memoria u n o 。*゚+

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Su cabeza estaba gacha mientras esperaba su turno. Aunque la verdad es que no quería esperar, quería irse de ahí y regresar a su casa para encerrarse en su habitación.
Pero su tía le había obligado a ir.

Soltó un suspiro mientras observaba sus vans sucios.

—Park Jinyoung —Una joven de cabello castaño asomó la cabeza por la puerta.

El chico alzó su mirada, dando a entender que era él.

—Adelante —Le sonrió.


—Puedes tomar asiento —Un señor de unos treinta tantos años le había ordenado.
Las piernas delgadas de Jinyoung se pasearon por la sala, pisando el suelo cubierto de una alfombra gris opaca.
Se sentó en la silla con su mirada fija en el señor que tenía enfrente.

—Así que eres Jinyoung, ¿verdad? —Observó la carpeta que seguro estaba llena de información del menor.

—Sí —Afirmó.

—Yo soy James —Le sonrió amablemente. Su aspecto ya le parecía lo suficientemente extranjero, así que su nombre no le asombró—. ¿Puedes contarme algo sobre ti?

—¿Qué cosa?

—Lo que tú desees —Sus manos se entrelazaron encima de su escritorio.

En vez de cita con el psicólogo, más bien parecía una cita con el doctor al que consultaba cuando tenía algún resfriado.

Jinyoung divagó un poco en sus pensamientos.
Ese señor de seguro ya sabía por qué estaba ahí, era amigo cercano de su tío. De seguro él ya le había contado todo. A parte, no le apetecía hacerlo, pero tampoco podía negarse. Haría mucho más lento el proceso y él sólo quería llegar a su casa.

—Me llamo Park Jinyoung, tengo quince años y curso primer año de preparatoria.

—Tu nombre congenia de una manera muy divertida.

—¿Usted cree?

—Eso creo —Carraspeó y se dejó desparramar en su asiento de cuero mientras seguía escuchando al niño—. ¿Por qué estás aquí? Imagina que hablas con un amigo al cual le tienes mucha confianza.

Jinyoung no tenía amigos.

La respiración de Jin se detuvo por una milésima de segundo. Sus ojos cafés se fijaron en los ojos azules del mayor.
Los ojos azules nunca le habían inspirado confianza.

—Intento de suicidio —Dijo finalmente.

—¿Cómo?

—Ahorcamiento con una soga.

—¿Cómo es que sigues aquí?

—Mi tía entró a la habitación apenas lo había intentado.

La voz del castaño era fría y no transmitía nada en las cosas que decía.

—¿Puedes decirme por qué? —Se inclinó hacía enfrente. El señor no dejaba de atacarlo con preguntas.

—No puedo sentir nada.

—¿Cómo una especie de vacío?

Asintió levemente con la cabeza.

Siguieron excavando sobre el vacío infernal que sentía el menor. Pero Jinyoung se estaba empezando a cansar, esa hora se le hacía eterna.

—Jinyoung, ¿puedo hacerte una última pregunta?

—Sí.

—¿Qué ocurrió con tus padres?

—Murieron.

—¿Puedes contarme por qué?

—Usted dijo que sería la última pregunta —Soltó mientras sus ojos se entrecerraban.

—Perdón Jinyoungie, no quiero incomodarte a pesar de ser el primer día.

Las manos del chico se apuñaron.

—La muerte de mis padres no es algo que me incomode —Soltó—. Mi madre estaba inestable —Empezó a contar—. Asesinó a mi padre cuando él intentó defenderme en uno de sus ataques. Cuando recuperó la cordura, se sintió culpable y después se suicidó —Lo dijo así como si nada.

—Vives ahora con tus tíos, ¿no es así? —Cerró la carpeta.

—Sí.

El reloj sonó cuando este marcó las doce de la tarde.

—La sesión ha finalizado —El señor James dijo y se levantó de su asiento para acompañar a Jinyoung a la puerta, el cual también ya se había levantado—. Fue una pequeña introducción —Tomó al chico por el hombro—. Espero verte dentro de dos
días para seguir —Le sonrió amablemente.

El chico de cabello castaño sólo lo observó y salió de la sala.

Definitivamente la gente con ojos azules seguían sin parecerle confiables.

ᴛᴇᴀʀs ᴛᴇᴀᴍ 〈ᴊᴊᴘ〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora