Capítulo 6

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La puerta se abrió, dándole acceso al lugar en el que habitaba.

Dejó escapar un gran suspiro lleno de cansancio cuando entró.
La oscuridad de aquél lugar le daba la bienvenida.

Aventó su mochila contra el suelo y peinó su cabello hacía atrás debido a que este se pegaba a su frente por el sudor. Últimamente había estado haciendo demasiado calor, y eso era algo de las muchas cosas que él no soportaba.
El sol pegando contra su cara, la falta de viento, algo que odiaba imaginar. En las noches era aún peor porque seguía sin correr aunque sea una pobre ráfaga de viento. No sabía si su débil ventilador podría soportar todo eso.

Sus pies se arrastraron hacía el baño para poder enjuagar su cara con agua fresca.
Abrió el grifo y con sus manos hizo una pequeña cuenca para poder agarrar agua y llevarla hacía su cara.
Repitió lo mismo dos veces, llevando sus manos hacía su cuello y nuca.

Pensó en tomar un baño, pero tenía demasiado sueño como para hacerlo.

Agitó sus manos varias veces para secarlas. Se desabotonó la camisa, y cuando sus ojos se encontraron en el reflejo de el espejo que tenía enfrente, su corazón pareció latir con más fuerza.

Un jóven de cabello castaño lo miraba fijamente.

—Hola —Saludó el tipo.

Le llevó tiempo procesarlo para después soltar un grito seguido de una maldición.

—¡Maldición! —Gritó tirándose al suelo cerca del lavabo, haciéndose bolita. Lo miraba con una expresión de horror llevándose una mano al corazón—. ¿Quién eres tú? —Volvió a gritar—. ¿Cómo mierdas entraste a mi casa? ¿Te mandó mamá? —Su voz parecía no tener ganas de bajar el tono.

El tipo lo observó confundido.

—Ehh —Dijo—. No.

—¿No?

—No.

—¿Entonces quién eres? ¿Qué quieres? ¿Y qué haces en mi casa?

—Soy Jinyoung —Le sonrió acercándose de poco a poco a él—. ¿Cómo te llamas?

Pensó que ese chico era un psicópata y que lo iba a asesinar ahí mismo en su baño. A lo mejor era uno de esos chicos que se obsesionaba con una persona y los empezaba a seguir a espaldas de ellos.
Qué terrible, se daría cuenta de lo miserable que era su día a día. O de seguro ya lo hace.

—No te voy a decir mi nombre —Negó con el ceño fruncido.

—¿Por qué no? —Sus labios hicieron un pequeño puchero—. Es de buena educación presentarse cuando conoces a alguien nuevo.

—Y es de buena educación no entrar a la casa de extraños sin su permiso —Recalcó. Se levantó del suelo dedicándole una mala mirada a Jinyoung.

Jinyoung se mantenía en su lugar con la mirada interesada en todo lo que el otro hacía. Sus gruesas cejas se elevaron un poco y sus ojos se hicieron un poco más grandes.

—¿No me lo dirás?

—No —Su mirada era furiosa—. Ahora fuera de mi baño y de mi casa. Vete antes de que llame a la policía y te lleven por allanamiento de morada.

Jinyoung soltó un suspiro.

—Uhh, no me dijeron que esto podía pasar —Murmuró mientras rascaba su mejilla—. No tengo ninguna mala intención, soy nuevo así que no sé cómo funciona todo esto. Intento ser amable, es lo que me dijeron que tenía que hacer —Sus labios se movieron rápido y eso hizo que el otro se confundiera más.

—De verdad, largo —Estiró su brazo apuntando hacía la puerta.

—Está bien —Se encogió de hombros—. ¿Cómo era que esto funcionaba? —Susurró mientras observaba sus manos. Cerró sus ojos con fuerza y en su mano como por arte de magia hizo aparecer una carpeta negra, que conforme pasaban los segundos las palabras 'Tears Team' se iban escribiendo en cursiva y de color dorado. El castaño y el pelinegro se asombraron.

—¿Qué mierda? —Gritó mientras el miedo empezaba a apoderarse de él nuevamente. Sus piernas temblaban.

—Tu nombre es Lim Jaebeom, naciste el seis de Enero. Mides uno punto setenta y cuatro. Tienes diecisiete años. Tus padres so-

—¡Maldita sea! ¿Quién eres? —Se alejó de él como si se tratara de fuego.

—Soy Jinnie —Le volvió a sonreír y desapareció la carpeta que tenía en manos—. Soy parte de Tears team —Se cruzó de piernas mientras su cuerpo levitaba. Jaebeom ya no sabía qué pensar, cada cosa que veía se volvía irreal.

—Esto es una maldita mentira —Talló sus ojos—. Debo estar drogado.

—No lo estás.

—¿Y cómo explicas esto? —Alzó la voz por cuarta vez.

—Mi trabajo es cuidar de ti.

Jaebeom lo observó atónito para después soltar una risa.

—Me debo de haber vuelto jodidamente loco.

ᴛᴇᴀʀs ᴛᴇᴀᴍ 〈ᴊᴊᴘ〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora