Ellos llegaron aquí con su batalla. Vinimos a este reino en busca de paz, lejos de la guerra, de su Mortal Kombat. Ellos llegaron y arruinaron el balance espiritual que habíamos obtenido.
—Entonces que gran madre los juzgue —replicó el hombre—, quizás estén aquí para ayudar.
Aneko se lo pensó un poco, y casi obligado asintió.
—Síganos por favor —exclamó Aneko en tono sarcástico, mientras regresaba al pueblo.
—Escucha —le susurró Sub-Zero a Scorpion—, por el momento estamos en sus tierras, no creo que tengan intenciones de hacernos daño. Solo, controla tu ira.
El ninja dorado suspiro, y avanzó junto con los demás.
Al adentrarse al poblado, Scorpion y Sub-Zero lograron ver que era un diseño muy simple, pero a la vez acogedor. Y Scorpion en particular, no podía evitar recordar a su clan. Pronto llegaron a un hogar pequeño, donde solo entraron dos hombres y Aneko, más ambos protagonistas. Adentro, en medio de una hoya con fuego, se encontraba una anciana de cien años; encorvada y cubierta con una manta.
—Gran madre —dijo Aneko inclinándose—, el gran zorro volvió a atacar esta noche. Y estos, "guerreros", lo asesinaron. El pueblo esta confundido, ¿qué debemos hacer? ¿Cuál es la tarea de estos extranjeros aquí?
La anciana levantó la mirada, observando a ambos ninjas.
—El guerrero de azul —dijo mirando a Sub-Zero—, detecto un gran valor y determinación en ti. Sin duda, un gran maestro. —Posteriormente giro a su derecha, donde se encontraba Scorpion—. Pobre hombre, has sido consumido por el deseo de venganza. Tu corazón no palpita, incapaz de sentir otra cosa que no sea odio. ¿Por qué guerrero? ¿Cuál es el origen de tu odio?
