Dulce Sacrificio

90 7 1
                                    

Un especial agradecimiento a una lectora que me insentiva a seguir con esta historia, que si bien he fallado mucho al no terminarla, hago el esfuerzo de hacerlo, sin ella yo me hubiese rendido. Gracias por el apoyo Patricia, si publico mi libro, te lo deberé todo y más. 

.....................................................................................................................

''¿Cómo puedes ver mis ojos como puertas abiertas? Llevándote hasta mi núcleo donde me he convertido en una persona tan insensible. Sin alma, mi espíritu está durmiendo en algún lugar frío; hasta que lo encuentras ahí y lo llevas de vuelta a casa. Sálvame, di mi nombre y sálvame de la oscuridad, ordena a mi sangre que corra , antes de terminar incompleta, sálvame de la nada en la que me he convertido.''

Hay cosas que debemos hacer por el bien de los que amamos, hay cosas que sabemos que debemos hacer pero que en ése momento no lo entendemos, algo así como cuando amamos a alguien pero sabemos que esa persona jamás nos amará de la misma forma, así que, tomamos una de las decisiones más difíciles de la vida, sí, dejamos ir nuestra felicidad por dársela a otra persona.

Es cierto, todos somos un tanto temerosos, pero esta tan claro que el miedo es una de las causas por las cuales no hacemos lo que deberíamos hacer, el miedo por quedarnos solos, el miedo porque nadie nos llegue a amar, el miedo porque nadie haga por nosotros lo que esperamos que hagan, ésto se apodera de nuestra mente, de todo nuestro ser. Te preguntas porqué te cuesta, y es que sigues siendo demasiado débil para sobrevivir a tus errores y a tus miedos, para enfrentarlos. 

Era el momento de la verdad, de exigir a mi cuerpo, a mi mente y a mi espíritu las fuerzas necesarias para vencer a todos mis miedos de una vez, una sola batalla, pero no cualquier batalla, ¿cómo te sentirías si sólo te dieran una oportunidad para redimir todos tus errores y fallas? Y si perdieras esa batalla, ¿buscarías una guerra contra ti mismo?

Habré hecho cosas buenas, pero ahora mismo, soy mi propio Dios, era el momento en que yo me juzgaría y también lo haría al resto de la humanidad, realmente estaba por darle fin a la vida de mis amados seres, más que una bola de calor con su fuerza para alzarse a un telar celeste, iba a destruir la poca humanidad que quedaba en mí, pero todo es por el amor que les tengo, y es que, el amor en toda su expresión es un sentimiento destructivo. 

Pasaron días desde aquel encuentro, con... ¿mi hermana? No tenía claro como haría lo que me estaba pidiendo, ¿como creerle? ¿existe el cielo y el infierno? ¿existe la posibilidad de que vean cada cosa que hacemos aquí en la tierra? Estarán a nuestro lado ahora, esperando a que cometamos algún error, esperando a que estemos débiles para poseernos. 

No soy buena para las despedidas, pero ésta era uno de esos ''Adiós'' que tenían la continuación de ''Hasta nunca''. 

Salí de la casa sin que nadie de mis vecinos se haya dado cuenta, para dirigirme a la iglesia del pueblo, era mi último paseo, mi último respiro de puro aire, la única oportunidad de que mis sentidos sientan la ambrosía de la naturaleza de aquella dimensión, ¿o eran esos ojos los que ya no verían su alrededor?

Llegando así, ingresé para dirigirme al frente de los asientos de la iglesia, arrodillándome frente al altar, tratando de pedirle perdón por mis actos, aquel delicado pero pesado líquido cálido se deslizaba por mis mejillas, cayendo por mi cuello, deslizándose por mis pechos, gota tras gota, ahogando mis ojos, regalándome una visión nublosa.

La Hija de ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora